Mañana habrá una tercera y última entrega que abordará más temas de la cadena y de la situación de Manfrey, del cooperativismo y de la alternativas vegetales.
En este contexto del que veníamos hablando, con tantos problemas de infraestructura. ¿El pago de la leche por calidad es viable?
Nosotros desde el CIL somos defensores a ultranza del sistema de pago por calidad. Me parece que esa es una es una cuestión, es un objetivo que debemos plantearnos como cadena y es el deber ser. Ahora la pregunta que yo me hago, que nos hacemos todos, en un sector con un nivel de marginalidad tan alto cómo hacés para aplicar un sistema por pago de calidad, ya sea calidad fisicoquímica o composicional, cuando vos tenés un alto porcentaje de informalidad. La mayoría de las empresas grandes lo tienen y después terminan dando bonificaciones comerciales para llegar al valor acordado por litro, pero me parece que es muy difícil implementar un sistema de pago por calidad sin antes resolver esta cuestión. A mí me parece que es fundamental resolver la cuestión de la informalidad, porque la informalidad no es solamente una cuestión de competencia desleal, que de hecho lo es. La informalidad es un elemento muy muy fuerte de distorsión en los mercados. Cuando vos viajás en el auto, parás en un semáforo y ves el pizarrón en la esquina con el precio del cremoso, claramente esos precios no pueden ser, no existirían si no fuese no fuese informal. Entonces realmente la informalidad es algo que nos afecta a todos en la cadena, afecta a la producción primaria, a la industria y te digo que ni al consumidor beneficia, porque por ahí puede conseguir mejores precios pero a la larga eso no le ayuda porque es un elemento que no le da transparencia a la cadena y como te decía recién termina distorsionando el mercado, con lo cual me parece que es una materia pendiente y que debemos resolver ese tema para poder resolver las otras cuestiones como por ejemplo el sistema de pago por calidad.
Pero convengamos en algo, estamos en el S XXI y la tecnología hace visibles cosas que antes se podían ocultar. El acceso a la información, los controles digitales, estas herramientas transparentan la cadena, por lo que si hay informalidad es porque alguien la tolera.
Cuando recién hablábamos acuerdo que firmamos con Comercio Interior y con la Dirección de Lechería una de las cuestiones que se acordó es la de constituir una mesa de trabajo donde se abordaran distintos temas que impactan sobre el sector, algunos de carácter coyuntural y otros de tipo estructural. Una de las cuestiones que se habló por ejemplo es de financiamiento y otra serie de cuestiones que son más estructurales, pero una de las cuestiones a abordar es precisamente este tema. De hecho hay algunas acciones que ya se generaron salieron el otro día más de 250 intimaciones, porque el tema de la informalidad no es solamente informalidad impositiva, cuando hablamos de informalidad hablamos de informalidad impositiva, bromatológica, sanitaria y laboral. Hay de todo, y ojo que por ahí se asocia a la informalidad con la pequeña empresa, y la informalidad es un flagelo que es transversal, hay informalidad en la pequeña y también en la mediana y la grande. Entonces hay un compromiso por parte del gobierno de afrontar esta situación y resolverlo. Tampoco es una cuestión que se va a resolver de un día para el otro ni es lo que nosotros pretendemos, porque es difícil e incluso también hay que entender que en muchos lugares forma parte esencial de la economía, en muchos pueblos en donde hay fábricas forma parte de la única fuente de trabajo, entonces bueno, que se le dé el tiempo y las facilidades para que realmente pueda estar en relación a lo que es el resto de la industria.
La informalidad no hay que mirarla solamente como una competencia desleal, este tema que hablábamos del sistema de pago, por ejemplo, es una consecuencia de no poderlo aplicar precisamente por esta cuestión.
¿Vos decías que desde el CIL tienen asumido ese objetivo, pero te pregunto si en las reuniones notas desde las otras gremiales industriales la misma predisposición?
Yo no puedo opinar por otras entidades, pero no percibo que haya resistencia, al contrario, creo que todos tienen muy claro de que es un tema que hay que abordar.
Han trabajado en conjunto el CIL con APYMEL y la JIL tanto en las paritarias como en el acuerdo con el gobierno, hay posibilidades de que en conjunto avancen sobre otros temas, más allá de la mesa a la que convoca el gobierno. Hablo de una agenda en común de la industria.
De hecho lo venimos haciendo, dentro de esa mesa de trabajo que generó el gobierno participamos todos y en mi caso particular me he reunido con otras entidades, productores también, porque entiendo que si realmente queremos generar las condiciones necesarias para una lechería en crecimiento, primero que no podemos estar enfrentados y echándonos la culpa, que la culpa la tiene la producción primaria, o que la culpa la tiene la industria, a ver, debemos tener una agenda de temas en común que debemos resolver y debemos encararlos de manera conjunta.
Hay otros temas que son más específico de la producción primaria, pero creo que tanto la producción primaria como la industria necesitamos una lechería en crecimiento. La industria, los fierros que tienen sus plantas sirven para industrializar leche, no tenemos la posibilidad que por ahí existe en el sector primario que puede hacer agricultura u otra actividad, nosotros no podemos acopiar granos o industrializar soja, tenemos que industrializar leche. Entonces, necesitamos que el productor producto más, pero para que el productor produzca más la actividad tiene que ser rentable.
Yo creo que estamos viviendo un proceso de grandes cambios en donde no solamente a nivel de producción, sino de cambios culturales en donde una de las cuestiones que realmente impactan sobre nuestra actividad tiene que ver precisamente con la continuidad generacional. La mayoría de las empresas agropecuarias son empresas familiares y muchas veces por distintos motivos no hay continuidad. Sabemos que la lechería compite en el uso de la tierra con otras actividades por lo que la actividad, justamente por la complejidad que tiene, tiene que ser rentable. Si no es rentable el productor va a producir menos o va a producir otra cosa, y si el productor no produce leche nosotros vamos a tener las fábricas vacías. Con lo cual viene a ser la agenda del crecimiento.
Por eso valoro muchísimo el trabajo que se viene haciendo desde Funpel, donde participé en los primeros años cuando se creó. Y es el único contexto en donde está la producción, la industria, el Inta, trabajando de manera mancomunada con una agenda común de temas, brindando información, datos estadísticos muy importantes. Si nosotros analizamos la cantidad de información esencial que sale del Funpel es tremendo. Por eso creo que es una herramienta muy valiosa, que hay que cuidar y apoyar, porque es lo que nos va a permitir tener la lechería que todos deseamos. Una lechería que tenemos que pensar en el largo plazo, tenemos que lograr los consensos necesarios en toda la cadena y tiene que ser una lechería rentable como toda actividad económica y productiva. Si no es rentable se va a hacer otra cosa.
Cuando nosotros analizamos la demanda a nivel mundial y la producción a nivel mundial, vemos como en períodos no tan cortos de tiempo, la curva de la demanda se separa con respecto a la curva de producción. Cuáles son los países están en condiciones de producir leche a costos inferiores como pueden ser los números de Estados Unidos o la Unión Europea. Bueno, Oceanía que ya prácticamente está en el techo de producción, no tienen mucho más para crecer, y estamos Uruguay, el sur de Brasil y Argentina. Entonces me parece que este es un dato de la realidad, que tenemos que tener una lechería con una alta participación exportadora, pero no una participación exportadora con quebrantos, una exportación realmente con renta y para eso tenemos que trabajar tanto a nivel de industria como a nivel de producción primaria para tener una agenda de competitividad que nos permita, precisamente, aprovechando todo ese potencial que tenemos y las ventajas geográficas y climáticas para realmente poder producir a bajos costos y abastecer esa mayor demanda a nivel mundial.
Bueno, pero justamente, hoy la exportación tiene retenciones, y hace un mes se armó cierto revuelo cuando se aumentaron las retenciones a los caseinatos, los sueros, y se los llevó a los valores del queso. Incluso hubo polémica porque algunos lo adjudicaron a un pedido de Apymel que según entiendo era para que los quesos se llevaran a los otros valores y no que se subieran más las retenciones.
Sí, el gobierno igualó para abajo, hizo al revés de lo que se le pedía.
Por eso, nuevas medidas que complican el negocio exportador, más con estos precios de mercado.
A ver, yo quiero decir lo que pienso al respecto. Yo, conceptualmente creo que un país que quiere crecer en exportaciones no puede al mismo tiempo gravar cualquier producto con derechos de exportación. Ya sea el producto primario, un agroalimento o un producto industrial. Ahora, analicemos los últimos 20 años, y quiero hacer la aclaración porque no quiero que se malinterprete como que estoy a favor de las retenciones, conceptualmente estoy en contra, pero si vamos a exportar con retenciones cero, con un tipo de cambio súper atrasado, en definitiva, es lo mismo o peor que esto. Entonces, cuando se analizan este tipo de cuestiones, lo que tenemos que analizar en su conjunto es todo el panorama. Cuando se pusieron las retenciones había un tipo de cambio súper competitivo, por lo que por ahí se entendía, o tenía cierta lógica. Hoy ese tipo de cambio, no digo que esté atrasado, pero no es el mismo tipo de cambio que cuando se implementó esta medida. Entonces, cuando hablamos de estos temas, se convierte en un tema casi religioso, y me parece que en el medio hay grises que hay que tenerlos en cuenta en los distintos contextos.
Nosotros llegamos a exportar con cero retenciones y tipos de cambio súper atrasados, y cuando tenemos retenciones y tipo de cambio súper competitivo es una cosa y cuando hay retenciones con atraso cambiario es desastroso, y podemos no tener retenciones con un atraso cambiario mucho mayor, lo que termina siendo letal.
Cuando se implementó este esquema teníamos un tipo de cambio más competitivo, y hoy tenemos una brecha en los tipos de cambios, el que quieras, Blue, Bolsa, Mep, etcétera contra el oficial, hoy es una brecha importante, entonces, cuando hablamos de retenciones no es blanco o negro, yo no las comparto, creo que un país que quiere crecer en exportaciones, y Argentina necesita exportar más porque es la única forma genuina de incorporar divisas que necesitamos para afrontar los compromisos externos, por lo que si queremos crecer en exportaciones, no las podemos gravar con retenciones, pero cuando analizamos el contexto, no es absoluto, y a veces se vuelve casi religioso, por lo que hay que tener en cuenta el tipo de cambio, el momento, y es un tema que requiere una revisión constante, pero lamentablemente en este país cuando se toma una medida después queda para siempre. Y este es un tema que hay que seguirlo, porque no es lo mismo una retención del 9% con una leche de U$S 4.000 que con una de 3.500. No es lo mismo con un dólar de 60 pesos como estaba en su momento que con un dólar a 100 pero con una inflación del 40 o 50%. Además tenemos que tener en cuenta otros aspectos que tienen que ver con el impacto en el mercado interno y la diferenciación y capacidad de compra de cada una de las empresas.
Recién hablábamos de la gran heterogeneidad que tenemos, por lo que es necesario generar mecanismos que generen ciertos equilibrios entre el mercado interno y la exportación, porque a veces se da que la exportación tracciona, pero la mayoría de las veces es al revés, porque el mercado interno es más redituable que la exportación. Entonces, lograr esa especie de equilibrio es clave para poder crecer y dar posibilidades al productor, que el productor sepa que puede hacer reservas, comprar o guardar vaquillonas, invertir, porque tiene un horizonte de precios y de rentabilidad.
Quería cerrar esta parte de la entrevista hablando sobre la conformación de la nueva Comisión Directiva del CIL, sabemos que como en toda Cámara hay particularidades entre los miembros, con diferentes miradas, diferentes mercados, por lo que quería saber cómo fue conformar esta Comisión y cuáles son los objetivos que se han propuesto
Es cierto que hay una gran heterogeneidad como recién lo decíamos, pero es una Cámara que tiene una tradición, que se convierte en una fortaleza, y es que hay miradas diferentes sobre la actividad, pero no hay aspectos políticos, miradas políticas, en donde se generan pujas como suele ocurrir en otras gremiales empresarias. En ese sentido el CIL es una Cámara que sabe convivir con esas miradas diferentes, y eso nos permite encontrar consensos en medio de los disensos, que nos lleva a posiciones superadoras.
Cuando me ofrecieron hacerme cargo del CIL en esta etapa, vos sabés que además de empresario soy cooperativista, pero también tambero, y esa es una de las cuestiones que nos hemos propuesto desde el CIL. Ya hemos tenido un par de reuniones con los representantes de producción primaria de cada una de las empresas, donde todas estas cosas que venimos hablando son partes de la agenda del CIL, nosotros entendemos que el productor no es alguien que solamente le vende leche a la industria sino que es un socio estratégico que nosotros necesitamos. Por lo que hay que generar las condiciones para que ese productor tenga una actividad rentable, pueda crecer y pueda entregarnos más leche.
Esa mirada forma parte de la agenda del CIL y en eso hay unanimidad de criterio, más allá que después en las góndolas cada uno defienda su espacio. Y fíjate vos que ya tuvimos dos o tres reuniones de representantes de producción primaria de todas las empresas con una participación muy activa y un gran compromiso de trabajar en aspectos que son fundamentales, como el financiamiento de la cadena, en cuestiones que nos preocupan a todos, que son arte de las cuestiones que hay que generar para que la producción crezca.