Fernando Cuccioli es argentino, hace más de 20 años vive en el extranjero. Actualmente es Vicepresidente Ejecutivo del Clúster de las Américas en DeLaval y vino al país a la inauguración de un tambo robótico en Carlos Casares.

Fue una buena oportunidad para que se sentara con EDN a hablar de la tecnología que está cambiando la producción primaria de leche e hiciésemos un repaso por la situación local y global de la lechería en general.

Esta es la primera parte de la entrevista:

Vienen a inaugurar un tambo robótico, uno de los más grandes de Argentina

Sí, es el más grande de Argentina y espero que sea mucho más grande aún, que se amplíe. Como todo, la escala en esta industria, en cualquier industria, la escala importa, porque hoy por hoy se trata de bajar costos y ser más productivo, con lo cual en los tambos robóticos no es una excepción, cuanto más escala, cuanto más tamaño tengas, mejor productividad tenés.
Nosotros tenemos un ejemplo acá cerca en Chile, Ancali con 72 robots y con un plan de expansión a 90 en los próximos 120 días. En el mundo se está dando eso también, salvo Europa que en general por su estructura de mercado en que los tambos son más pequeños. Pero lo mismo en Europa tenemos muchos casos en Alemania, en Inglaterra, en Italia de tambos con 24 robots, 12 robots, y algún otro con 32.

vaca esperando a ordenarse

¿De cuántos robots será este que se inaugura?

Ahora en esta primera etapa de 12, eso son más o menos 800 vacas, pero con la intención de tener una perspectiva a largo plazo de más de 48 robots.

Hablando de perspectivas a largo plazo. Es una inversión que lleva un tiempo de recuperación. ¿Esos tiempos son los mismos acá en Argentina que en otra parte del mundo?

La verdad, es muy difícil responder, porque la situación actual, con sus vaivenes económicos acá en Argentina, plantear a largo plazo es futurología. Es muy difícil de predecir. Hay tantas variables que no controlás que la verdad, yo siempre admiro al productor argentino que sigue en pie, que sigue invirtiendo y sigue apostando porque si lo ves con los ojos de un inversor extranjero es un rompecabezas muy difícil de armar.
En los Estados Unidos las cosas están cambiando, están cambiando no para bien, en el sentido de la incertidumbre. Incertidumbre por la inflación, incertidumbre por los costos, falta de mano de obra, inestabilidad política hasta cierto punto.

Que no se compara con lo que sucede acá

Claro, no se compara, pero en forma relativa a lo que era hay preocupación, el mes pasado el índice de inflación al 6% anualizado para octubre, acá sería una panacea, pero para ese índice para un país acostumbrado al 2% por año está encendiendo las alarmas, las luces rojas.
Con lo cual el tiempo estimado de recuperación es muy difícil de predecir y muy variable, pero lo que vemos es que en general hay tres elementos que benefician a la robótica sobre un sistema tradicional.
Uno, es el ahorro de mano de obra, algo muy importante en un país con altos costos de mano de obra. En Argentina por ahí no es tan importante, pero hay países donde le costo de mano de obra, y la escases de la misma, son un factor importante.
Dos, es el aumento de la producción, que depende de donde venís. Si venís de un tambo convencional, sin automatización, sin las diferentes soluciones que lo pueden modernizar, o sea, si estás en lo básico, básico, y te vas a un tambo robótico el aumento puede ser significativo. De hasta un 10% de la producción.
Y el tercer es algo que está atado también a la producción que es el animal welfare, el bienestar del animal, sobre todo en un tambo con tráfico guiado el animal básicamente decide, y el estrés de ese animal comparado con los tambos tradicionales se reduce drásticamente. Y eso se ve reflejado en el aumento de producción.
Esos son los elementos que hacen que una ecuación financiera sobre una inversión que es más importante, se termine pagando. Y de acuerdo a los vaivenes de la economía lo pagás antes o lo pagás después.

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¿Se podría decir que la concentración de la producción primaria que se está dando en el mundo va a terminar favoreciendo la robotización de los tambos?

Seguro. Ganar escala, ganar tamaño es la forma que la industria está encontrando para ser más productiva y para continuar generando mayor productividad año tras año.
El productor norteamericano, con el que estoy más familiarizado, todos los años gana un porcentaje de productividad, no por hacer una sola cosa, sino por una combinación holística de diferentes acciones. Cómo manejás el tambo, cómo manejás la alimentación, el feeding, cómo manejás la parte genética del animal, el equipamiento, la higiene del mismo.
No es una sola cosa, es una batería de acciones muy holística que va desde la A a la Z, y todos los años hay un poquito más para hacer en esos campos, con mucha tecnología, mucha automatización, mucha data.
Hay un exceso de data hoy por hoy, y para el productor suele ser complicado saber leer esa data, porque si no sabes leer lo correcto es un bombardeo de datos que te termina confundiendo, quedás medio paralizado.
Hay muchos productores que terminan diciendo “gracias, me manejo con lo que ya sé”.

Usted hablaba del crecimiento constante de la producción en EEUU, y yo pensaba que estamos lejos de esas prácticas, por lo que se amplía el potencial de crecimiento para nuestro país. Si bien hay casos muy buenos de tambos de diferentes escalas que trabajan muy bien, la mayoría tiene mucho para avanzar en estos temas.

Totalmente, yo creo que en la modernización del tambero argentino promedio, ahí, todavía hay un GAP que se puede ganar. Y la industria en general va a ganar gran productividad y esto puede ser transformacional. Y es ahí donde tratamos de entrar siempre con soluciones que le den al tambero las herramientas para que pueda ser más productivo, para modernizar su tambo o para tener mejor bienestar de vida, ellos mismos, los animales y el medioambiente, y ser más rentables.

Repasando un poco nuestra historia, a finales de los 80, principios de los 90 se comenzó a acceder a tecnología de punta, lo que produjo un salto productivo muy importante en poco tiempo. ¿Si lográsemos estabilidad económica, todas estas alternativas tecnológicas nos pueden dar otro salto productivo similar?

En un principio, sí. Hay tambos acá que no tienen nada que envidiarles a tambos del primer mundo, Adecco, los propios Biolcati, por nombrar algunos. Hay ejemplos con tambos con inversión y la tecnología adecuada, pero esos son los que están en un extremo. Como digo, si el tambero promedio consigue elevar, no tal vez a esos tambos que son modelos, si consigue aumentar su nivel tecnológico, la industria en Argentina, por el clima que tiene, por los suelos que tiene, tiene todo como para dar un salto importante en lo que es productividad, producción, no me cabe la menor duda.

Me gustaría hacer un párrafo aparte sobre otro país que viene creciendo mucho y que usted conoce muy bien, Brasil. ¿Cómo ven ese mercado, seguirá creciendo, se enfrenta a algunos limitantes?

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Brasil, no tenemos dudas de que va a seguir creciendo. También hay un interés del productor en modernizarse. Estamos nosotros con muy buenos negocios ahí en materia de robótica también. Creo que el productor medio argentino está un poquito más avanzado todavía que el brasileño. Hay mucha fragmentación en el mercado brasileño. Acá el productor se ha id consolidando más rápido, con lo cual me parece que están un poquito más adelantados en el proceso de modernización. Para poder hacer frente a la inversión necesitás tamaño.
Un productor pequeño para tener acceso a todas estas tecnologías en nuestro mercado necesita tamaño. Este no es el mercado europeo donde un productor con 150 vacas puede hacer frente a tener la mejor tecnología que existe. Acá en las américas lo veo muy difícil.
Necesitás tamaño para poder solventar no solo los gastos de equipamiento sino también de gente. Necesitás gente con mejor preparación, necesitás veterinarios, nutricionistas, todo eso tiene un costo. Y ese costo lo podés sobrellevar cuando tenés una escala determinada que te permite hacer frente a esos costos.
Argentina está un poquitito más avanzada en esos aspectos, pero Brasil viene pisando fuerte también y con mucho interés en modernizar también su estructura.

¿Cómo están viendo el mercado latinoamericano en general?

Vemos el mercado de Latinoamérica en general muy bien. Chile, Argentina, Brasil, Colombia también, están mejorando mucho, con muchas ganas también de hacer cosas diferentes, con mucha tecnología. Veo grandes oportunidades en el mercado. Es cierto que la inestabilidad política a veces nos juega en contra en Latinoamérica, pero veo al productor que sigue apostando y jugándosela.
Las herramientas que poseemos hoy para darle al productor una mejor calidad de vida, un mejor manejo de los animales, más productividad y mejor cuidado del medioambiente, siempre lo vemos así de forma holística. A eso le sumamos los suelos, el clima que vemos en Latinoamérica, las bondades que nos brinda, si yo apuesto a largo plazo, le veo mucho futuro a esta industria.
Hay mercados que como vos decías no están creciendo al mismo ritmo, con lo cual hay que mirar a la exportación, porque la región tiene la oportunidad de ser muy competitiva a nivel global.

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