Un conflicto se ha desatado en Panamá 🇵🇦, ya que la empresa Nestlé ha anunciado la suspensión temporal de la compra de leche a 320 ganaderos de las provincias de Azuero y Chiriquí.
Esta medida ha generado gran preocupación en el sector, que advierte sobre un inminente colapso de la economía rural. La compañía argumenta que la decisión se debe a una reducción en la demanda de leche evaporada, lo que la ha obligado a bajar la frecuencia de producción en su planta de Natá de los Caballeros. A pesar de que Nestlé ha asegurado que no saldrá de Panamá y que busca proteger los empleos de su fábrica, los ganaderos temen un impacto económico significativo en sus operaciones y en la estabilidad laboral de la región.
La crisis y sus causas
El problema de la baja demanda, según los ganaderos, se agrava por la entrada masiva de lácteos importados y productos sucedáneos que compiten de manera desleal. Este escenario ha generado un excedente de leche en el mercado local que las empresas procesadoras no pueden absorber. A esto se suma que los productores lecheros panameños han tenido una temporada de producción alta, debido a un invierno inusual que ha mejorado el pasto en meses tradicionalmente secos. La suspensión de la compra por parte de una empresa tan importante como Nestlé, que ha trabajado con más de mil productores, ejerce una presión enorme sobre los eslabones más vulnerables de la cadena de valor láctea.
La respuesta del Gobierno y los ganaderos
Ante la situación, los productores de leche han pedido al Gobierno que intervenga para mitigar el impacto. El Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA) ha reaccionado implementando un programa de compra de queso procesado, leche fluida y otros productos con materia prima 100% nacional para ayudar a absorber el excedente. Los ganaderos también han solicitado a las autoridades que restrinjan la importación de productos sucedáneos y lácteos terminados, ya que consideran que esta es la principal amenaza para la sostenibilidad de la producción nacional.
Precedentes y advertencias
La alerta entre los ganaderos de Panamá no es nueva. En los últimos años, el sector ha manifestado su preocupación por la liberación comercial que se espera para 2026, la cual podría permitir la entrada de productos lácteos de Estados Unidos bajo condiciones de libre comercio, lo que representaría una competencia aún mayor. Este contexto de inestabilidad y la reciente decisión de Nestlé pone en jaque la viabilidad de la industria lechera local, que ha crecido en producción pero ahora enfrenta serios desafíos para colocar su producto en el mercado.
Fuente: La Prensa