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3 Dic 2024
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Entre enero y julio pasados, 40 empresas locales que cotizan en la Bolsa lograron ejercicios rentables mientras que otras 30 sufrieron fuertes pérdidas.

Problemas de arrastre como la recesión, la caída del consumo, la devaluación y el freno de las ventas se suman a los nocivos efectos que las medidas sanitarias contra el Covid-19 causaron en la economía para ofrecer un incierto panorama financiero y comercial en la mayoría de las empresas del país.
Así se evidencia a partir de un relevamiento elaborado por iProfesional sobre los balances correspondientes al primer semestre de este año presentados por 70 compañías que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y en la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Perdedores
Los coletazos del país en cuarentena dejaron su sello en los balances de grandes grupos como Mastellone; Arcor; Aeropuertos Argentina 2000; YPF; Ternium o Impsa.
También en las principales compañías de servicios públicos como Edenor; Edesur y Metrogas. O en cadenas de retail del estilo de Havanna y Grimoldi, pasando por desarrolladoras inmobiliarias como TGLT y Creaurban. Y hasta por el Grupo Clarín, considerado el mayor holding de medios de la Argentina.
Todos presentaron cifras en rojo y forman parte del grupo de 30 compañías, entre grandes, medianas y pequeñas de diferentes sectores industriales y servicios impactadas por pérdidas que, acumuladas, llegan a la impactante cifra de $119.119 millones. Es decir, unos $19.853 millones por mes; o $661 millones por día, o algo más de $27 millones por hora para el período transcurrido entre enero y junio pasados.
Empresas que han sido mayormente impactadas por la crisis que el combate contra el coronavirus desencadenó en todos los sectores económicos, industriales, comerciales y de servicios de la Argentina.
En el caso de las restante 40, con resultados positivos por un global de $103.440 millones, la mayoría de esas ganancias registradas demuestran ser muy inferiores a las logradas durante el mismo semestre del 2019.
Es más, la diferencia entre restar la rentabilidad global con las pérdidas arroja un quebranto general de $15.676 millones para las compañías cotizantes en el mercado bursátil local o Merval.
Del total de ese rojo, cerca del 75% lo aporta el balance semestre de YPF, que arrojó pérdidas por $85.000 millones. La explicación es la misma que para el resto del panel de empresas del Merval que siguieron el mismo camino: el confinamiento obligado redujo la movilidad y derrumbó el consumo, las ventas y los precios del petróleo y del gas.
“La compañía atravesaba una compleja situación desde el punto de vista económico y financiero que se vio profundizada por los efectos generados por la pandemia Covid-19”, indicó la petrolera estatal en un comunicado.
Las palabras intentan reflejar lo que fue el peor momento de la crisis del coronavirus para el sector hidrocarburífero local cuando, entre abril y junio, el precio del barril de petróleo se desplomó a u$s20 y la demanda de nafta cayó 85%, mientras que la de gasoil lo hizo en un 50%.
A esto se le suma la decisión de la petrolera de revaluar sus activos a los nuevos precios, lo que profundizó las pérdidas en los estados contables en $57.400 millones.
También se debe agregar el impacto que tuvieron en sus cuentas varias medidas domésticas tomadas por el Gobierno como el congelamiento del precio de los combustibles y la aplicación de un “barril criollo” con un valor diferente al internacional.
La manera de combatir este preocupante rojo que adoptó la empresa fue la de poner en marcha “una fuerte revisión de su estructura de costos para lograr una operación competitiva a nivel mundial”.
Así encaró un plan para estirar el pago de su deuda en moneda extranjera (u$s1.000 millones), una baja de costos, la reducción de hasta 15% de los salarios de sus empleados en relación de dependencia, la apertura de retiros voluntarios a los que se habrían plegado cerca de 6.000 trabajadores.
Al resto de las petroleras les fue de manera similar. Por lo menos, a las principales, por lo menos las controladas por empresarios del estilo de Alejandro Bulgheroni y Eduardo Eurnekian, o la creada por el ex CEO de YPF, Mguel Galuccio. O la perteneciente al Grupo Techint, de Paolo Rocca.
Es decir, Pan American Energy (PAE), que registró pérdidas por $4.739 millones; Compañía General de Combustibles (CGC), que perdió $1.475 millones; o Vista Oil, que informó un rojo de $3.437 millones.
Lo mismo ocurrió con Tecpetrol, con pérdidas por $1.364 millones contra una ganancia de $1.900 millones en igual lapso del año pasado.
Como en el caso de YPF, las cuatro petroleras sufrieron disminución en las ventas de exportación, comparadas con el 2019, principalmente debido a la caída en el precio internacional del crudo. También, una reducción en el volumen de ventas de productos refinados en Argentina en un promedio del 30%, entre otros efectos. Además, del congelamiento de precios y la drástica caída de las operaciones en la zona de Vaca Muerta.
En el sector energético también se evidencian consecuencias similares a las sufridas por las empresas petroleras. Los casos de Edenor; Edesur y Metrogas así lo demuestran, con pérdidas por $2.257 millones; $4.202 millones y $1.666 millones respectivamente.
Las tres principales distribuidoras de luz y gas del país también sufrieron los efectos del coronavirus, el congelamiento tarifario que ya lleva un año y medio, la disminución de la demanda y la recesión económica. Un combo que las lleva a soportar una profunda crisis financiera, con pérdidas globales por $8.425 millones en lo que va del año.
Los números en rojo vuelven a colocar a estas empresas en situaciones complicadas e inestables que vuelven a generar incertidumbre con respecto al futuro de las concesiones.
El año pasado, la situación había sido muy diferente. Más que nada por los fuertes incrementos de tarifas establecidos en ese momento por el gobierno de Mauricio Macri en las facturas de los consumidores. Metrogas había cerrado el semestre con una ganancia de $908 millones; Edenor, con $1.044 millones mientras que las de Edesur se ubicaron en los $8.587 millones.
Edesur es actualmente, la empresa con mayores frentes de conflicto abiertos con el Gobierno, a partir de la avanzada de un grupo de jefes comunales bonaerenses que buscan cancelar su concesión.
Una situación parecida atraviesan Ausol y Grupo Concesionario del Oeste (GCO), a cargo de las principales autopistas del país y con un conflicto con el Gobierno que también podría derivar en la finalización de los contratos de concesión de las rutas Panamericana, Acceso Oeste y de la Avenida General Paz.
Ambas sociedades son controladas por el holding español Abertis y, además del conflicto con el oficialismo, arrastran problemas de caja producto de haber perdido $2.030 millones en el primer semestre del año, con costos crecientes y peajes congelados desde ya un año.
La industria alimenticia también forma parte del panel de las empresas en rojo. En especial, si se tiene en cuenta la performance de las principales compañías del sector como Molinos Río de la Plata; Arcor y Mastellone.
Si bien la firma de la familia Perez Companc mostró un balance positivo por $598 millones, sus ventas se derrumbaron en un 60%, al igual que la rentabilidad, comparada con las cifras del mismo período del 2019.
Por el lado de la alimenticia de los Pagani, su rojo ascendió a $1.333 millones, mientras que el de Mastellone, donde la firma cordobesa controla el 49% del capital, llegó a los $1.198 millones.
Se trata de una industria que arrastra una caída de la producción de casi el 6% en lo que va del año, y del 16% en los últimos 12 meses y que atraviesa una complicada situación en el marco de un escenario de precios controlados por el Gobierno, con importantes aumentos en sus costos, fuerte retracción del consumo, un menor uso de la capacidad instalada y un incierto horizonte sobre la reactivación económica.
La incertidumbre también abarca la falta de señales de parte de las autoridades sobre si habrá o no más avance del Estado sobre la actividad privada.
Pero el listado de balances impactados por la recesión y la cuarentena también abarca a compañías de otros rubros como son los casos del Grupo Clarín, que perdió $385 millones en el primer semestre. De las desarrolladoras inmobiliarias TGLT; Creaurban y Dycasa, con rojos por $383 millones; $93 millones y $64 millones, respectivamente.
De la principal fabricante de molinos para la industria eólica y productora metalúrgica Impsa, con un rojo de $1.387 millones. O de Aeropuertos Argentina 2000 (AA2000), que por el cierre de las fronteras y la prohibición de lo vuelos sufrió pérdidas por $899 millones y debió refinanciar el pago de su deuda en dólares para evitar mayores problemas financieros.
Ternium ($334 millones); Sociedad Comercial del Plata ($787 millones); Celulosa ($2.232 millones); Clisa ($2.208 millones), también forman parte del pelotón de compañías que sufrieron uno de los peores semestres de sus historias.
Los ganadores
Por el lado de los que lograron evitar números en rojo y alcanzar balances positivos se destacan varios de los bancos más importantes que, en conjunto, sumaron ganancias por $38.596 millones.
En este grupo se destacan el Galicia y el Patagonia liderando el ranking de rentabilidad bancaria con $11.636 millones y $7474 millones de manera respectiva. Le siguen el Macro, con $6.396 millones; Santander, con $4.873 millones, y cierran el BBVA, con $2.557 millones; el Itaú, con $1.556 millones; el Comafi, con $1.091 millones y el Hipotecario con $596 millones.
También hubo empresas con buen desempeño entre las energéticas, con dos casos que sobresalen: Pampa Energía, propiedad de Marcelo Mindlin, que informó un balance positivo por $22.067 millones. Y Genneia, con ganancias por $4.187 millones.
Lo mismo ocurrió con las dos mayores transportadoras de gas del país, TGN y TGS, que obtuvieron fondos por $947 millones y $5.342 millones respectivamente. Caso similar a la transportadora de energía Transener, con ganancias por $2.292 millones.
La misma situación se dio con las cementeras Loma Negra y Holcim, con ganancias por $2.077 millones y $209 millones. O en el mundo de las telecomunicaciones, con Telecom y Cablevisión que sumaron casi $3.000 millones de rentabilidad entre ambas empresas lo cual, sin embargo, implica una fuerte caída de ingresos cercana al 75%.

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