ESPMEXENGBRAIND

21 Mar 2025
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21 Mar 2025
La sequía en la región Caribe desafía el rendimiento de los tambos. Expertos comparten claves para mantener la producción y optimizar los recursos.
Foto: ADR La suplementación se convierte en una herramienta para enfrentar el déficit nutricional del verano

Mientras que el centro y sur del país enfrentan inundaciones y deslizamientos debido a las intensas lluvias, la región Caribe sigue padeciendo una sequía prolongada. Los ríos han disminuido su cauce, los pastos se han secado y los productores ven con preocupación la falta de agua, en un contraste marcado por los extremos climáticos que golpean al país.

Estas condiciones son limitantes para la producción lechera de los ganaderos. Sin embargo, con una suplementación adecuada, una alimentación balanceada y un manejo eficiente del hato, es posible sostener e incluso incrementar la producción de leche en época de sequía.

Las altas temperaturas y la falta de lluvias impactan directamente la disponibilidad y calidad del pasto. Según Eudes Antonio Garzón, médico veterinario zootecnista, la luz solar excesiva y la falta de agua provocan un proceso de maduración acelerada en los forrajes, reduciendo su valor nutricional.

“En el verano, los forrajes entran en estrés hídrico, lo que acelera la formación de semillas y disminuye la cantidad de proteína, fibra digestible y grasa disponible en el pasto. Esto significa que el ganado consume mayor cantidad de forraje con menos valor nutricional”, señaló Garzón.

Ante este panorama, la clave para mantener una producción de leche constante es implementar estrategias de suplementación y manejo que compensen estas deficiencias.

Eduardo Orozco, ganadero de Valledupar, encontró en el suministro de agua de maleza una estrategia efectiva para mejorar la producción de leche durante la época seca.

Orozco afirmó que “normalmente, en verano mi producción oscilaba entre 12 y 13 cantinas de leche de 40 litros, lo que daba un aproximado de 480 litros de leche. Pero ahora estoy suministrando agua de melaza con sal todos los días después del ordeño. Esto me ha incrementado la producción; la semana pasada mis vacas estaban dando 19 cantinas de leche, es decir, aproximadamente 760 litros de leche, algo que antes no lograba en época de verano”.

Para el ganadero, esta cifra ha sido histórica en su trayectoria, ya que nunca había obtenido tan buena rentabilidad en época de verano.

Esta práctica permite mejorar el consumo de materia seca, aportando energía adicional al ganado y compensando las deficiencias del pasto.

Por su parte, el médico veterinario destacó la importancia de las mezclas formuladas a partir de un análisis nutricional de los forrajes disponibles.

El profesional explicó que “en algunas fincas toman muestras del pasto y, con base en su composición, formulan dietas equilibradas. De ahí surge la técnica de Ración Totalmente Mezclada (TMR), que integra harinas, proteínas y minerales en una mezcla homogénea para maximizar la eficiencia alimenticia del ganado”.

Además de la suplementación, un manejo adecuado del hato es clave para minimizar el impacto del verano. Algunas estrategias recomendadas por los expertos es el acceso constante a agua fresca y limpia, la rotación de potreros, sombra y ventilación adecuada, horarios estratégicos de alimentación y ordeño.

Planeación sostenible y rentable

La clave está en anticiparse a los efectos del clima y aplicar técnicas que permitan mantener un equilibrio entre costos y producción.

La experiencia de ganaderos como Orozco demuestra que es posible sostener e incluso aumentar la producción de leche en esta época del año con prácticas simples pero efectivas. En el verano, la clave no es resistir, sino adaptarse.

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