El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL), Walter Frisch, dijo en entrevista con Agronegocios Sarandí que “en un mar de dificultades que atraviesa el sector lechero, le agregamos conflictividad y paro. Todo esto empeora las cosas. Si las industrias andan mal, nosotros también vamos a andar mal y la dirigencia sindical no lo ha entendido”.
Este martes se desarrolló un paro parcial y movilizaciones de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL), reclamando políticas de Estado en apoyo a la lechería, a los pequeños productores, al sistema cooperativo y a la industria nacional.
Los trabajadores están preocupados con el cierre de la planta industrial de Conaprole en San Carlos. Al respecto, Frisch expresó que “por más que se tome este tipo de medidas, e incluso si hay una huelga, no vamos a cambiar la decisión sobre la planta de San Carlos. Los productores respaldamos al directorio de Conaprole, e incluso lo estamos mandatando que cierre esa planta, porque no queremos dar ni un paso atrás”.
Agregó que la situación de todas las industrias es compleja, no solo la de Conaprole, y que además todos los productores tienen sus números muy complicados.
Frisch señaló que “estos paros perjudican la venta de productos y generan daños económicos, porque si bien la leche remitida no se tira, sí va a otros destinos finales, donde se valoriza menos. Eso hace que a fin de mes cobremos menos por el precio de la leche”.
El representante de los tamberos que remiten a Conaprole afirmó que si bien la FTIL reivindica su preocupación por los pequeños productores, sus medidas al que más perjudican es al pequeño productor, porque si bien el más grande también es perjudicado, tiene mayores volúmenes y más espalda para soportar alguna baja en el precio.
Cierre de la planta de San Carlos
El cierre de la planta de San Carlos le permitiría a Conaprole dejar de perder U$S 1,5 millones por año, afirmó Frisch, además de la inversión que se ahorraría, “porque es una máquina de empaquetado de leche en bolsitas que tiene más de 30 años. Además de la maquinaria, se requeriría una inversión en tratamiento de efluentes, que son otros varios millones de dólares”.
Por lo tanto, dijo que les pareció correcta la decisión del directorio de Conaprole de cerrar esta planta, y que esa leche sea remitida a plantas donde hay capacidad ociosa, “y así ir hacia ese ahorro o austeridad que le pedimos en la Asamblea de los 29, realizada en julio”.