El Chhurpi es muy seco, para su procesos de fabricación lo fermentan y luego lo conservan envuelto en pieles de animales. Cada mañana, los fabricantes del queso recolectan hasta 300 litros de leche.
Lo producen a partir de la mejor leche de los chauris, que son los híbridos de yak y vacas, los cuales alimentan exclusivamente de hierbas y pasto en las regiones alpinas altas y además es saludable y nutritivo por su muy bajo contenido de grasa y alto valor proteico.
Según el antropólogo de la Universidad de Tribhuvan en Katmandú, Mukta Singh Lama Tamang, los productos lácteos son parte indisoluble de la cultura y el sustento del Himalaya a lo largo de la historia y que este queso lo inventaron hace miles de años por la necesidad de hacer algo productivo con la leche extra que ya no pueden consumir ni vender.
Este queso presenta cantidades muy bajas de humedad, esto hace que sea muy difícil de morder, sin embargo, ayuda a que el queso sea comestible durante meses o incluso años cuando lo fermentan durante seis a doce meses, lo dejan secar y almacena correctamente en la piel de los animales.
Después, la masa sólida la cuelan, recogen en bolsas de algodón o yute y los golpean y presionan bajo piedras grandes durante 24 horas para eliminar excesos de agua, luego los dejan fermentar durante días antes de cortarlos en bloques rectangulares.
Lo ahúman sobre el fuego de la cocina que es lo que le da el sabor y textura distintivos, todo este proceso permite que el Chhurpi dure hasta 20 años sin enmohecerse y pueda ser comestible.