Frente a la crisis por COVID-19 la región latinoamericana será una de las más afectadas en su economía y en el desarrollo de sectores productivos como el lácteo, presentando un desaceleramiento frente al resto del mundo. Localmente, el nivel de producción en Argentina cayó en la última década.

La crisis mundial por la pandemia de coronavirus afectó los mercados de consumo globales, alteró las relaciones comerciales internacionales y golpeó la producción.
En este sentido, la región latinoamericana es quizás una de las que mayores efectos negativos y persistentes tendrá en su economía. “La incertidumbre determinada por la COVID-19 tiene mayor evidencia en América Latina que en otros contextos mundiales debido a la fuerte volatilidad económica, política y social que caracteriza a la región”, señaló un informe presentado por el OCLA.
Así mismo, el documento presentado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) señala que frente a los cambios en los hábitos de consumo en favor de la venta minorista y en detrimento de las de servicios, con un aumento de la leche UHT y en polvo y disminución de otros derivados, no escasearon nunca los productos lácteos en góndola debido al “hábito de los operadores de adaptarse a los rápidos cambios que a menudo caracterizan a la región”.
Sin lugar a dudas, uno de los factores claves que perjudican al sector lácteo es la volatilidad de la moneda, en vilo constante por el dólar. La depreciación de las monedas en relación al dólar provoca mayores costos de importación de insumos necesarios para la producción y, aunque podría beneficiar a la exportación ofreciendo valores más accesibles a la demanda externa, ésta, en franco descenso, está lejos de equilibrar la situación.
Al respecto, un reciente informe del Banco Mundial indica que “la COVID-19 y las recesiones resultantes que envuelven vastas franjas del mundo dejarán cicatrices duraderas, afectando la productividad por períodos prolongados” afectando en mayor medida a las economías emergentes.
Por otro lado, la producción de leche a nivel mundial, según las estimaciones, de FAO presentan para el 2020 un crecimiento del 0,8%, la tasa más baja desde el año 1997, con 851,8 millones de toneladas en 2019 contra 858,9 millones de toneladas proyectadas para este año, informó el OCLA.
Dentro de ese marco, la producción de leche de la región latinoamericana aportaría en 2020 el 11,2% de la producción mundial: una proporción menor a la media del trienio 2013-2015, que fue del 12,4% (la máxima participación fue en 2011 con el 12,7%).
Al respecto, el informe señala que la participación de la producción de leche de América Latina y el Caribe en el total mundial comenzó a aumentar desde la década del ´60, cuando se ubicaba en el 5,8% (año 1961, según datos de FAO), hasta llegar al 8,6% a fines de la década del ´80 (año 1990). Luego pegó un salto y hacia 1999 representaba el 12,5%. Desde entonces la participación se ve estancada e incluso con cierto descenso.
Estancamiento del desarrollo productivo en el sector lácteo1
Pese a que la estimación para el año 2019 arrojó un leve crecimiento para la producción regional (+0,8%), algo menor al crecimiento de la producción mundial (+1%), para el 2020 las proyecciones indican que “mientras que la producción mundial aumentaría un 3,0%”, en relación al período de mayor crecimiento 2013-2015, “la producción regional se reduciría en la misma proporción”. Esto plantea que la región está desacelerando su desarrollo frente al resto del mundo.
Al analizar localmente el nivel de producción, observamos que en Argentina cayó la producción de leche en la última década, según permitió conocer un informe reciente de la Consultora Claves a través del medio Supercampo.
En informe de Claves, se observa un deterioro sectorial durante la última década en el rubro de la leche fluida con una caída estimada del 33%. Las proyecciones dan cuenta que la elaboración de leche se reducirá en 593 mil litros: mientras que en el 2010 la producción de leche alcanzaba 1.781.111 litros, este año el nivel de elaboración alcanzará aproximadamente 1.187.000 litros de leche.
En definitiva, la crisis económica mundial a causa de la pandemia impactará en los países emergentes, complicando el desarrollo productivo, debido a la vulnerabilidad económica, las deudas externas, la fragilidad monetaria en relación al dólar, la inestabilidad política y social, la pobreza, etc. El bienestar económico futuro está en manos de los sectores productivos pujantes de la economía de la región y de la Argentina como lo es el sector lácteo y con un pasado reciente marcado por la crisis y un panorama futuro inestable e incierto.
Fuentes consultadas: OCLA (artículo traducido y extractado del newsletter de CLAL.it por Leo Bertozzi) / OCLA (artículo con información de Food Outlook, de FAOSTAT y USDA) / Banco Mundial informe “Perspectivas Económicas Globales” junio 2020 / Supercampo sobre informe Claves.

Te puede interesar

Notas
Relacionadas

Más Leídos

Destacados

Sumate a

Mundo

Seguinos

Suscribite a nuestro newsletter