En Tame, una productora diversifica con búfalos y transforma leche en queso para sortear precios bajos y clima adverso.
En Tame (Arauca), Saida Ydaly Niño Castrillón enfrenta dos desafíos clave: los bajos precios de la leche —que rondan los $1.500 por litro, casi sin variación desde hace 15 años— y los impactos del cambio climático que amenazan la producción tradicional. Para responder, apostó por la innovación y la colaboración.
Lidera la Asociación de Productores y Comercializadores de Leche del Piedemonte Araucano (Aprocolpa), una iniciativa conjunta de pequeños ganaderos que buscan añadir valor: procesan su propia leche y la envían a Bogotá para obtener mejores ingresos. Originalmente tenían 32 asociados y acopiaban 1.200 litros/día; hoy acopian 800 litros diarios y producen quesos doble crema.
Aprovechan 18 litros de leche por cada barra de queso doble crema (2,5 kg), un producto natural sin aditivos. También han incorporado variedades saborizadas y yogur, que se venden en Tame y Bogotá.
La diversificación incluye la introducción del búfalo como alternativa climática: en zonas inundables se adapta mejor, mientras que los bovinos tradicionales se mantienen en áreas más secas. Además, con leche de búfala logran producir más: 1 kg de queso con solo 5 litros, versus 10 litros con leche de vaca.
Su modelo sostenible también implica responsabilidad ambiental: mantiene unas 2.000 especies arbóreas y ha añadido 150 especies nuevas, como guácimo, samán y yopo, apostando por una unidad productiva amigable con el entorno.
Fuente: CONtexto Ganadero