La industria láctea bajo presión por conflictos sindicales; Calcar vislumbra una salida tras meses de incertidumbre.
La industria láctea uruguaya, en la mira por crecientes conflictos laborales
La industria láctea uruguaya atraviesa un período de intensa turbulencia, con el gobierno monitoreando de cerca diversos conflictos sindicales que amenazan la estabilidad del sector. La situación es compleja y afecta a varias de las principales empresas del país, generando preocupación en toda la cadena de valor, desde los productores hasta los consumidores. Las autoridades buscan activamente mediar entre las partes para encontrar soluciones que permitan la continuidad de la actividad y protejan los empleos, en un escenario que ha escalado hasta la intervención de ministerios clave y la movilización de gremios.
Calcar: un respiro de esperanza tras la intervención judicial
Entre los casos más emblemáticos se encuentra el de Calcar, cuya planta industrial en Colonia ha estado en el centro de un conflicto prolongado. Sin embargo, una luz de esperanza se vislumbra con la oferta de compra por parte de Nofrock S.A.S., una distribuidora que ha propuesto adquirir la planta por aproximadamente 3.6 millones de dólares. Nofrock ya realizó una inversión inicial para la reactivación de las operaciones y ha presentado un ambicioso plan de exportación a mediano plazo, lo que podría garantizar la sostenibilidad de la empresa y los puestos de trabajo en la región. La pelota ahora está en manos de la sindicatura, que deberá proponer la adjudicación al juez.
Claldy y Conaprole: tensiones y negociaciones en curso
Otras grandes firmas lácteas también enfrentan sus propios desafíos. En Claldy, persisten las denuncias sindicales por presuntos malos tratos de altos mandos, aunque la empresa ha desmentido tales acusaciones, atribuyendo los problemas a cuestiones de rendimiento de maquinaria, a pesar de importantes inversiones. Por su parte, Conaprole se vio afectada por el cierre de su planta 14 en Rivera, lo que desató movilizaciones gremiales. Si bien la empresa se ha comprometido a presentar una propuesta a los trabajadores, las negociaciones se mantienen en un ámbito tripartito con la intervención del Ministerio de Trabajo, buscando evitar nuevas medidas de fuerza.
El rol del gobierno y la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea
El Poder Ejecutivo, a través de ministerios como el de Industria, Energía y Minería (MIEM) y el de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), ha intensificado su rol mediador, buscando destrabar los conflictos y promover el diálogo. Paralelamente, la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) ha expresado su preocupación por la situación general del sector, reuniéndose con autoridades para presentar informes detallados sobre los problemas que afectan a diversas firmas. Esta presión sindical subraya la gravedad de la situación y la necesidad de soluciones integrales.
Impacto en la cadena productiva y el futuro de la lechería uruguaya
La concatenación de estos conflictos está generando una honda preocupación en la industria láctea uruguaya. La inestabilidad impacta directamente en la capacidad productiva, los costos operativos y la confianza de los inversores. La búsqueda de un desenlace favorable para Calcar podría sentar un precedente para la resolución de otras disputas. La resiliencia del sector y la efectividad de las negociaciones actuales serán determinantes para asegurar la competitividad y el futuro de una de las principales actividades económicas del país, garantizando el suministro y la posición de Uruguay en el mercado lácteo internacional.