La lechería argentina no escapa a los obstáculos que afrontan los sectores productivos en general. De hecho, además del combo letal conformado por el clima y la economía, debe sumársele el tan renombrado “dólar maíz”, una decisión política adoptada para recaudar divisas sin medir el gran descalabro que genera en aquellas producciones que tienen al cereal como un insumo clave. Precisamente, la actividad láctea es una de ellas.
Desde el sector lo saben y quien lo dejó bien claro fue el presidente del Centro de la Industria Lechera, Ércole Felippa. En el marco de los 80 años de la Cooperativa láctea Manfrey, que también preside, el reconocido empresario cordobés fue contundente a la hora de las críticas.
“Después de pasar por una sequía sin precedentes debemos afrontar medidas y normas que, lejos de morigerar las cosas, afectan de manera muy negativa la estructura de costos para la producción de leche”, enfatizó en un pasaje de su discurso. Al respecto, detalló: “la implementación de dólares diferenciales provoca enormes distorsiones; y, si bien entendemos y acompañamos como industria y cámara los acuerdos de precios, han demostrado que no son efectivos a la hora de controlar la inflación porque tampoco los consumidores tuvieron alimentos más baratos”. Sobre este punto, remarcó: “la inflación es una consecuencia de claros desequilibrios macroeconómicos y no una causa”.
Felippa también se metió de lleno en las condiciones que necesita el sector para mostrar todo su potencial y así lograr que cada productor “pueda producir más, con rentabilidad, incorporando tecnología y mejorando su calidad de vida”. En ese sentido, afirmó: “es necesario revisar las políticas de derechos de exportación como así también en materia de reintegros a las exportaciones”.
Por supuesto, en medio de la catarsis, también hubo espacio para una problemática que aqueja al sector como la informalidad: “no se puede seguir hablando del ordenamiento del sector con semejante nivel de informalidad, que representa un elemento de fuerte distorsión en el normal funcionamiento de los mercados”.
“No somos un país normal”
En otro pasaje de su discurso, Felippa hizo una reflexión y se preguntó: “¿qué nos pasó cómo país? ¿cuándo comenzó nuestra decadencia?”. Sobre esto, señaló que en los últimos 60 años “tuvimos una inflación promedio del 144% anual” y sentenció: “definitivamente no somos un país normal, debemos dejar atrás 90 años de decadencia y comenzar a construir consensos básicos para sentar las bases del crecimiento porque los problemas de este país no los resuelve un solo gobierno y en un solo período.
Y, apelando a términos futboleros, expresó: “pisemos la pelota, miremos la cancha, dejemos de buscar culpables y hagámonos cargos cada uno de lo que corresponde”.