Un acuerdo entre el Comité de Ganaderos del Caquetá y la agencia alemana GIZ, contribuye a que más fincas ganaderas del departamento le apuesten a la sostenibilidad.
CAQUETÁ

Por encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, en el marco del proyecto “PRO RURAL” para el desarrollo rural a través de la ganadería libre de deforestación en Colombia, la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional -GIZ- suscribió un acuerdo con el Comité Departamental de Ganaderos del Caquetá.

El propósito es el fortalecimiento de la estrategia Pacto Caquetá Cero Deforestación y Reconciliación Ganadera; crucial iniciativa de conservación para la amazonia caqueteña y su significado como uno de los ecosistemas más biodiversos y esenciales del planeta.

La iniciativa promueve prácticas ganaderas sostenibles basadas en la formación a los productores en los preceptos para la generación de servicios ecosistémicos en función del paisaje ganadero, y en su conducción hacia la definición de un Plan de Manejo Ambiental Predial que le permita reunir todos los elementos requeridos para obtener el registro de su finca como una nueva Reserva Natural de la Sociedad Civil ante el Estado colombiano.

Toda una metodología multimodal generada y liderada por la Unidad Ambiental del Comité Departamental de Ganaderos del Caquetá -QCO2-, que ha venido logrando con éxito la integración de la ganadería a la conservación ambiental, demostrando que es posible aumentar la productividad, no solamente sin comprometer los bosques, sino liberando áreas de significancia biológica en el marco del compromiso por la conservación y la restauración a partir de la finca ganadera.

La ordenación predial en el marco de una Reserva Natural de la Sociedad Civil beneficia directamente a los ganaderos, toda vez que nuevas actividades en la finca le permiten abrir oportunidades para acceder a mercados diferenciados, a incentivos económicos y al esquema del modelo de Gestión Ganadera Sostenible mientras se contribuye a la protección de áreas de alto valor biológico.

Hasta la fecha, son ya 137 familias que están optimizando sus capacidades organizativas, técnicas y empresariales, e integrando criterios y prácticas de sostenibilidad en sus sistemas productivos que le habilitan para poner en marcha en sus tareas diarias, nuevos verbos tales como: proteger, conservar, restaurar, mitigar, evaluar, significar, estandarizar, innovar y gestionar.

El área intervenida en 14 municipios del Caquetá acumula con estas 137 fincas ganaderas: 11.387 hectáreas que hoy suman en el Registro Único Nacional de Áreas Protegidas -RUNAP- y de las cuales se desprenden 3.790 hectáreas en Área de Conservación, esto es, el área de la finca que mantiene la muestra de paisaje natural: por lo general los relictos de bosque ya sea en estado primario o que están evolucionado naturalmente y ahora se encuentran en proceso de recuperación.

Esta iniciativa también acumula un total de 4.864 hectáreas en Área de Significancia Biológica; los espacios de las fincas de mayor importancia para la protección de ecosistemas, en los que se considera la distribución geográfica de importantes especies tanto animales como vegetales.

Se han establecido también 348 hectáreas en Zona de Amortiguación Protectora: áreas de transición entre el paisaje antrópico y las zonas de conservación, o entre aquel y las áreas especiales para la protección. Así mismo se han caracterizado 420 hectáreas en humedales y 35 en cuerpos de agua.

Otros resultados

Igualmente, se ha logrado la zonificación perimetral de 273 hectáreas como Zona de Restauración en las que se impulsa la recuperación de vegetación que ha sido degradada o destruida, buscando devolver la salud e integridad al sistema. Esta medida es una eficaz oportunidad para detener y revertir la degradación, mejorando los servicios ecosistémicos para la recuperación de la diversidad biológica.

En las 6.426 hectáreas de Agrosistemas, se avanza en el redimensionamiento de la producción de carne y leche bajo la Gestión Ganadera Sostenible, un modelo que hoy juega un papel preponderante en la conservación a escala departamental, dado que en el Caquetá los ecosistemas y hábitats naturales se encuentran degradados y fragmentados, y, además, las áreas protegidas públicas no están preservando todos los tipos de ecosistemas y hábitats regionales.

Es así, como gracias a la directa intervención de GIZ, 160 nuevas fincas convertidas en Reservas Naturales de la Sociedad Civil estarán muy pronto ayudando a mejorar la funcionalidad de los ecosistemas, sirviendo como conectores entre parches de hábitat natural que han quedado desconectados entre sí y también aportan a la conectividad mediante la restauración de las coberturas naturales.

A todo ello se suma la capacitación e instrucción ligadas a la definición de la Reserva Natural y todo el proceso de cambio de mentalidad que este propósito implica, impulsa de manera superlativa la construcción de tejido social y de dignidad de vida en la familia.

Con un enfoque inclusivo que reconoce el papel de las mujeres en la actividad, el proyecto está favoreciendo el nivel de empoderamiento de las mujeres en el sector ganadero, ofreciendo una base sólida para desarrollar políticas e intervenciones que visibilicen su contribución a la economía familiar, que identifiquen las barreras estructurales que limitan su participación y control sobre los recursos y la toma de decisiones, y que promuevan prácticas inclusivas que potencien la autonomía y el liderazgo de las mujeres en el sector.

Es así como el gremio ganadero del Caquetá unido a la GIZ, en un proceso de construcción colectivo, contribuye a la conservación de uno de los ecosistemas más biodiversos y esenciales del planeta, mitigando los impactos de la deforestación, una de las principales amenazas al equilibrio ambiental global.

Al fortalecer la estrategia Pacto Caquetá Cero Deforestación y Reconciliación Ganadera, y apoyar la declaración de predios ganaderos como Reservas Naturales de la Sociedad Civil, el proyecto fomenta prácticas sostenibles en el sector ganadero, que históricamente ha sido un motor de deforestación en la región. Además, al integrar un enfoque de género, asegura la inclusión y participación equitativa de las mujeres en la conservación, promoviendo justicia social y un desarrollo integral del departamento del Caquetá, mientras se salvaguardan bosques de alta importancia biológica.

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