En una entrevista con el programa “Mañana Sylvestre”, que se emite por Radio 10, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, sostuvo: “La venta de leche desde 2015 hasta ahora cayó un 30%”. Este mismo diagnóstico hizo el jefe de Estado durante una entrevista con el portal “El Cohete a la Luna” y con el canal C5N. ¿Qué dicen los datos?
La venta en el mercado interno de leche fluida (o sea, leche en estado líquido) cayó un 16% en 2019 -último año de la gestión Cambiemos- respecto de 2015 -último año del kirchnerismo-, según datos de la Dirección Nacional Lechera (DNL), que depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Así, este tipo de leche pasó de 1.197.641.000 litros vendidos a 1.008.297.000.
El porcentaje merece algunas aclaraciones. Primero, el dato mensual más reciente corresponde a octubre de 2019. Por eso, ese porcentaje corresponde a la comparación entre el acumulado de los primeros 10 meses de 2015 y el mismo periodo de 2019.
Por otro lado, el número de litros de leche fluida que se venden en el mercado interno proviene de una muestra de empresas. “Las variaciones que de allí surgen consideramos que son lo suficientemente representativas por la manera en la que definimos la muestra de industrias”, explicó a Chequeado Ramiro Suárez Paz, representante del área Estadística de la DNL que hace el informe.
Las ventas de leche fluida se dividen en dos subcategorías. Por un lado están las ventas de la leche larga vida o en cartón -que no requieren refrigeración-, cuya venta aumentó 26%. Por el otro, la leche que requiere refrigeración, la de sachet, cuya venta cayó 36%. En total, eso resulta en una caída general de la venta de leche fluida de 16%.
Made with Flourish
Otra manera de abordar el tema es desde el consumo de lácteos per cápita, que cayó 17% en los últimos 4 años. En 2015, cada habitante consumió 217 litros equivalentes. En 2019, ese consumo fue de 179, según la proyección realizada por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) en base a datos de la DNL. Se trata de una proyección de todo el año porque todavía faltan los datos definitivos de los últimos 2 meses. Si se compara el 2015 con 2018, la caída es del 13%.
Made with Flourish
Ante la consulta de Chequeado, desde Presidencia de la Nación contestaron que Fernández había basado su afirmación en los datos de la DNL que toma OCLA. Cuando se les repreguntó sobre la diferencia entre el 17% que arroja el informe y el 30% mencionado por el Presidente, dejaron de responder.
Para llegar al consumo promedio de leche de cada argentino en un año se consideran todos los alimentos lácteos consumidos, no solo la leche en estado líquido. Por ejemplo, cada kilo de queso duro consumido equivale a 13 kilos de leche, ya que esa es la cantidad de leche necesaria para producir ese queso. En ese listado aparecen productos como dulce de leche, flanes, quesos blandos y duros, etcétera.
Para calcular este índice se restan las exportaciones (la Argentina vendió al exterior el 15% de lo producido durante los primeros 10 meses de 2019) y se suman las importaciones a la producción nacional. Se deduce que el resultado de esa cuenta responde al consumo interno. Además, ese total es dividido por la cantidad de habitantes para obtener el consumo per cápita nacional de cada año.
Por qué cayó la venta de leche
“Concretamente la caída del consumo es por la pérdida del poder adquisitivo, sobre todo en las clases medias. Recordemos que el kilo de queso rallado superó los $ 1.200 y tenían dispositivos de seguridad para que no se lo roben”, explicó a Chequeado Jorge Giraudo, director ejecutivo de OCLA. Y, además, agregó: “Los productos sustitutos asociados al veganismo, como la pseudo leche de almendra y demás, son productos carísimos y que no son de consumo masivo”.
“Entre los factores que afectan a la producción hay que tener en cuenta que hoy el tambero argentino cobra en dólares oficiales US$ 0,26 por litro cuando hace 4 meses cobraba US$ 0,35”, explicó Carlos González, productor tambero de Emilio B. Bunge y presidente de la Filial de Federación Agraria en esa localidad. Según él, otro factor a tener en cuenta es la brecha entre productor y consumidor, que también es alta: “En leche fluida, el consumidor paga 4 veces lo que cobra el tambero. En subproductos esa tasa aumenta un rango de 6 a 10 veces el precio que se le paga al productor”.
“Todavía se comercializa leche que se vende en negro”, explicó González. Giraudo coincidió en que la estadística no captura las dinámicas del mercado informal de leche, por razones obvias, y que esas ventas pueden ser relevantes: “El segmento del mercado marginal, para evadir el IVA, no se registra ni en los tickets en los que se basan las consultoras ni es declarado ante la DNL. En momentos de crisis, la venta informal incrementa de manera significativa en el mercado minorista de proximidad”.
Por lo tanto, lo que dijo Fernández es exagerado: la venta de leche fluida en el mercado interno cayó 16% en 2019 -último año de la gestión Cambiemos- respecto del último año del kirchnerismo, mientras que el consumo de lácteos per cápita cayó 17% en los últimos 4 años. Por lo tanto, hubo una disminución pero que no llegó al30%, como dijo el Presidente.