En este caso nos asomamos al mundo, las actualidades y los desafíos que enfrenta el negocio lechero. Aquí se puede leer la primera parte.
¿Cómo está el negocio en el mundo? Estamos observando muchos países con fuertes limitantes, hay pocos países que tienen capacidad de crecimiento. ¿Cómo lo ven, puede estar en estos pequeños detalles de los que hablábamos, pero queda poca tierra por sumar, hay cuestiones ambientales como condicionantes?
El mercado que vemos con mayor crecimiento es China. En China la pandemia ha desnudado un poco la vulnerabilidad de su sistema lácteo. El mercado chino está despertando a los lácteos, porque no es tradicionalmente un mercado de lácteos. Pero a medid que se occidentaliza más, fundamentalmente en las grandes ciudades, el consumo de lácteos está aumentando, y la cantidad de gente que hay hace que aumente en forma de dos dígitos.
Pero la pandemia desnudó un poco la vulnerabilidad y la dependencia a la importación, con lo cual hay una inversión muy grande promovida por el gobierno para crear una infraestructura para tratar de ser lo más autosuficientes. No lo van a lograr en el corto plazo, pero hay inversiones muy grandes y crecimientos muy grandes en todo lo que es modernización de tambos. Incluso en arrancar con tambos desde cero, por eso nuestro negocio está yendo muy fuerte hacia China.
¿Y la India?
La India es el mercado más grande del mundo en lo que se refiere a litro y a cantidad de animales, pero no vemos el mismo nivel de modernización de otros mercados.
Tal vez hace muchos años pensábamos que eso iba a pasar, pero nunca llegamos a tener ese proceso de modernización esperado.
Sin dudas que hay oportunidades, pero no estamos viendo el nivel de inversión como en otros mercados, China por ejemplo.
¿Y el resto del mundo?
Rusia es otro mercado que está creciendo mucho, con mucha modernización, con tambos muy grandes. Como el chino también, copia mucho al mercado americano de grandes tambos rotatorios, con automatización y robótica. Pero también con tambos robóticos como el que inauguramos acá. Es una mezcla, dependiendo de las preferencias del productor.
Luego Europa más estable, creciendo en la estabilidad. Hay todo un tema de sustentabilidad que es lo que está instalado en nuestra industria.
Y Estados Unidos continúa creciendo, está creciendo muy rápido en la transformación de la industria. La consolidación es brutal. Hay Estados que están consolidando en torno al 12% o al 14% de tambos que desaparecen. Es mucho.
Otros a un 6 o 7%, con un promedio general del país de un 8% de tambos que desaparecen. Estimamos que en el año 2030 esto va a caer en forma radical.
Se alcanzaría un nivel de concentración estable.
Tendríamos un nivel de tambos con pocas familias, o dueños, con muchos tambos en diferentes estados, pero que lo manejan como una empresa.
De vuelta, ganar escala, ganar tamaño para afrontar los costos y las tecnologías que se requieren hoy por hoy para estar en el negocio.
Lo invito para el cierre a salir de este tema y que pensemos la lechería del futuro. ¿Cómo ve usted el surgimiento de las alternativas vegetales, el consumo de lácteos, es algo que los preocupa o no lo cree tan relevante?
A ver, si uno mira el crecimiento de las alternativas vegetales, es doble dígito. Están creciendo en forma sostenida todos los años a doble dígito, pero sobre una base muy pequeña. Todavía los mercados, incluso los más desarrollados como el europeo o americano, todavía gran parte del mercado es tradicional, de lácteos.
No vemos que llegue a impactar a la mayor cantidad de productores. Siempre va a ser un nicho. Un nicho de mercado que por los precios y por el valor nutricional de lo que obtenés por lo que estás comprando, va a terminar siendo siempre para una clase social que puede afrontar comprar algo que no le va a dar una nutrición como la que se obtiene de un lácteo normal.
A las grandes masas de la población no las veo yendo a un mercado vegetal.
Sin dudas que las nuevas generaciones le prestan más atención, fundamentalmente las de un estrato social que tienen más formación y que pueden afrontar el comprar una bebida a base vegetal, y creyendo que están tomando algo similar a la leche. Hay una gran ignorancia en el común de la gente, pensando que están comprando algo con un valor nutricional y no lo es. O pensando que están comprando algo que es sustentable en producción, y tampoco lo es.
El consumo de agua en una bebida de almendra es ridículo, y eso la gente no lo sabe, con lo cual no lo veo pasando de un nicho, y como todo nicho el volumen es relativo, es limitado.