El ex decano de la Facultad de Agronomía de la UBA, Fernando Vilella, elaboró un plan de desarrollo agroindustrial para el próximo período presidencial y en su momento fue presentado al equipo de La Libertad Avanza. Si bien su nombre aun no fue confirmado, ya que depende del anuncio del Ministro de Economía, todos aseguran que más allá de ese detalle que recién se conocerá el 10 de diciembre, Vilella ya está trabajando, de hecho, ya hubo reuniones con las actuales autoridades de la Secretaría.
El pensamiento de Vilella es más que conocido en el sector, porque más allá de su rol académico, también ha sido durante años columnista del programa “Mitre y el Campo” donde a lo largo de los años ha ido explicando lo que es el concepto de “Vaca Viva” como base del proyecto para aumentar las exportaciones agrobioindustriales.
La base se puede resumir en un concepto corto y completo, aunque sepamos que es mucho más profunda, ofrecer al sector agrobioindustrial el mismo tratamiento que a los inversores de “Vaca Muerta”.
Su idea es la de incentivar las inversiones en el sector, para de esa forma mejorar significativamente la oferta para de esa forma aumentar las exportaciones sectoriales y no seguir atados al concepto actual que se ha centrado siempre en poner por delante la demanda.
Para el desarrollo del plan bioeconómico, Vilella lidera un equipo de unas 25 personas junto con Pedro Vigneau, que fue presidente de la Sociedad Rural de Bolívar, de la Asociación de Productores en Siembra Directa (Aapresid) y es el actual de la Asociación de la cadena del maíz y el sorgo, Maizar, y con Germán Paats, que presidió la Rural de Tapalqué y hasta hace unos días también la organización Barbechando, enfocada en incidir sobre los temas agropecuarios en el Congreso.
El plan del equipo del ahora flamante presidente electo se propone como objetivo duplicar las exportaciones del sector antes de cinco años. Esto supone no solo exportar más, sino con más valor agregado, pasando de venderle al mundo mayoritariamente productos de alimentación animal, como hasta ahora, a desarrollar la exportación de alimentos para consumo humano.
En esa línea, se pretende construir una marca país ligada a la sostenibilidad, ya que muchas producciones argentinas tienen muy baja huella ambiental gracias a sus sistemas productivos. También se prevé unificar standards sanitarios, para que no haya obligaciones distintas según se trate de productos de exportación o destinados al consumo interno. Y, a la vez, se busca promover la economía circular, por ejemplo, en materia de biocombustibles.
Qué piensa Vilella sobre la lechería
Según sus propias palabras en una de sus columnas radiales, Vilella tiene en claro que el sector lácteo en Argentina representa la quinta Cadena Agroalimentaria (CAA), en cuanto a aportes al Valor Agregado (VA), sólo por detrás de las cadenas de la soja, la bovina, del maíz y del trigo. Es aproximadamente el 1% del PBI en términos de Valor Agregado. Además, es la tercera si se toma el Valor Bruto de Producción (VBP), sólo superado por los complejos de la soja y del sector bovino.
También que la producción ha crecido menos de lo que potencialmente puede dar el sector. Y para eso propone aumentar las inversiones en los tambos para hacer frente al estancamiento productivo y poder así hacer crecer las exportaciones.
En sus columnas ha hablado del programa desarrollado en Brasil, donde con créditos acordes, ha estado confinando una gran cantidad de vacas en los últimos 5 años, más de 1,000,000 de vacas salieron de tambos de baja producción (18-20 lt por vaca en sistema tradicional) y fueron a establos de 200 a 300 vacas con compost pasando a producciones superiores a los 30 litros por vaca, generando una revolución en Brasil.
Para continuar: “En nuestros 20 años perdidos, Brasil pasó del doble de nuestra producción a ser de tres veces y media, llegando a 35 mil millones de litros. Allí el productor recibe en promedio un 22% más en dólares por su producto. Mientras tanto Argentina pasó de producir el 2,24 al 1,15 de la producción mundial y a bajar la participación en las exportaciones globales del 3,6 al 2,4 %.”
Estas ideas, sumadas al proyecto para eliminar de manera inmediata las retenciones a todas las exportaciones del sector, menos a la soja, el maíz y el trigo. Eliminar todos los cupos exportadores, igualar a todas las cadenas en cuento a beneficios impositivos (amortización acelerada, devolución automática crédito IVA, incentivos laborales…etc), bajar la presión tributaria y reducir la brecha cambiaria marcarían el ingreso a una nueva visión para el sector y el país.