Aunque todavía no han implementado el modelo en toda la compañía, el objetivo es crea un ciclo de retroalimentación entre los fertilizantes y el combustible.
Las grandes empresas ya están empleando todos los recursos de que disponen para lograr el objetivo de cero emisiones de carbono de cara a 2050, pero no son las únicas.
La compañía láctea Arla Foods, alineada con estos planes de reducir sus gases de efecto invernadero, ha calculado que alrededor del 85% de sus emisiones totales provienen de sus más de 10.000 granjas en Europa, una combinación del metano y el óxido nitroso de las propias vacas y el combustible de sus camiones. Su solución para acabar con ellas: aprovecharlas.
La mayoría de los gases emitidos por las vacas vienen de sus flatulencias y el estiércol de las granjas. Este material, que los agricultores usan como fertilizante, actúa como digestor en el estómago de las vacas, se puede limpiar y licuar en forma de combustible para surtir a los camiones de reparto, lo cual acabaría con tantas emisiones de gases de efecto invernadero. En la actualidad, Arla está llevando a cabo el ensayo con dos de sus granjas en Buckinghamshire, un condado al noroeste de Londres.
“Lo recogemos de 2 granjas como parte del ensayo, pero tenemos otras 2.500 para ir a más largo plazo, así que definitivamente hay la oportunidad de ampliar la red. Tenemos un montón de estiércol de vaca”, precisó Graham Wilkinson, consejero delegado de la empresa, a la CNBC. Por el momento, el proyecto se encuentra en medio de una prueba de 3 meses que estudia la viabilidad de convertir el estiércol en combustible.
El ensayo, comenzado en Suecia en 2019, alcanza ya el potencial de producir biocombustible por valor de 54 millones de litros de diesel, que no sólo es menos contaminante, sino que es más barato.
“La ambición sería ir por este camino (de biocombustible) y que sea más viable económicamente que el diesel. De todos modos, tenemos que pensar de forma diferente al diesel”, añade Wilkinson. “Por cada litro de diesel que reemplazamos con biocombustibles, en realidad reducimos nuestras emisiones de carbono en cerca de 2 litros, así que en realidad está teniendo una especie de doble efecto positivo”, resume.
El proceso de producción anaeróbica también produce una sustancia llamada digestato, que los agricultores pueden utilizar como fertilizante natural para los cultivos. Por lo general, esparcen el estiércol y el purín directamente sobre los cultivos, mejorando también la productividad de esta parte de la cadena.
Eventualmente, la idea de Arla es llegar a un punto en el que los agricultores no tengan que usar el fertilizante manufacturado rico en óxido nitroso que actualmente contribuye a las emisiones de carbono. Además de beneficiar al medio ambiente y a los agricultores, el segundo gran objetivo a largo plazo es ahorrar dinero, en una industria en la que el precio que se paga por la leche fluctúa constantemente.
“A lo largo de toda nuestra cadena de suministro estamos mirando sin cesar cómo hacemos las cosas, y cómo podemos simplificarlas. El potencial con este ensayo es que podría ser otro ejemplo de dónde podríamos realmente sacar el costo y beneficiar a nuestros agricultores al mismo tiempo”, presume el director de la empresa.