De acuerdo a datos preliminares del relevamiento realizado en 2018, en la provincia desaparecieron más de 6 mil explotaciones dedicadas a bovinos en los últimos 16 años. A nivel nacional la reducción fue del 32,5%.

Según los datos preliminares del Censo Nacional Agropecuario (CNA) realizado en 2018, en el total del país, 130.803 establecimientos agropecuarios (EAP) declararon dedicarse a la producción bovina y contar con un total de 40.411.905 cabezas.
El 57% del rodeo bovino se concentra en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Si se toma en cuenta los datos del CNA 2002, se puede apreciar una reducción en las explotaciones dedicadas a la ganadería vacuna del 32,5%, con un total del 63.083 establecimientos menos.
En sintonía con lo que ocurrió a nivel nacional, en Santa Fe, según el último censo agropecuario existen 10.434 establecimientos ganaderos bovinos. Si se compara esta cifra con las obtenidas en 2002, se observa una reducción del 39,75 % o 6.883 explotaciones menos.
Un total de 1364 EAP tienen tambos (968 se dedican exclusivamente a la lechería) contra 4020 establecimientos que desarrollaban esta orientación productiva hace 16 años.
En cuanto a las EAP con orientación productiva comercial exclusiva, las que se dedicaban a la cría tuvieron la mayor representitividad (4035) seguidas por las abocadas a ciclo completo, con 2459.
Los establecimientos dedicados a la producción porcina en la provincia se redujeron en un 30,33% (1367 EAP actualmente) sin embargo, la cantidad de cabezas se incrementó en un 24%: de 427.294 en 2002 a 569.292 a 2018.
En tanto, la producción de ovinos se incrementó en el periodo analizado tanto en stock como en establecimientos dedicados a la actividad. Existen hoy 399 explotaciones más con un crecimiento del 35% en cabezas de ganado.

Los motivos de la reducción
Según el coordinador técnico de la Mesa de las Carnes y economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, la disminución en la cantidad de explotaciones “se viene viendo en todas las cadenas, tanto en agricultura, como en lechería y ganadería” y afecta principalmente a los productores “más chicos”.
“En ganadería, en particular, se pueden combinar dos cosas: una es el desplazamiento de la ganadería a manos de la agricultura. Históricamente, había esquemas mixtos de producción agrícola y ganadera en la región núcleo. Con el proceso de agriculturización, que arrancó a fines de los años 90 y que se agudizó a principios del 2000, muchos productores dejaron de ser totalmente ganaderos y pasaron a ser 100% agrícolas”, indicó Miazzo en diálogo con Télam.
“En segunda instancia también hay un proceso de salida de los productores de menor tamaño por distintos motivos, pero fundamentalmente, es donde primero pesa la rentabilidad. Esas tierras o se venden o se alquilan, sobre todo en áreas donde también hay aptitudes agrícolas. Hay productores pequeños o medianos que se convirtieron en arrendadores, que por el lado de la rentabilidad no le convenía producir, pero sí le era rentable alquilarlas”, agregó el especialista.

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