Así lo expresaron desde la Caprolecoba, con fundamentos sostenidos en el crecimiento del consumo interno y los buenos precios internacionales, aunque reparan en que esta gran oportunidad es tan grande como la incertidumbre que propone la política argentina para el sector lechero.
“Luego de los 11.553 millones de litros producidos en 2021, los tambos transitan 2022 con la idea de no retroceder, pero enfrentamos dos contras en “pinza”. De un lado: los costos inflados por las altas cotizaciones del maíz y la soja. Y del otro: los precios deprimidos por las fuertes restricciones del gobierno a las industrias”, destacan desde la Cámara de Productores de Leche del Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba).
A pesar de estos obstáculos que tiene que sortear la actividad productiva lechera, la Cámara destaca que las oportunidades de hoy son tan grandes como las incertidumbres. “En Argentina no existe -en lácteos- riesgo alguno de desabastecimiento. Consumimos 8.700 mill de litros sobre los 11.500 mill que producimos. Creció el consumo interno y arrancamos 2022 con 42 por ciento más de stock de LPE que en 2021 (dificultades para embarcar)”.
Por otro lado el precio internacional de los lácteos es muy bueno y nuestros competidores tienen problemas para crecer y poderlo capitalizar a pleno. Es un cuadro “pintado” para Argentina y su lechería. Una gran oportunidad. Tan grande como la incertidumbre que nos genera a todos no saber qué irá a hacer la Secretaría de Com. Interior (SCI) por temores infundados”.
En este contexto, remarcan que hay una negociación abierta para recrear el “Acuerdo 2021” que flexibilizó, con límites, los controles de precios a las industrias. “Y si suman una baja en los DEX, nos beneficiaremos todos”, expresan.