Aprovechar al máximo los recursos con los que se cuenta y ser lo más autosuficientes posible. Esa es la filosofía de trabajo de GAEC du Mont du ciel, una ganadería de leche francesa de raza montbeliard que decidió diversificar sus ingresos con una planta de biogás propia.
El origen de la explotación es la unión de tres granjas del pueblo de Rillans, una comuna ubicada a medio camino entre Besançon y Montbeliard, en la región gala de Franco Condado. En la actualidad cuenta con 5 socios y un empleado para atender las 180 vacas en producción, los 190 animales de recría y trabajar las 477 hectáreas de terreno de las que disponen.
En el año 2010, tras fusionarse, construyeron un establo nuevo, al que añadieron en el año 2016 la primera unidad de producción de metano, con un digestor de 250 Kw/h que fue ampliado en el año 2019 con una segunda unidad que dobló su capacidad productiva.
Los ingresos de la granja proceden de la venta de leche, de la venta de recría y de la generación de electricidad
“Todo lo necesario para producir la leche o el biogás se produce en la explotación. Tratamos de depender lo menos posible de las compras fuera y para eso tenemos un sistema muy intensivo, tanto en la producción agrícola como ganadera”, indica Henri Cuenot, uno de los socios.
Raza montbeliard y cruces con frisón
La raza sobre la que trabajan es la montbeliard, originaria de esta zona del noroeste de Francia pero extendida ya por todo el país. De hecho, la montbeliard es la raza que más crece en Francia en este momento, impulsada por la cooperativa Coopex, formada por 15.000 explotaciones y encargada de la mejora genética a través de la venta de semen y de la prestación de servicios de acoplamiento o genotipado a los ganaderos socios.
La montbeliard es la raza que más crece en Francia y la segunda en importancia en la cabaña ganadera del país tras la holstein
“Es una raza muy dinámica, que no se detiene, con un programa de acoplamientos muy bueno que permite eliminar rasgos recesivos que no nos interesan y maximizar los valores positivos”, destaca Lydie, incorporada a la granja en el 2015.
Vacas de más de 60 litros
Aunque se trata de una raza rústica, que se adapta muy bien al pastoreo, en GAEC du Mont du ciel destacan su gran versatilidad, lo que permite explotar también su potencial en sistemas intensivos que mantienen el ganado estabulado todo el año, como es su caso.
Para incrementar su potencial de producción hacen cruces con toros frisones. “Las vacas cruzadas alcanzan una producción de litros de leche un poco más alta que las montbeliard puras pero mantienen el nivel de sólidos que nos interesa”, reconoce.
El precio al que cobran la leche es de 44,2 céntimos el litro, con un precio base de 42 céntimos más primas por proteína y calidad higiénica
En esta explotación producen 1,9 millones de litros de leche al año, con una media de 11.000 litros por vaca al 3,9% de grasa y el 3,6% de proteína, uno de los parámetros que busca la industria que les recoge la leche, la empresa Ermitage, que fabrica el queso Raclette.
A los robots les gusta este tipo de vacas porque tienen una buena colocación de pezones
En septiembre del año pasado cambiaron la sala de ordeño 2×12 que tenían por tres robots, con lo que lograron un incremento de producción de litro y medio por vaca y día. “La mejor vaca de la granja produce hoy 69 litros al día y tenemos varias de más de 60 litros porque los robots no están saturados y pasan muchas veces a ordeñarse”, explica Lydie, que afirma que “a los robots les gusta este tipo de vacas porque son animales que tienen una buena colocación de pezones”.
Eliminación voluntaria
A pesar de tener un sistema de producción intensivo, la longevidad de los animales es uno de los factores destacados de esta ganadería. “Tenemos en este momento 5 vacas por encima de los 100.000 litros de leche producidos y 7 lactaciones”, cuenta Lydie.
El 41% de las vacas llega a la tercera lactancia y la tasa de reemplazo de la granja es del 28,5%, aunque buena parte es eliminación voluntaria y solo un 17% es obligada por enfermedades, accidentes o infertilidad del ganado.
Dan salida a vacas de la granja cuando el precio de la carne es bueno y logran un valor medio en el matadero de 2.000€ por animal
“Es muy distinto tener que mandar las vacas al matadero porque tienen algún problema que hacerlo de forma voluntaria cuando el precio que se paga por ellas para carne es elevado, porque en esos casos lo decides tú”, argumenta Lydie.
Venta de novillas para la exportación
Otra fuente de ingresos importante de GAEC du Mont du ciel es la venta de novillas. Recrían en total unas 90 terneras al año, de las que se quedan con 55 para cubrir las necesidades de reemplazo de la explotación y venden las 35 restantes a través de la cooperativa Coopex, que se encarga también de dar salida a los excedentes de recría de los socios.
Emplean las pruebas genómicas para seleccionar con qué terneras se quedan y cuáles venden
Una parte de ellas se marchan con destino a la exportación, principalmente a países del norte de África, como Argelia o Marruecos. Para seleccionar con cuáles se quedan en la granja y cuáles venden utilizan las pruebas genómicas. También hacen uso del semen sexado. “Empezamos por un regalo de aniversario; nos gustó y ahora lo empleamos de manera masiva”, relata Lydie.
El intervalo entre partos se sitúa en esta explotación en 459 días, con dos meses de período seco. El porcentaje de vacas preñadas a la primera es del 42% y el número de dosis empleadas se sitúa de media en 2,4.
Tratan de concentrar los partos en otoño y el 42% de las vacas empreñan a la primera
“Solo les damos un intento con frisón, en el segundo ya ponemos carne, tanto azul belga como charolés”, explican. El primer cruce de la montbeliard lo hacen con holstein y el segundo con parda alpina o roja sueca o danesa.
En las vacas tratan de concentrar la temporada de partos en otoño y en las primerizas la edad al primer parto se sitúa en los 25 meses. Entre la venta de las novillas sobrantes y el valor que alcanzan las vacas que salen hacia el matadero, prácticamente la recría de la granja les sale a cero, sin coste alguno. En lo tocante a los costes veterinarios, se sitúan en 2,2 céntimos por litro de leche producido.
14 kg de concentrado
La alimentación del ganado es elaborada con carro mezclador. La ración unifeed de las vacas en producción incluye 13 kilos de silo de raygrass, 11 kg de silo de maíz, 10 kg de pastone (la mazorca del maíz ensilada), 2 kg de alfalfa deshidratada, 300 gr de paja y 1 kg de hierba seca; más el concentrado, que incluye 4 kg de soja, 2 kg de harina de lentejas, 800 gr de melaza de remolacha y 450 gr de minerales.
A eso se añade el punteo del robot, que incluye cebada, lino y propilenglicol como aditivo. En total, la cantidad máxima de concentrado por vaca y día se sitúa en 14 kg (2.600 kg al año), con un coste de 1.291€ por vaca y año, es decir, unos 13 céntimos por litro de leche producido.
477 hectáreas de superficie
“Nuestro sistema es muy intensivo, tanto en la producción de las vacas como en la producción agrícola de las tierras”, reconoce Henri. Disponen de un total de 477 hectáreas de superficie, de las que destinan 152 a maíz, 125 a otros cereales, 90 a pradera de raygrass y 110 a pradera permanente.
Tan sólo el 1,2% de las tierras que trabajan son de su propiedad, debido al alto coste de adquisición, unos 2.800€ por hectárea, y ello a pesar de estar en Francia el precio regulado por parte de la Administración.
Relevo asegurado
A día de hoy la granja pertenece a la familia Cuenot, tras la jubilación de Etienne, Dominique y Jean-Marie, tres de los socios originales. Además de Henri y su hermano Sebastien, están incorporados sus hijos Francis, Lydie y Loic.
“Los jóvenes van a seguir, tenemos el relevo asegurado”, dice orgulloso Henri, que tiene 3 hijos y 7 nietos. En los momentos de mayor trabajo durante la campaña agrícola, a la hora de conducir la maquinaria, cuentan con el refuerzo de otros parientes. “La unión hace la fuerza y nosotros somos una empresa muy familiar”, remarca.
Una planta de biogás para diversificar los ingresos
Desde el final de las cuotas lácteas Francia no está entre los países europeos con un mejor precio de la leche en origen. De hecho, los precios que están percibiendo en este momento los ganaderos franceses por la leche que producen son más bajos que los que se están pagando en España.
Por eso, GAEC du Mont du ciel decidió hace unos años diversificar sus fuentes de ingresos a través de la venta de novillas y de electricidad para no depender en exclusiva de la venta de leche a la industria.
Con ese objetivo hace 8 años hicieron una inversión de 3,5 millones de euros para la construcción de una planta de biogás que produce 500 kw/h de electricidad. Esa inversión no está aún amortizada, pero les permite tener unos ingresos mensuales asegurados (80.000 €) mediante un acuerdo de comercialización de la energía a 20 años con una compañía eléctrica.
Venden 80.000€ de electricidad al mes mediante un contrato a 20 años con un precio estable
“A las compañías eléctricas les gusta mucho este tipo de producción porque es más estable que la eólica, que también hay en esta zona. Pero cuando hay nieve los aerogeneradores no funcionan y si no hace viento también cae la producción”, argumenta Henri.
Una gran vaca más
En GAEC du Mont du ciel consideran los tres biodigestores con los que cuentan como si fuesen tres cabezas de ganado más. “La planta de biogás es como una gran vaca de leche; cuanto más calidad de forraje se le mete mayor producción de electricidad”, compara.
Por eso, en las rotaciones y programaciones anuales de cultivos de las tierras tienen en cuenta tanto las necesidades de la cabaña ganadera, como las de los biodigestores, con cultivos específicos destinados a la planta de biogás.
Emplean el centeno como cultivo intermedio de valorización energética por sus características agronómicas beneficiosas para el suelo
En una parte de la superficie hacen doble cultivo de hierba y maíz y en la otra parte hacen una rotación más amplia, a 2 años, con trigo, sorgo, centeno y maíz. Tanto el sorgo como el centeno son empleados en exclusiva para la planta de biogás pero Henri destaca al mismo tiempo sus ventajas agronómicas.
“El centeno lo plantamos a mediados de septiembre lo recogemos en el mes de abril. Esta planta tiene una raíz que perfora mucho el suelo y es muy buena porque permite mantener la humedad. El centeno lo cortamos inmaduro con segadora y lo extendimos para hacer el presecado, porque lo importante en este caso es tener materia seca”, explica.
Agricultura “ecológicamente intensiva”
Detrás del centeno plantan maíz con un sistema de siembra directa y abonado con nitrógeno líquido tres días después de plantarlo. “A mí me gusta todo lo intensivo, yo le llamo agricultura ecológicamente intensiva, porque el suelo cuanto más se cultiva menos se contamina porque más consumo de nitrógeno hay”, razona.
Antes de comenzar con la planta de biogás ya hacíamos agricultura de conservación y rotaciones de cultivos
Pero la utilización de esos ciclos tan cortos de cultivo está provocando una acidificación del suelo, a pesar de que el material digestado que devuelven a las tierras tiene un pH 8. Para corregir la acidez del suelo inyectan cual líquido para subir de este modo el pH.
Consume 70 toneladas diarias
La producción eléctrica de la planta de biogás permite cubrir las necesidades de 1.200 hogares pero para lograr eso necesitan incorporar diariamente a los biodigestores 70 toneladas de “alimento”, entre sólido y líquido. “Tenemos que darle de comer igual que a una vaca. Es como si pusiésemos 70 toneladas cada día y sacásemos otras 70 toneladas digestadas después de pasar 60 días dentro del digestor a 45 grados centígrados de temperatura”, dice.
Ese proceso de digestión anaeróbica permite transformar la calidad del nitrógeno para que sea más aprovechable por las plantas, destaca Henri. “El objetivo de la metanización es que se coma los olores y mejorar el abono”, indica.
Echamos mucha paja en las camas; así nuestro ganado está mejor y tenemos también mayor producción de estiércol para el digestor
Además de los distintos cultivos que producen en exclusiva para la planta de biogás, la base de su funcionamiento está en el estiércol generado en la propia granja por el ganado, con un sistema de cama caliente sin cubículos. “Nosotros echamos mucha paja en las camas. Así nuestro ganado está mejor y tenemos también mayor producción de estiércol para el digestor”, razona.
Cada 8 días vacían una parte del establo y llevan ese estiércol para los almacenes que después suministran a la planta de biogás. Generan unas 20 toneladas de estiércol a la semana, que equivaldría a unos 25 metros cúbicos de purín.
Lo más importante para nosotros es que la planta de biogás sea autónoma, que no haya que comprar nada fuera para ella
“Lo más importante para nosotros es que la planta de biogás sea autónoma, que no haya que comprar nada fuera para ella”, dice. En algunos cultivos los biodigestores les permite aprovechar mejor la calidad del forraje. “Tenemos unas 90 hectáreas de pradera artificial donde hacemos producción intensiva de raigrás. Los primeros cortes son para las vacas y los últimos van para el digestor”, explica. También en el maíz reservan unas hectáreas para ensilar por separado a mazorca para las vacas y el tallo de la planta para el digestor.
Secadero para alfalfa
GAEC du Mont du ciel se encuentra en una zona de valle muy productiva en la que llegan a hacer hasta 4 cortes de alfalfa que luego secan con el calor generado por el digestor. Es un proceso en el que buscan obtener la máxima calidad proteica, que llega al 18%.
Ponen entre 2 y 3 kilos diarios de alfalfa deshidratada con el 18% de proteína en la ración de las vacas en producción
“Lo que hacemos es segar la alfalfa, extenderla con cuidado y dejarla 72 horas como máximo en el suelo. Es un proceso que con sol no se puede hacer. Luego la recogemos con cinta para que no pierda la hoja y la cortamos a 4 centímetros de longitud. Eso va al secadero durante 5 días a 50ºC de temperatura”, detalla Henri.
Además de alfalfa, en los tres secaderos que aprovechan el calor generado por los digestores también secan maíz, trigo o leña. “Harían falta 400.000 litros de gasóleo para generar ese calor disponible”, indica. En GAEC du Mont du ciel tratan de aprovechar al máximo todos sus recursos y por eso mediante ese calor mantienen caliente, por ejemplo, el suelo donde tienen a las terneras de recría. “Es algo fabuloso”, destaca Henri.
- Reportaje elaborado con la colaboración comercial de Global Genetics