La aprobación en Estados Unidos de la primera píldora basada en GLP-1 para bajar de peso marcará un punto de inflexión para la industria alimentaria. Con una adopción prevista más amplia que la de los tratamientos inyectables, los fabricantes de alimentos envasados y las cadenas de comida rápida se preparan para revisar recetas, tamaños de porción y estrategias de comercialización.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dio luz verde a la versión oral de Wegovy, desarrollada por Novo Nordisk, lo que anticipa un mayor acceso a estos fármacos por su menor costo y facilidad de uso. En paralelo, se espera que un medicamento competidor de Eli Lilly obtenga aprobación regulatoria en 2026.
Analistas señalan que el uso creciente de GLP-1 ya está modificando los patrones de consumo: menor gasto en snacks, bebidas azucaradas y comida rápida, y mayor preferencia por productos ricos en proteínas y fibra. Según Rabobank, esta tendencia obligará tanto a la industria como a los restaurantes a adaptar su oferta a un consumidor que come menos, pero busca mayor densidad nutricional.
Estudios recientes muestran que los hogares que consumen GLP-1 reducen el gasto en supermercados y restaurantes, aunque incrementan ligeramente la compra de categorías como yogur y frutas frescas. En ese contexto, empresas como Conagra Brands ya etiquetan comidas congeladas como “GLP-1 friendly”, mientras Danone reporta crecimientos de dos dígitos en productos altos en proteína, como el yogur griego.
También Nestlé lanzó líneas específicas para usuarios de GLP-1 y cadenas como Chipotle incorporaron menús altos en proteínas. El consenso del sector es claro: el auge de las píldoras para adelgazar acelerará la innovación en alimentos funcionales y consolidará un cambio estructural en la demanda.
Fuente:
Reuters – vía GBM Media






