¿Qué pasó? Los rendimientos disminuyeron debido a la falta de agroinsumos y la producción agrícola se desplomó, lo que derivó en una crisis económica y una serie de protestas sociales que terminaron con la toma del palacio presidencial y la salida del país de Gotabaya Rajapaksa a mediados de 2022.
Si bien el gobierno se dio cuenta rápido del desastre que había ocasionado y anuló la prohibición en noviembre de 2021, la suba del precio internacional de los fertilizantes –luego del estallido del conflicto ruso-ucraniano en febrero de 2022– hizo inviable el acceso a ese recurso crítico.
Afortunadamente la situación productiva y económica de Sri Lanka viene mejorando desde el año pasado gracias a la asistencia internacional orientada a facilitar la importación de fertilizantes y fitosanitarios.
“Los agricultores ahora tienen acceso a fertilizantes y semillas subsidiados por el gobierno”, señala un reciente informe del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA)
En el país asiático existen dos temporadas del cultivo de arroz: maha y yala, los cuales denominan a los monzones presentes en la región. La temporada maha se extiende desde septiembre a marzo, mientras que la yala es de abril a fines de agosto.
El USDA estima la producción de arroz del año comercial 2023/24 en Sri Lanka sería de 3,3 millones de toneladas, una cifra 9% superior a la proyectada un mes atrás y un 17% más que la lograda en 2022/23.
“Se estima que los rendimientos alcanzarán las 4,22 toneladas por hectárea, un 16% más que hace un año debido al clima ideal y un mejor acceso a los agroinsumos”, resume el informe.