Estos precios, sumados a la disminución del costo del dólar, hacen que importar leche sea una opción económicamente viable para las empresas, que buscan mantener inventarios altos y presionar a la baja los precios pagados al productor nacional.
Las estrategias de la industria también juegan un papel crucial. Las empresas importan leche descremada y complementan su producción con leche nacional entera, aprovechando su mayor contenido de grasa. De esta manera, logran reducir costos y mantener el precio de acopio bajo, afectando directamente a los ganaderos.
De acuerdo con el experto, el aumento de importaciones continuaría ahondando la crisis en el sector ganadero colombiano, que ya enfrenta precios bajos y dificultades para competir con los productos importados. Cubillos advirtió que la entrada masiva de leche descremada presionará aún más a los productores locales, reduciendo los incentivos para el acopio de leche nacional y afectando a miles de familias ganaderas.
La situación es especialmente preocupante por los altos inventarios nacionales: mientras que el de la leche en polvo descremada se mantuvo entre 900 y 1.200 t, el de la entera subió en 2024 y en octubre estaba cercano a las 19.000 t. Estos excedentes empujan los precios del litro de leche a la baja, intensificando la competencia para los ganaderos.
Con el fin del arancel provisional y la actual tasa de cambio, se espera que las importaciones de leche en polvo se disparen en las próximas semanas. Esto plantea un desafío significativo para el gremio ganadero, y Fedegán, como gremio cúpula, ha venido insistiendo en medidas para mitigar el impacto de estas importaciones, que serán totalmente desgravadas en 2026 como se acordó en el TLC con EE. UU.