Un informe de Opypa advierte sobre la disminución en la cantidad de vacas, en las hectáreas lecheras, en el número de tambos y en las horas trabajadas.
Desde 2015 la lechería uruguaya enfrenta una “nueva configuración” del mercado internacional, con “precios muy por debajo del boom” de años previos, en el entorno de US$ 3.000 la tonelada para el promedio de todos los productos comerciados, ponderados por su participación en el comercio mundial, “estancando el crecimiento de su producción”.
Así lo señaló la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) en un informe incluido en su anuario que fue presentado el miércoles 18.
Indicó que en 2019 se reduce el número de explotaciones lecheras, las existencias animales (vacas), la superficie dedicada a la actividad y, como consecuencia, la producción de leche.
“Al cierre de este año la producción se contrae al menos 4% respecto a 2018, manteniéndose, de todas formas, en niveles superiores al promedio de los últimos 10 años”, estimó.
Esa repartición del Ministerio de Ganadería (MGAP) consideró en el trabajo que “el desempeño exportador de los lácteos no alcanzó los niveles de 2018 (año en el que había ocurrido un repunte), como consecuencia de menores volúmenes exportados y un precio similar”.
Tambos e industrias
A escala local, la producción de leche se redujo en 2019, como consecuencia de la menor dotación de animales, así como el decrecimiento de la superficie dedicada a la actividad.
El precio promedio de venta de la industria disminuyó 8% medido en dólares corrientes, en el acumulado enero-agosto 2019 respecto a igual período del año anterior (ubicándose en 53 centavos de dólar el litro) como consecuencia de una caída del 6% del precio obtenido en las exportaciones (45 centavos de dólar por litro) y del 9% en el mercado interno (70 centavos de dólar el litro), detalló. Advirtió que como consecuencia de esa situación, “si bien se mantiene una brecha positiva en el precio que obtienen en el mercado interno, la misma se ha estrechado, disminuyendo 16% en igual período”.
El precio al productor se redujo 9% en dólares corrientes, como consecuencia de la devaluación del tipo de cambio, a pesar del incremento del precio en pesos (4%), calculó.
El informe consideró que “las industrias presentan dificultades para trasladar a los productores la mejora en la competitividad-precio, consecuencia de la devaluación del tipo de cambio, por resultados económicos negativos en los últimos ejercicios”.
Señaló que los costos también se ajustaron a la baja 7% medidos en dólares, aunque aumentaron 6% en pesos. Como consecuencia de ambas trayectorias, el poder de compra del litro de leche disminuyó 2% en el período enero-setiembre 2019, analizó.
Según datos preliminares del Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG), basados en la Declaración Jurada de Existencias Dicose 2019, los vacunos lecheros disminuyeron 4%.
El número de establecimientos lecheros en el país (remitentes y no remitentes a industrias) continuó la tendencia al decrecimiento, ubicándose en 3.566 productores, lo que implica 3% menos que en el año anterior, según Opypa. En el caso de los tambos que remiten a industrias, en el primer semestre del año 2019 fueron 2.359, lo que implica una reducción de 5,9% respecto a 2018.
La superficie dedicada a la actividad también se redujo en 2019 1,6% hectáreas menos que en 2018, informó.
Calculó que como consecuencia de la retracción de la actividad, la remisión de leche a plantas industriales fue 6% menor en el período enero-setiembre 2019, respecto al año anterior.
La caída en la producción primaria también resintió la actividad industrial, así el Índice de Volumen Físico (IVF) disminuyó 5% en el acumulado enero-agosto 2019 respecto a igual período del año anterior, señaló. Y estimó que la ocupación de trabajadores también cayó, por lo que el Índice de Personal Ocupado (IPO) y el Índice de Horas Trabajadas (IHT) se redujeron 6 y 4%, respectivamente.
A esa caída en la ocupación del sector industrial también contribuyó el cierre de la planta de Pili en noviembre 2018. De esta forma, la productividad aparente del trabajo (medida como IVF sobre IHT) disminuyó algo más de 1%.
Otro tema analizado por los técnicos del MGAP es el endeudamiento con los bancos ―medido en dólares corrientes―, que descendió en ambos eslabones de la cadena. En el caso de los tambos disminuyó 8%, ubicándose en US$ 257 millones en setiembre de 2019, al tiempo que las industrias lo redujeron 14%, alcanzando los US$ 174 millones, indicó.
Sostuvo que “en la fase primaria, el decrecimiento del stock de endeudamiento bancario fue contrarrestado con una menor facturación, por lo que el ratio deuda sobre facturación subió un punto porcentual en 2019”. La morosidad disminuyó un punto porcentual, a setiembre 2019, y el 4% de los créditos de los tambos se encuentran vencidos, manteniéndose en valores relativamente bajos, evaluó.
En cuanto a la fase industrial, Opypa consideró que “el ratio deuda sobre facturación se mantuvo estable, como consecuencia de una caída de similares magnitudes en ambas variables”.
“La morosidad de las industrias cayó 12 puntos porcentuales; uno de los factores fue el llamado a concurso de acreedores de la empresa Pili, que mantenía un alto endeudamiento vencido”, planteó.
Medidas para el sector
Respecto a medidas de apoyo al sector determinadas por el Poder Ejecutivo, el MGAP destacó que en 2019 los productores lecheros que explotan menos de 1.000 hectáreas pudieron acceder a un descuento de 18% en la Contribución Inmobiliaria Rural y en el caso de tratarse de productores que no tributen Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) tuvieron una reducción adicional de 10%.
Los tamberos que tributan Imeba definitivo obtuvieron la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) incluido en sus compras de gasoil y hubo descuentos temporarios en la tarifa eléctrica, en función de la potencia contratada, repasó.
Valoró como una “medida relevante” para el rubro la creación en 2018 del Fondo de Garantía para Deudas de Productores Lecheros (Fogale) y su posterior modificación en 2019. Ese fondo se financia a través de una retención a la leche que se vende tarifada en el mercado interno, de $1,56 por litro. Dicha herramienta financiera se utilizó para que los productores pudieran reperfilar las deudas bancarias a corto y mediano plazo. En tal sentido se utilizaron US$ 12.310.775 del fondo como garantía (de un total de US$ 27 millones que se habían destinado a este fin) para reperfilar deudas de 218 productores, en su mayoría a través del Banco República y República Microfinanzas, con un interés promedio de 5,37% en dólares, a un plazo medio de 8,82 años, detalló.
Indicó que “las micro y pequeñas empresas fueron las más beneficiadas por la medida, 91% de los créditos fueron otorgados a este tipo de productores”.
Una vez completado el plazo para utilizar el fondo de esta forma, se cambió la reglamentación para que pudiera utilizarse el excedente para garantizar nuevos créditos para los productores lecheros, bajo ciertas condiciones.
“En el futuro, el camino iniciado con la creación del Fogale puede continuarse para conseguir las herramientas financieras adecuadas para el financiamiento de la actividad”, planteó Opypa.
Indicó que a octubre de 2019 los productores abonaron el 48% del capital recibido en 2016 (que fue de US$ 78 millones) a través del Fondo de Financiamiento y Desarrollo Sustentable de la Actividad Lechera (FDSAL III). Y pagaron algo más de US$ 10 millones de dólares en concepto de intereses.
Negocios y trabas
Varias empresas chinas realizaron cartas de intención con la firma Conaprole, y Claldy firmó un acuerdo de cooperación con otra empresa láctea, con miras a desarrollar en este caso productos con alto valor agregado, destacó el MGAP.
Advirtió que “sin embargo, existen trabas a levantar para el avance en ese sentido: Nueva Zelanda cuenta con mejores condiciones arancelarias para el ingreso y el país es conocido como proveedor de lácteos del mercado chino, por lo que lograr alianzas con empresas locales parece ser un paso en la dirección correcta”.
“La cadena enfrenta actualmente requerimientos crecientes en temas relativos a trazabilidad, medioambiente, sostenibilidad y bienestar animal”, reconoció.
Advirtió que “Europa, Nueva Zelanda y Australia aplican regulaciones que van a la vanguardia en estos temas y generarán por tanto una ventaja en este aspecto respecto al resto de los productores mundiales”.
“En Uruguay actualmente se están realizando esfuerzos desde la política pública para promover el aprovechamiento de los nutrientes provenientes de los efluentes del tambo en clave de economía circular”,valoró.
Escenario internacional
Las proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) muestran que la producción de leche mundial se incremente 1,7% promedio anual en la próxima década, impulsado sobre todo por crecimientos de los rendimientos, más que por incrementos de los rodeos, señaló.
Planteó que “India y Pakistán serían los que más contribuirían al crecimiento, destinando la producción a su consumo fresco en el mercado interno”.
“Se prevé que la producción de la Unión Europea crezca menos que el promedio mundial y que pasen a tener una proporción creciente de su producción orgánica”, analizó.
Otro aspecto considerado por los técnicos del MGAP es que en América del Norte la producción crecería por mejoras en la productividad por animal. En tanto que Nueva Zelanda enfrentará restricciones en la disponibilidad de recursos naturales y en la legislación medioambiental para el crecimiento, a pesar de lo cual no se espera una intensificación con base en el uso de alimentos concentrados, evaluó.
Indicó que África incrementaría su producción por una mayor dotación de animales y se espera que Argentina crezca como exportador mundial y que represente 5% de las exportaciones mundiales.
En cuanto al comportamiento de los precios, Opypa sostuvo que “la volatilidad disminuyó en los últimos años respecto al alto nivel observado hasta 2015”. Sin embargo, según las perspectivas de FAO “es esperable que se mantenga un grado considerable de volatilidad en los precios de los productos lácteos”, en tanto el rubro tenga “una pequeña participación en el comercio global (aproximadamente 8% de lo que se produce se comercia internacionalmente), haya pocos jugadores relevantes (exportadores e importadores) y exista una política comercial restrictiva”.
Prevé además que la leche en polvo descremada, que conserva valores muy magros, tienda a mejorar en términos reales y la manteca se deprecie ligeramente.
En los últimos años ha aumentado el consumo de las llamadas “leches vegetales”, en sustitución de las de origen animal, sobre todo en América del Norte, Europa y Asia oriental, según los técnicos.
Argumentaron que “esa tendencia se relaciona con algunos problemas de salud como la intolerancia a la lactosa, pero también a discusiones actuales sobre la forma de producción de la leche y su impacto ambiental”.
“Son tendencias que la cadena láctea ya está afrontando con regulaciones más estrictas sobre la forma de producir los alimentos”, señalaron.