Durante año y medio el etiquetado de alimentos y bebidas trajo consigo una discusión entre los diferentes actores de la industria, pero ayer, a pesar de que durante mucho tiempo pareció que las charlas estaban en punto muerto, el presidente Iván Duque presentó en la Casa de Nariño la nueva política de etiquetado, a la que se llegó gracias a un acuerdo entre la industria, las asociaciones de consumidores y el Gobierno.
El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, destacó que este trabajo se dio gracias al trabajo de todos los actores del sector, y agregó que “los ciudadanos tienen derecho a tener información completa, clara y veraz, y la industria está convencida de este propósito. Siempre hemos estado a favor y promovido las mejores prácticas de información al consumidor y que estas se apliquen en Colombia”.
Mientras el presidente Duque resaltó que este ejercicio es un ejemplo de diálogo para el país y destacó su proceso de construcción de consensos; Carlos Enrique Cavelier, presidente de Alquería, dijo que la nueva normativa es correcta, pero advirtió que hay algunas que son más exigentes, como la chilena.
En cerca de 18 meses, luego de que se terminen de presentar los procesos legales, los productos que sean altos en grasas saturadas, sodio o azúcares añadidas, de acuerdo con los perfiles nutricionales que está elaborando el Ministerio de Salud, deberán llevar una etiqueta negra en el frente del envase en la que se informará al consumidor sobre esas particularidades.
Felipe Torres, director Ejecutivo Cámara de la Industria de Bebidas de la Andi, explicó que “el beneficio para el consumidor es que se le está dando la información clara, de manera simplificada para que haga compras informadas y sepa qué contenidos son altos en tres nutrientes que se ha considerado tienen especial relevancia”.
Camilo Montes, director Ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la Andi, señaló que la idea de esta medida no es satanizar a ninguna industria o categoría de alimentos o bebidas, sino ayudar a los consumidores a construir hábitos de vida saludables.
“Hoy, un gran desafío que tenemos como sociedad es construir un estilo de vida saludable y dietas balanceadas. En esa construcción, es muy importante la información nutricional. Ahí venía la industria entregando, tanto en el frente del envase, como en la tabla nutricional, algunos datos para que el consumidor tome decisiones. Este modelo es mucho más claro y directo”, indicó Montes.
Actualmente, son cerca de 4.700 los productos que han optado por el modelo de etiquetado voluntario, pero con esta nueva reglamentación serán más de 30.000 alimentos y bebidas preenvasados los que van a tener que volver a certificarse por parte del Invima.
Por eso, Montes dijo que las inversiones que tendrá que hacer la industria para cumplir con la nueva norma son significativas, para poder sacar adelante todos los procesos de certificación, el rediseño de las etiquetas si hace falta y hasta para la reformulación de algunos productos.
Adicional a eso, Torres resaltó que las empresas del sector tendrán la obligación de contar con nutricionistas de planta para definir el perfil de los alimentos y bebidas. Además, explicó que estas obligaciones serán para todos los actores, no solo para las grandes empresas, lo que, en su opinión, redunda en un beneficio para los consumidores.
Entre los encargados de la vigilancia de esta nueva política de etiquetas habrá entidades como la Presidencia de la República, el Ministerio de Salud y Protección Social, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, la Cámara de la Industria de Alimentos y la Cámara de la Industria de Bebidas de la Andi y ONG como la Red Papaz, De Justicia o Educar Consumidores.
LOS CONTRASTES
BRUCE MAC MASTERPRESIDENTE DE LA ANDI
“Destaco que este trabajo que se ha hecho con distintos sectores, ha permitido desarrollar un modelo acorde con las características de los consumidores locales”.