El primer día de este mes debutó en Australia el Código de Conducta Obligatorio que obligó a las empresas lácteas a publicar en línea el precio mínimo que ofrecen para la nueva campaña.

De esta forma, los productores tamberos tienen una ventana hasta el 30 de este mes para cerrar un contrato para la próxima campaña. Este precio total mínimo incluye penalizaciones, tarifas y bonificaciones por la calidad de la leche, componentes, volumen y pagos de fidelización.
Todos esperaban que los precios que se publicaran estuvieran por debajo de lo que realmente la industria estaba dispuesta a pagar, pero a Fonterra la sorpresa lo hizo retroceder.
La Cooperativa Neozelandesa estaba segura de que las demás industrias tirarían el precio muy bajo, y ofrecieron como mínimo 6,06 dólares australianos por kilo de sólidos, pero dos días después tuvo que rectificar su oferta y subió el mínimo a 6,40.
En el medio, lo que sucedió fue muy simple, sus principales competidores Bega Cheese y Saputo Dairy Australia publicaron valores en ese rango, y amenazaron seriamente con quitarle remitentes.
Fonterra dijo que se había mantenido en línea con la convención de la industria para abrir a un precio inferior a la previsión de todo el año, con el entendimiento de que los aumentos se pagarían a lo largo de la temporada donde el mercado lo apoyara. Al parecer no todos miraron el mismo escenario.
Este es un buen ejemplo de que la transparencia y la información son las mejores garantías que puede ofrecer el mercado.

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