Marisa Boschetti tiene 47 años, está casada y tiene tres hijos varones de 28, 24 y 17 años. Siempre vivió en el campo, en su Alicia natal, y trabajó en los tambos de su familia primero y de su esposo después.
En 2008, cuando a raíz del conflicto por la resolución 125 se abrió la filial de la Federación Agraria Argentina (FAA) en la localidad del departamento San Justo, Marisa empezó a participar en el gremialismo rural. A partir de allí se involucró cada vez más en la actividad de la entidad federada. Desde hace un año, es la secretaria de Finanzas a nivel nacional de la FAA, función que la lleva a dividir su tiempo entre su tambo en Alicia y Rosario.
–¿Cómo es para una mujer estar en la conducción de una organización tradicionalmente conducida por hombres?
–Es difícil, complicado. Hace muchos años que las mujeres sólo ocupábamos la Secretaría de Género dentro de la entidad. A partir del año pasado ocupamos cuatro espacios titulares. La síndico titular y la Secretaría de Finanzas, que nunca habían sido ocupadas por mujeres. También una mujer es vocal titular.
–¿Cómo es la situación del sector tambero?
–Es delicada. Si no hay medidas urgentes desde el Gobierno nacional la producción va hacia una situación sin retorno. Durante años pospusimos ciertas medidas apostando a que en algún momento este panorama iba a cambiar. Pero no sólo que no ha cambiado, sino que ha empeorado. Hoy estamos llegando a liquidar los tambos.
En lo personal, de dos tambos que tengo, cierro uno. Me quedo con un tambo muy chiquito porque realmente es lo que me gusta y lo que siento hacer. La semana pasada en Alicia se vendió otro tambo y esto va a seguir pasando en los próximos meses porque de ahora en adelante es la época en la que se liquidan.
Los altos costos ahogan a los productores que tienen que alquilar campos. En este momento de auge de la agricultura y en que está repuntando un poco la ganadería, los tamberos no pueden pagar por el alquiler de un campo el precio que pide el propietario, y que quizás un ganadero o agricultor, con sus niveles de rentabilidad, sí puede hacerlo.
–¿Cuantos litros está produciendo?
–En mi tambo, que en otro tiempo produjo cuatro mil litros diarios, hoy producimos 1.300 litros. El tema de achicar nos va a llevar a producir solamente a pasto, a no dar alimentación suplementaria, y tratar de ir adecuando el campo y diversificando con un poco de agricultura para poder aguantar.
–¿Qué medidas ayudarían a reactivar la actividad?
–Necesitamos una reforma impositiva urgente. No se puede seguir con una carga impositiva tan alta. Esto también genera que los aumentos de precio de la leche al productor no se den en tiempo y forma, porque el costo que hay que pagar es alto y el comercio tiene que cubrirlo, la industria tiene que cubrirlo y lamentablemente el único que hoy no puede cubrir los costos es el productor.
También es necesario que haya crédito, con financiamiento acorde a la situación actual. Los bancos tienen líneas de créditos para productores agrícolas o ganaderos, pero al productor tambero le cuesta muchísimo armar una carpeta acorde a los requerimientos del banco. Y si lo logra, las tasas de interés son inviables en relación al precio que la leche tiene hoy.
–¿Qué valor están recibiendo por el litro de leche?
–El precio es otra cosa que hay que resolver. Estamos cobrando entre 9,30 y 9,40 pesos por litro, que son 24 centavos de dólar. Es inviable. Necesitamos que el precio sea de 40 centavos de dólar, que es lo que los productores cobran en muchos países de la región. Son 15 pesos. Si al menos estuviéramos en un punto medio, entre 12 y 13 pesos, el productor tendría muchas más chances de seguir adelante. Esta realidad es la que sufren fundamentalmente el pequeño y el mediano productor, porque quienes producen más de siete u ocho mil litros diarios tienen una espalda financiera mucho más grande. El año pasado, un informe estimó que se cerraron 780 tambos en todo el país. Yo creo que el número es mucho mayor, pero este año ese número va a crecer mucho. El Gobierno nacional no entiende esta situación, cree que es ineficiencia del productor. Sería muy triste empezar a ver en las góndolas productos lácteos importados porque los gobiernos no son capaces de encontrar las políticas necesarias para generar los alimentos que necesitan los argentinos.
–¿Cuál es el rol que los gobiernos nacional y provincial tienen en este contexto?
–Si bien el gobierno provincial no puede hacer mucho en cuanto al precio de la leche, puede influir y ayudarnos a reclamar a las industrias. El año pasado se hizo un censo provincial muy bueno. Se hizo un trabajo bueno a nivel estadístico y acompañando los reclamos a nivel nacional, pero no hemos tenido medidas directas hacia el tambero. Tampoco líneas de crédito subsidiadas de parte del banco provincial. A nivel nacional se instrumentaron herramientas para transparentar la cadena del trabajo. Pero estas medidas no sirvieron para el fin urgente que tiene la producción. Lo que se necesita urgente es precio.
–En lo gremial, ¿están trabajando a nivel de mesa de enlace?
–Si, a nivel provincial y a nivel nacional, venimos trabajando juntos en los temas en los que hay coincidencias. Porque eso nos da más fuerza y el pedido adquiere preponderancia. Pero las cuatro entidades tienen realidades diferentes, de sus productores, de sus asociados. En los temas en los que no hay coincidencias, cada organización hace sus gestiones individuales. Hoy el sector agrícola es mucho más fuerte, el Gobierno lo mira con otros ojos, porque realmente es el que más divisas ingresa al país. En producciones, como la leche, el cerdo, el algodón o la yerba mate necesitamos estar bien unidos. Venimos trabajando bien.