La leche en polvo es necesaria para muchas familias estadounidenses, en particular aquellas de bajos ingresos es que las madres vuelven al trabajo inmediatamente después de dar a luz y no pueden amamantar a sus bebés.

No hay final a la vista en Estados Unidos a la escasez de fórmula láctea para bebés, una crisis que ha puesto sobre la mesa la falta de competencia que se ha extendido a lo largo de la economía estadounidense, incluso en bienes esenciales como la comida infantil.

El problema “no se va a solucionar por sí solo en un día o una semana”, dijo este viernes Brian Deese, alto asesor económico de la Casa Blanca, a la cadena de noticias CNN.

No aclaró cuánto tiempo duraría esta situación crítica.

Inicialmente generada por bloqueos en la cadena de suministros y la falta de trabajadores en la producción debido a la pandemia de Covid-19, la escasez se agravó en febrero cuando, tras la muerte de dos niños, el fabricante Abbott anunció el cierre de su planta del estado de Michigan y la “retirada voluntaria” de sus leches en polvo.

La escasez ha dejado a muchos padres desesperados y temerosos de que sus hijos puedan morir de hambre. La leche en polvo es necesaria para muchas familias, en particular aquellas de bajos ingresos donde las madres deben volver al trabajo casi inmediatamente después de dar a luz y no pueden amamantar a sus bebés.

Otro problema es que los precios de la leche en polvo que aún queda en los comercios se dispararon.

Una evaluación de la supervisora Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos autorizó la fórmula de Abbott, pero hizo 483 “observaciones” sobre la planta de elaboración, indicó este viernes Abbott en un comunicado.

“Inmediatamente comenzamos a implementar acciones correctivas y someterlas a la aprobación de la FDA, podemos reactivar nuestra planta de Sturgis, Michigan, dentro de dos semanas”, según la compañía.

La FDA prometió anunciar planes la próxima semana que permitirán, entre otras cosas, la importación de leche en polvo extranjera.

Cuestión de semanas

Actualmente, la FDA prohíbe la mayoría de las leches en polvo para niños fábrica en el exterior, incluyendo productos hechos en Europa, no porque tengan inquietudes de tono sanitario sino debido a los estándares de etiquetado y empaquetado.

“Creemos que estos y otros esfuerzos ayudarán dramáticamente a la mejoría en el suministro en Estados Unidos en cuestión de semanas”, escribió en su cuenta de Twitter el jefe de la FDA, Robert Califf.

El presidente estadounidense, Joe Biden, también dijo que “será cuestión de semanas o menos” cuando vuelvan a llenarse las estanterías. Los niveles de los depósitos han comenzado a estabilizarse esta semana, agregó.

Según el proveedor de datos Datasembly, para el martes, 43% del suministro usual de leche en polvo estaba agotado en las reservas, un 10% más que el promedio de abril.

Brian Deese remarcó que la seguridad era clave para solventar la escasez de leche en polvo, agregando que la administración Biden ha estado trabajando a toda máquina para tratar de garantizar un suministro suficiente.

Acusada de una actitud de espera o incluso de indiferencia, la Casa Blanca anunció algunas medidas el jueves, pero el alcance pareció ser limitado.

Biden sostuvo el viernes que su administración intervino tan pronto se enteró del asunto, pero que debían “moverse con precaución y rapidez al mismo tiempo”.

Sólo tres fabricantes

“La Casa Blanca (…) está considerando todo tipo de opciones para ayudar a los padres, lo cual es bueno”, dijo a la AFP Amanda Starbuck, directora de investigación en el grupo Food & Water Watch, una ONG de seguridad alimentaria.

Señaló que la crisis era indicativo de un problema con la extrema concentración a lo largo de la cadena de producción de alimentos.

Tres compañías estadounidenses controlan el 95% de las ventas de leche en polvo, según Starbuck.

“Importa un poco menos si (…) si hablamos de sodas o papas fritas. Pero importa demasiado cuando hablamos de cosas esenciales como la leche”, dijo.

La situación actual es el resultado de un movimiento de décadas. La concentración ha beneficiado a las compañías estadounidenses que, en ausencia de competidores, lograron acordar los precios entre ellos, explicó Starbuck.

“Pero la culpa no es completamente de estas compañías (…) ¿Por qué nuestro gobierno permitió que (…) solo tres compañías controlaran tanto?”, se preguntó.

Además, el tamaño gigante de las compañías tampoco las hace más eficientes.

“”No es eficiente cuando hay un solo retiro (del producto) que afecta a todos los padres en todo el país que necesitan alimentar a sus hijos”, indicó.

Starbuck consideró que es hora de dar marcha atrás, incluso si eso significa desmantelar a estas grandes corporaciones.

“Lo que tenemos que hacer ahora es aprobar una amplia legislación antimonopolio para controlar mejor a las empresas, para desmantelar las empresas que se han hecho tan grandes que están abusando de su poder en el mercado”, opinó.

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