El referente de la leche como un alimento básico en la canasta familiar y clave para la buena nutrición tiene a los consumidores dando prioridad a este producto en sus compras habituales, en medio de la cuarentena.
Así lo señala el gerente de Lácteos Pomar, Nelson Molano, quien explica que ante la alta demanda la empresa ha tenido que incluir un turno más en la planta de producción.
¿Cómo se han adaptado a las circunstancias?
Empezamos bien el año, enero y febrero fueron meses donde veníamos creciendo a más o menos el 25%. En marzo y abril se disparó la venta de leche por ser un producto de la canasta familiar. Además, de estar en el mercado de las personas, hay un número representativo de personas que lo tienen en cuenta para dar a los necesitados o hace parte de las ayudas del Gobierno.
¿Qué tanto se dispararon las ventas?
Cerrando abril íbamos con un 35% acumulado en crecimiento, nuestra meta para el año era terminar casi en un 25% a 26% .
Lógicamente entendemos que en este momento hacer proyecciones a junio o julio, ante un panorama que es completamente impredecible, no es tan fácil. Creemos que el año va a seguir bien.
Veníamos también – de finales del 2019 a febrero- de una época muy dura de heladas, por el verano, y hubo mucha escasez de leche. Esto originó un aumento muy fuerte en el precio de la leche cruda. Al mercado no se le ha incrementado mucho. A esta situación se sumó el incremento de la demanda.
¿La escasez se mantiene?
Todavía hay algo de escasez y hay precios elevados, pero hay varios factores. Primero, hay un mayor consumo y esto se ve reflejado en todas las compañías, creería que no solo para El Pomar.
Veníamos apenas recuperando inventarios y todos estamos comprando un poco más y también hay un tema con la leche en polvo, que está escasa y cara por el dólar. Entonces algunas industrias ya no la están utilizando.
¿Eso ha incidido en el precio al consumidor?
No necesariamente porque no es tan fácil transferir todo el alza al consumidor. Diría que en el caso de El Pomar hemos tenido fácilmente un incremento del precio en leche cruda (al productor) de 15% año a año y al consumidor no le hemos aumentado más del 7%.
Las diferencias se compensan vía eficiencias. Este es un negocio muy competido y cuando uno logra crecer a ritmos importantes no se puede hacer esa transferencia de mayores costos a un consumidor que está alimentándose mejor.
Por la cuarentena, las mamás están en las casas pendientes de que sus hijos coman mejor. Entonces la leche juega un papel preponderante en esto. También hay un tema de auge de recetas en el cual la leche es un ingrediente básico. Todo eso ha jugado en favor para que las ventas se nos den bien, por ahora.
¿Ese aumento se dio en qué momento?
Entre enero y febrero. Hoy la leche es uno de los productos controlados por el Gobierno para que los precios estén estableces.
¿Cómo es lo del aumento del turno?
Debido al incremento en ventas, afortunadamente, nos hemos visto en la necesidad de aumentar un turno de trabajo, son 13 a 14 personas que necesitaríamos para ampliar el turno que nos garantice la continuidad en las ventas.
Nuestra mano de obra es de municipios como Cajicá, Zipaquirá y Chía, cerca a donde está la planta, donde el empleo ha sido golpeado. Esto abre oportunidades a algunas personas que han perdido su trabajo por esta situación que estamos viviendo. Este turno se genera por el crecimiento en ventas.
En total, en la empresa somos 265 empleados directos y unos 350 indirectos. Pero en planta somos 120 donde estaría el incremento del turno.
¿Cuánto terminaron en ventas en el 2019 y cuánto esperan crecer este años?
Terminamos en $117.000 millones y la meta es de $145.000 millones. Por ahora la meta se viene cumpliendo.
¿Qué ha pasado con los derivados de la leche?
Esa parte del negocio va mal. Inicialmente se nos cayeron las ventas en derivados lácteos, en marzo cayó de manera muy fuerte, pero ya las recuperamos,
en general, desde El Pomar hemos visto un cambio del consumidor en los tamaños.
Mientras antes se compraba mucho vaso y bolsa pequeña y, porciones individuales para llevar a las oficinas o en la lonchera de los niños – identificados como los grandes consumidores de esta categoría-, ahora ha aumentado la preferencia por la garrafa.
Así que los clientes se han inclinado por las presentaciones más grandes, porque la familia está reunida en la casa en lugar de comprar productos pequeños que le pueden representar más gasto.
¿Qué análisis hace sobre el desempeño de los canales?
Los ‘hard discount’, supermercados y superetes han aumentado la venta porque el consumidor está ponderando más dónde se siente más cuidado en el manejo del ingreso y en el control de aglomeraciones.
Por otro lado, uno ve un poco disminuida la venta en tiendas de barrio porque muchas están cerradas.
La verdad es que cuando uno sale a la calle a hacer labor comercial encuentra muchos negocios que están cerrados, ya sea porque lo hicieron definitivamente o porque tienen el establecimiento abierto pocas horas del día.
Lo otro es que canales digitales viene creciendo muy fuerte, el consumidor está guardando la cuarentena y eso implica que los hábitos de compra y sus desplazamientos cambien y prefiera que le lleven el producto a su casa.
Al final, uno ve la recomposición porque han cambiado los hábitos de compra de todos.