Néstor Cabrera, preside la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL), una institución con 90 años de historia, porque se fundó en 1933 para contribuir con el bienestar del productor lechero y su familia. Maneja dos tambos ubicados en el Departamento de San José y esa pasión por la lechería hizo que dejara su actividad como operario de la industria frigorífica para radicarse en el campo, invitando a su padre a ser socio del primer tambo. La vida lo llevó a la actividad gremial y hoy es uno de los referentes del sector. Su pasión por la lechería lo hizo dejar su trabajo como operario de la industria frigorífica para radicarse en el campo y radicarse como tambero.
La sequía pasó pero las secuelas quedan y en la lechería hay un grupo de tamberos a los que se les está haciendo cuesta arriba poder afrontar los pagos de las deudas que contrajeron los tambos para poder seguir funcionando. Ese es hoy el principal problema que enfrenta la lechería uruguaya, pese a que hubo un leve repunte de valores en el mercado mundial de lácteos, que los productores, todavía, no pudieron capitalizar. Mientras tanto, continúa discutiéndose en el Instituto Nacional de la Leche (Inale) el proyecto presentado por la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL), con el apoyo de la Consultora CPA Ferrere y la meta de los productores es elevarlo al Parlamento lo antes posible, para poder ponerlo a funcionar en 2024. El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL), Néstor Cabrera, analizó estos y otros temas en su entrevista con Rurales El País.
-¿Cuál es la situación de la lechería?
-El principal problema que está teniendo el sector es el pago de los diferimientos que se hicieron para que los tambos pudieran seguir funcionando durante la sequía. Corresponden a los gastos que se hicieron en invierno para darle de comer a las vacas y a principios de este año, porque las reservas ya se habían consumido durante la seca. También están los adelantos que pidieron los productores para comprar reservas forrajeras o para hacerlas. El pago de estos gastos se estiró para la primavera, luego hubo una caída de precios internacionales y se complicó. El principal cuello de botella que tiene hoy el sector es cómo poder diferir esos costos que se trasladaron para la primavera.
-¿Este problema abarca a todos los productores?
-No abarca a todos los productores. Los tamberos que tuvieron asistencia financiera, en el caso de Conaprole, fueron alrededor del 50%. De ese grupo, algunos están afrontando esos pagos, pero hay otros que no están pudiendo hacerlo. No sé el número exacto de productores, pero está claro que son de todos los estratos sociales: chicos, medianos y grandes. Hay casos que enfrentaron esos costos apoyándose en asistencias del Banco de la República, a otros Conaprole les difirió el pago para abril de 2024 y les otorgó 4 o 5 cuotas, pero hay un porcentaje que sigue sin poder resolver el problema. En la última reunión del Directorio de Conaprole con las gremiales lecheras, se nos informó que Proleco está diseñando una herramienta con financiamiento privado para apoyar a esos productores y facilitándoles un poco más las posibilidades de pago.
-¿Considera que la lechería continúa siendo un buen negocio?
-Sí, lo es, porque si bien el litro de leche está en US$ 0,36 comparado con los US$ 0,43 por litro que teníamos hace dos o tres meses atrás, también los costos bajaron y en estos meses de primavera, cuando los productores hacen las proyecciones, hay un margen para que la lechería siga siendo negocio. En la medida que entremos en el verano donde baja la producción y los costos son otros, la situación puede cambiar. Hoy con los costos de insumos y concentrados, hay un margen e incluso se están haciendo proyecciones para el año con estos costos de insumos y la lechería es negocio. En el sector hay un porcentaje muy alto de productores que no lleva datos económicos y esa es una ineficiencia que tiene el sector y que ha ido corrigiendo, pero todavía queda mucho por hacer.
-¿En qué está el proyecto del fondo Anticíclico que ANPL armó junto con CPA Ferrere?
-Está siendo discutido en la órbita del Inale. Esperamos avanzar bastante en los próximos días. Si bien este proyecto no es la salvación de la lechería, buscamos herramientas que en momentos de dificultades de precios nos permitan poder pasarlos mejor. Hay algunos puntos que tiene el Fondo que hay que discutir con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Es por eso que en los próximos días vamos a tener una reunión. Hay bastante voluntad para avanzar en la creación del Fondo Anticíclico y es importante que la gran mayoría de los productores estemos convencidos que es una herramienta que nos puede ayudar. El Fondo Anticíclico debe ser un proyecto del que la lechería uruguaya se apropie y que las instituciones nucleadas en el Inale, puedan llevar en conjunto este tipo de Fondos, así como otros en los que tenemos que trabajar y todos tenemos que estar de acuerdo.
-Hubo algunas modificaciones al documento presentado.
-Sí, en el Inale se le hicieron algunos cambios al proyecto y ahora está medio en la etapa final. La idea es que en noviembre quede listo para que el próximo año se le pueda dar trámite parlamentario, generar la discusión política y poderlo sacar antes de junio de 2024. Creo que hay grandes posibilidades de que se concrete pero hay que seguirlo trabajando.
-¿Se está pensando en discutir la instrumentación de algunos seguros para paliar las crisis climáticas?
-Hay que trabajar en algunos seguros para asegurarse las reservas forrajeras, porque el productor lechero, a diferencia del agricultor, un seguro que no sea comida para las vacas no le aporta mucho. A las vacas no se le puede cerrar la canilla y hay que darles de comer. Lo único que se puede hacer es tener reservas y para eso hay que trabajar en la creación de un seguro. Hay que apoyarse en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca en cómo crear fondos para poder armar buenos stock de reservas para que las próximas sequías no nos corten el alimento del rodeo. La escalera de categorías en el tambo hay que mantenerla, porque lo que se hace hoy es pensando seis meses o un año hacia adelante.
-¿Cómo está la producción de leche?
-Viene un poquito por encima respecto al mismo período del año pasado. En general, en nuestra zona, donde llovió poco, se hizo mucha reserva forrajera. Comparando con un año atrás estamos mucho mejor, estamos con dos pastoreos y buen volumen de forraje. Tenemos una buena cantidad de reservas, no es que se hayan recuperado todas, pero se hizo una buena cantidad. El año pasado en esta época del año teníamos solo un pastoreo y estábamos dando las reservas forrajeras a las vacas (antes de tiempo).
-¿Qué considera que necesita le lechería para crecer?
-Desde 2013 la lechería uruguaya no crece, se estancó. Hay algunos trabajos que se están haciendo y el Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria (FPTA) que el Instituto Nacional de la Leche (Inale) firmó con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), titulado “Gestionando el crecimiento de los sistemas lecheros”, cuyo objetivo es contribuir a la mejora de la gestión empresarial y operativa de los tambos, apunta a la incorporación de tecnología para poder producir más volumen de leche. Se precisa mayor adopción de tecnologías para producir más y crecer.
-¿El recurso humano es otro de los problemas a resolver?
-Sí, es otro de los principales problemas que tenemos, pero el recurso humano no solo mirado desde el punto de vista del trabajador, también observado desde el punto de vista del empresario, con el objetivo de aprender a manejarlo. Es algo que nos cuesta. Hacia adentro de la familia tambera cuesta mucho hacer que nuestros hijos sean parte de la empresa, no solo como trabajador, sino como accionista. Si no se trabajan esas cosas, cuando los productores quieren retirarse y están con un promedio de 70 años, sus hijos decidieron otro camino. Hay que encausar la integración de los hijos en el negocio sin que nosotros seamos desplazados. La lechería tiene potencial para crecer y posee tecnología, hay herramientas y conocimiento para lograrlo. A su vez, la incorporación de tecnología habría que encararla con los productores pequeños y medianos. En ANPL venimos trabajando en el área de jóvenes y de género. Con Conaprole se viene trabajando, hace un año, con un proyecto para armar un manual de integración generacional, donde participan sicólogos y asistentes sociales, entre muchos otros profesionales y hacen un gran aporte.
Vacas más productivas y mejorar la eficiencia
-¿A nivel productivo cuál considera es el desafío?
– Creo que hay un sector de productores que está yendo por un camino de intensificar a través de los encierros, pero la mayoría va por el intensificar en lo que es vaca masa por hectárea. A nivel genético se mejoró mucho, también se mejoró a nivel de sólidos, pero aún resta mucho camino por transitar. Con producciones de 21 o 22 litros se puede tener buenos niveles de rentabilidad, incluso con costos altos. La competencia de la lechería es la agricultura (por las tierras) y las veces que se quiso armar cuenca fuera de la región no se tuvo éxito. Creo que todo va por intensificar la producción en los tambos y ser más eficiente. Las áreas lecheras en general cuando cierran los números son eficientes, pero en el global de la empresa, la recría y algunas otras actividades que faltan afinar, terminan trayendo el margen hacia abajo.