El dato fue aportado por Walter Mancuso, técnico del INTA Paraná. La economía y las condiciones de producción hicieron que muchos productores debieran salir de la actividad. Los números de la actualidad.

El ingeniero agrónomo Walter Mancuso, experto en lechería de la Estación Experimental Agropecuaria Paraná del INTA, dijo que una encuesta de 2010 habla de que en Entre Ríos hay alrededor de 2.100 tambos, mientras que a inicios de la década de 1980 eran 5.000.
“La del tambo es una tarea sacrificada en el sentido de que es rutinaria; no hay sábados ni domingos, ni feriados ni fin de año, y a la leche hay que sacarla todos los días porque si no, tenemos problemas. Y, por otro lado, las condiciones en las que se hace, que en Entre Ríos no son las mejores”, dijo Mancuso en declaraciones al programa Para Empezar, que se emite por Radio Costa Paraná (88.1), en una entrevista en la que dejó en claro que no sólo las variables económicas influyen en el cierre sino también en la falta de calidad de vida para los productores, entre las que destacó la falta de caminos para poder sacar sus producciones.
“En Entre Ríos es una cultura la del tambo y por eso quizás se mantienen la cantidad de pequeños y medianos establecimientos, mucho más que en otros lugares. Si uno ve las estadísticas oficiales, si bien no son todo lo completas que querríamos, surge, por los datos del Senasa, que tenemos más de 800 unidades productoras de tambos, es decir los lugares donde se ordeña. A veces una empresa tiene más de un lugar de producción”.
Sostuvo que “de esas 808 unidades de producción, alrededor del 90 por ciento tiene menos de 250 vacas, es decir que son establecimientos pequeños y medianos”.
Se le preguntó cuántos tambos se perdieron en los últimos años. “En Entre Ríos, a fines de los ‘80, inicios de los ‘90, teníamos información de alrededor de 3.700 tambos. El primer censo, que es de 1980, hablaba de 5.000 tambos. Diez años después había 3.700 y la siguiente encuesta es de mediados de los ‘90, y ahí se hablaba de alrededor de 2.100 tambos. El último censo confiable, total, agropecuario con el que podemos dar datos fidedignos es del año 2002, y por entonces había, en Entre Ríos, 1.950 tambos. Y luego empezamos con encuestas y datos de vacunación por parte de Fucofa que se los informa a Senasa, y de 1.950 en 2002, una encuesta de 2010 hablaba de 1.600 tambos, y los datos actuales que más o menos se mantienen desde 2016 a la fecha, no ha habido una caída grande”, respondió.
El especialista observó que muchas caídas se dan por un marco económico adverso, pero muchas otras por calidad de vida de los productores, debido a la falta de infraestructura, como caminos y complicaciones propias que plantea la actividad. “El trabajo en sí del tambo no es lo más difícil para la gente, quizás lo más difícil –ilustró el técnico del INTA– sea no tener un buen camino para sacar la leche, o tienen un problema de salud, y eso es lo que más desgasta, además del manejo económico que se hace por parte de quienes recolectan la leche. Siempre el hilo se corta por este último eslabón y entonces se ajusta para atrás. Cuando hay problemas económicos el que termina pagando el costo de ese problema es el tambero, y es el último en recuperar el precio que tiene por su producción. Se entrega el producto y no se sabe cuánto lo va a cobrar y lo pagan a los 30 o 45 días”.
Entre Ríos es exportadora de leche y forma parte de la cadena láctea nacional, sostuvo, y precisó que Argentina demanda 8.000 millones de litros por año para cubrir sus necesidades, y Entre Ríos desde 1999 para acá produce arriba de 10.000 millones de litros.
“Nogoyá y Paraná –amplió– son los dos departamentos que concentran la mayor cantidad de los tambos que existen en Entre Ríos, un poco atrás está Diamante. Mientras que en la costa del río Uruguay, Gualeguaychú, Uruguay y Colón tienen establecimientos tamberos muy grandes y muy especializados, a los cuales llegan a buscar la leche grandes firmas lácteas de Buenos Aires”.
En la actividad se habla de agregar valor, y el modo es producir leche en polvo. Al respecto, Mancuso dijo que la leche fluida “se exporta muy poco, en la modalidad de leche larga vida, a los países limítrofes”, mientras que “más del 60 por ciento de lo que se exporta es leche entera en polvo”. “Viene creciendo mucho la exportación de otros productos de secado como son el suero y las leches especiales que generaron un mercado importante”, remató.

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