En ese lapso, la cifra de mini empresarios dedicados a la venta del lácteo pasó de 5 mil a 2 mil 500. La drástica reducción se debe a múltiples factores, pero, principalmente, a que dejó de ser una actividad bien remunerada, como lo era en el siglo pasado.
Hace 20 años los productores percibían un ingreso neto de 6 mil pesos a la semana, y ahora solo reciben 500 pesos aproximadamente, lo que los ha orillado a abandonar el sector para dedicarse a otros oficios con mayores oportunidades económicas, entre los que se encuentran la elaboración de muebles, siembra de alimentos para animales o la renta e incluso venta de sus terrenos.