Le tocó asumir en el CIL en un momento complicado, y se llevaron adelante dos negociaciones importantes, la paritaria con Atilra que venía con ruido los últimos años y el acuerdo con el gobierno para abastecer precios cuidados. Ambas negociaciones se produjeron bajo un manto de silencio hasta tanto estuvieron cerradas, ¿esa es una marca particular que intenta imponer a su gestión?
A ver, son dos aspectos distintos, no es que sea un estilo. En la cuestión salarial hubo directivas de la Comisión del CIL y en función de esas directivas es que se buscó lograr un acuerdo. Fue una negociación que en cierto modo fue más rápida que lo que fueron las negociaciones con Atilra en los últimos años, pero dentro de un contexto y de un marco que de alguna manera, entendiendo por un lado el momento difícil del sector y por otro la pérdida del poder adquisitivo del asalariado.
En ese esquema se trató de encontrar un equilibrio entre la necesidad del trabajador y el contexto país y se logró un acuerdo que no es muy distinto al que cerraron otros sectores. Y si bien se cerró hasta fin de año hay una cláusula de revisión y precisamente, en estos días hemos revisado ese acuerdo.
“Hemos adelantado los aumentos que estaban previstos”
Si bien no hemos revisado los montos, porque eso está previsto para el mes de octubre, sí hemos adelantado los aumentos que estaban previstos. El aumento de agosto se adelantó a julio y el de octubre se adelantó a septiembre. Y hubo un pequeño reconocimiento también, como el salario también está constituido por el litro de leche, se actualizó el litro de leche. Y en octubre seguramente nos tendremos que sentar y revisar nuevamente los números de acuerdo a la realidad que vive el país.
Con respecto a lo del acuerdo que se logró con Comercio Interior, es una cuestión diferente, entendiendo que el sector sistemáticamente viene atravesando crisis y digo sistemáticamente, porque son crisis sistémicas en que más o menos nos ocurre siempre la misma cuestión. Entonces por un lado teníamos una especie de condicionamiento hacia los precios en el mercado interno y por otro lado también entendíamos que en un contexto tan complejo como el que estamos atravesando con un elemento nuevo como es el tema de la pandemia en donde esto nadie lo tenía previsto, esto es algo que surgió diferente a todas las crisis anteriores, es un elemento nuevo y debíamos entender que también teníamos que generar un consenso y una propuesta superadora en el sentido que le podamos permitir al consumidor a través del programa de precios cuidados, en donde se puso un volumen importante, un aumento considerable a como estaba anteriormente constituido el programa, que entre el CIL, Apymel y la Junta Intercooperativa aproximadamente en unos 27 millones de litros y si bien es cierto que la mayor parte de esa leche la proveen empresas asociadas al CIL y que entendimos que había de alguna manera generar una especie de consenso en donde por un lado le demos previsibilidad a la actividad, que no nos pase lo que pasó con otros sectores en donde se intervenga en exportaciones o el comercio interior, que por otro lado también le dé al gobierno una herramienta donde pueda plantear un programa en donde el consumidor puede acceder con precios acordados y por otro lado también, el compromiso de ir eliminando gradualmente todo lo que era el esquema de Precios Máximos. Es cierto que fue un acuerdo muy complejo, no te olvides que en las empresas tenemos una gran heterogeneidad, tanto de mercado, como de productos. Entonces, realmente fue muy complejo, por ahí cuando más o menos la cosa estaba se cayó una empresa, cuando logramos acordar con esa se nos caía otra y así el acuerdo estuvo varias veces a punto de naufragar y en eso también quiero destacar el enorme trabajo, no solamente de las cámaras, de la empresa que constituyen las cámaras, también de los funcionarios, tanto de la Dirección de Lechería como de Comercio Interior en donde con una enorme voluntad de poder acordar pudimos sellar el acuerdo y me parece que fue muy importante, no tanto por el acuerdo en sí, porque en definitiva estamos hablando de un volumen, que si bien es importante, en términos relativos es aproximadamente un 3 a un 5% de la producción nacional de leche, que está en un programa con precios acordados, eso de alguna manera nos dio previsibilidad de que no nos intervengan los mercados, se están recuperando algo de precios en el mercado interno y también de alguna forma le estamos dando al gobierno una herramienta para que pueda darle a los sectores de menores ingresos productos a precios acordados, con lo cual, para mí la base de las soluciones de los problemas estructurales que tiene nuestro país es precisamente lograr consensos que no son muchos son 4, 5, 10 cuestiones a lo sumo, en las que nos tenemos que poner de acuerdo y después más allá de quien gobierne esas cosas que queden fuera discusión. Entonces, en la búsqueda de esos consensos hemos logrado este acuerdo y lo considero muy importante, más viendo un poco lo que está pasando en otros sectores, en otras actividades en donde hay un nivel de intervención que realmente distorsiona tremendamente y perjudica a toda la cadena.
Esas dificultades de las que hablaba que se dieron en la negociación con las empresas, seguramente tiene que ver con que seguramente dentro del CIL hay empresarios que no están de acuerdo con este tipo de programas de precios regulados, que preferirían otro tipo de políticas. Algunos sostienen que Precios Cuidados es un pie que complica a toda la cadena para que podamos crecer o que tengamos un mercado más interesante. ¿Esas fueron las complicaciones internas que hubo?
A ver, ¿este acuerdo soluciona todos los problemas que tenemos en el sector? no. Es el mejor acuerdo posible en un contexto como este, obviamente que la lógica indica que debe ser el mercado el que termine generando los equilibrios necesarios. También tenemos que entender el contexto en el que estamos. Estamos en un contexto atípico en donde hay una serie de cuestiones totalmente anormales, por diversas causas, creo que la pandemia es una y otra por otro lado los desacoples en la macroeconomía y esta realidad, este momento especial, también hay que entenderlo, ¿es lo ideal, es lo es lo mejor? y probablemente no. Ahora a qué se tomen otro tipo de medidas como se tomaron en otros sectores ,yo creo que podría ser mucho más perjudicial para el sector que este programa, porque este programa absorbe entre un 3 y un 5% del total de leche, en términos relativos es un porcentaje muy bajo con lo cual, si tenemos en cuenta, por ejemplo, lo que es la exportación, en donde a los precios actuales la exportación es un negocio de contribución negativa, de hecho es mucho peor aún si le ponemos una medida que perjudique aún más al mercado exportador y sabemos que Argentina sí o sí tiene que exportar un excedente ya que el consumo interno es aproximadamente un 80% de lo que produce y el resto se tiene que exportar. Afortunadamente hasta ahora los precios de exportación fueron favorables hasta hace un mes atrás, a partir de las de las sucesivas bajas que se dieron en el mercado internacional y con el aumento de los costos que se dieron en el mercado interno, nuevamente estamos en una situación donde la exportación a 3.500 3.600 dólares, con las actuales presiones en materia prima, obviamente que no es rentable. Entonces, por eso, cuando se plantean este tipo de cuestiones hay que analizarlas dentro de un contexto y una mirada integral de lo que es la actividad.
“La escala en esta actividad es fundamental”
Entonces estamos en un problema más complejo, conocíamos en estos días un informe del OCLA que muestra que el valor generado por la industria láctea argentina es de U$S 0,51 por litro de leche procesado, la mitad de lo que generan las grandes empresas en el mundo. Es un condicionante muy fuerte para el futuro si los precios internacionales no traccionan y dependemos de los precios internos en un mercado que está absolutamente deprimido estamos complicados.
Por eso, yo la mirada que tengo sobre el sector, cuando se analiza el sector, es casi imposible analizar la problemática del sector desde la mirada de un solo eslabón de la cadena, más allá que hoy son varios eslabones, creo que básicamente lo que es la producción primaria y la industria tenemos que tener una agenda de temas en común para resolver cuestiones de tipo estructural. Cuestiones que tienen que ver con los aspectos macro y exógenos y con cuestiones micro o interna de cada uno, de las empresas. Cuando analizamos por ejemplo las brechas de productividad que hay entre un establecimiento y otro, a veces alambrado de por medio, y te encontrás con diferencias abismales y algo parecido pasa a nivel Industrial, entonces más allá de las cuestiones macro qué tienen que ver con la presión impositiva, que tienen que ver con un montón de cosas, con el costo logístico, por ejemplo, pero cuestiones endógenas del sector que hacen a la competitividad de la cadena que hay que resolverlas. Hoy claramente vemos que si bien es cierto que estamos viviendo un proceso de concentración en la actividad, fundamentalmente la actividad primaria, ese proceso de concentración se da en menor medida de lo que se da en el resto del mundo. Yo no estoy diciendo que eso sea bueno o sea malo, no estoy haciendo un juicio de valor, es un dato de la realidad. Hoy vemos que en el mundo un 4% de los tambos están cerrando por año, ese porcentaje en Argentina es del 2%. La pregunta que nos hacemos nosotros permanentemente, hay un grupo de productores que lamentablemente, si no se encara este negocio desde una mirada distinta en donde por ahí a veces los condicionantes que tiene fundamentalmente el productor más pequeño que es la disponibilidad de tierra, de capital de trabajo, de tecnología, nos invita a pensar en esquemas asociativos, porque claramente la escala en esta actividad es fundamental a la hora de medir la competitividad y no solamente en términos de costos sino que en materia de productividad, por ejemplo la mano de obra.
Generalmente en un tambo pequeño el ordeñador, el vaquero, el inseminador y el mixero pertenecen a un grupo familiar y difícilmente en esta y en cualquier actividad, alguien puede hacer todo bien. En una planta Industrial vos tenés un operario que están una línea y hace la actividad de esa línea, un operario en el campo a veces tiene que atender un parto, inseminar una vaca o tiene que hacer mecánica ligera en un tractor si se rompió, y difícilmente pueda tener los conocimientos de todo esto y de manera eficiente. Conoce un poco de cada cosa.
Eso se puede resolver con mayor escala, en donde la mano de obra se especializa para determinadas tareas, en una explotación pequeña vos no podés tener esa especialización porque no da la actividad. Entonces me parece que el tema de infraestructura, de caminos, de conectividad. Y cuando hablo de infraestructura no solamente me refiero a la infraestructura pública como pueden ser los caminos, sino a la infraestructura interna, donde el personal que vive en el campo tiene que tener buenas viviendas, con comodidades. Muchas veces vemos en algunos campos que las viviendas que existen son viviendas viejas, antiguas, con pocas comodidades. Entonces volvemos a lo mismo, en una explotación pequeña es difícil contar con suficiente capital para hacer las inversiones necesarias para incorporar tecnología, para hacer las inversiones necesarias en infraestructura, con lo cual me parece que hay que buscarlo a través de un proceso de asociativismo que hay en otros países. Ya lo vienen haciendo con ejemplos muy exitosos.