Las granjas lácteas gallegas llevan años apostando por la modernización de sus instalaciones y por la implementación de las nuevas tecnologías como herramienta de apoyo en la toma de decisiones. Pablo Suárez, de Grille Sociedade Cooperativa; Marcos Alvite, de Granxa Pazos SL; y Jesús Blanco, de Granxa Xustás SL, contaron en las Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche de Seragro en qué ayudan los sistemas de monitorización al día a día de sus explotaciones.
En los tres casos se trata de ganaderías que han crecido en número de animales en los últimos años y que emplean los datos que les proporcionan los sistemas de ordeño con los que cuentan y los collares instalados al ganado para la mejora en aspectos como el reproductivo, que tiene incidencia directa en la rentabilidad económica de la explotación.
Una vez digitalizadas las granjas, el siguiente paso es implementar en las fincas de cultivo la agricultura de precisión
Pero una vez vista la utilidad de la digitalización aplicada a la cabaña ganadera, su siguiente objetivo es también mejorar en las labores agrícolas ayudados por maquinaria y software de última generación, capaz de tomar datos de cosecha y generar mapas de cultivo, fertilización o aplicación de fitosanitarios en base a los rendimientos alcanzados.
“El futuro de las explotaciones lácteas pasa por usar toda la potencialidad de los sistemas de monitorización para ser más eficientes”
Pablo Suárez forma parte del equipo de dirección de Grille Sociedade Cooperativa Galega, que nació en el año 1968 de la unión de 9 familias de esta parroquia del ayuntamiento de Mazaricos, en la comarca de O Xallas.
La granja ha pasado por distintas etapas en su historia: construcción del establo inicial y silos cubiertos en el año 1968, sala de ordeño en el año 1974, remodelación en el año 2000, construcción de nuevas naves en los años 2003 y 2012, nuevas instalaciones para recría lactante en 2017 y finalmente construcción de otra nave ganadera para 380 vacas y fosa de purín en 2019.
“La filosofía de Grille se basa en el crecimiento constante, la evolución de las instalaciones y el incremento de litros por vaca y trabajador”, explica Pablo, que asegura que “estos objetivos no habrían sido posible sin el apoyo de la CUMA Xallas y Barcala, creada en 2002; del centro de alimentación Forxabar en 2009; así como de Ganxabar, surgida en 2006 para la recría en conjunto.
Todo lo que podemos medir o interpretar en base a datos no va a dar pie a confusiones ni dudas de las decisiones a tomar
En las vacas en producción, la toma de decisiones se basa en la información recibida de los podómetros y de la sala de ordeño, que está informatizada. “Es una fuente de información imprescindible en nuestro día a día. Todo lo que podemos medir o interpretar en base a datos no va a dar pie a confusiones ni dudas de las decisiones a tomar”, asegura Pablo.
Hemos retrasado la primera inseminación para reducir la producción en el momento del secado y hacer las lactancias más rentables; estábamos perdiendo leche
“Nuestro futuro a corto plazo pasa por usar toda la potencialidad de estos sistemas de monitorización para ser más eficientes”, afirma. Y pone un ejemplo: “Hemos ido retrasando la primera inseminación para reducir la producción al secado, haciendo las novillas mucho más rentables, porque estábamos perdiendo de vender leche. Estábamos en 75 días y hoy estamos en 95 días», explica.
Tener que volver a hacer la recría en casa
Junto a otras granjas de la zona, Grille optó en el año 2006 por externalizar la recría a través de la cooperativa Ganxabar para centrarse en la producción de leche y liberar espacio para crecer en el número de cabezas. Pero el crecimiento de todas las ganaderías socias acabó por superar la capacidad del centro de recría conjunto.
“Hoy nos vemos obligados a hacer el 50% de la recría de nuevo en la explotación por la saturación del centro de recría de Ganxabar”, explica Pablo. Eso les supuso tener que hacer frente a una serie de problemas de los que antes no se tenían que preocupar.
“Tú mandas una becerra al centro de recría y te olvidas de ese animal hasta que regresa para parir. Por eso, volver a tener recría en la granja una vez que la has tenido fuera es un golpe de realidad. Nos hemos visto en la obligación de acoger a las terneras y a las novillas sin instalación ni conocimiento; hemos tenido que actualizarnos y adaptarnos en muy poco tiempo a las necesidades que requiere hoy la recría”, reconoce.
Teníamos una fertilidad muy baja en la recría; fue algo que hemos resuelto con los collares
La primera cuestión ha sido hacerse con una nave idónea donde tener a esos animales, dado que en las instalaciones de producción no había sitio. “La recría la tenemos a un kilómetro de distancia. Teníamos una fertilidad muy baja a celo visto (37%), por eso apostamos por poner collares y hemos sido capaces de pasar a más de un 80%”, destaca.
Con esa mejora, fruto de la tecnología, el ahorro económico ha sido notable. “El coste solo de alimentación es de 60€ por animal cada 21 días”, detalla. Al mismo tiempo, han logrado adelantar la edad al primer parto de las novillas y, por lo tanto, hacer que su retorno económico en forma de litros de leche se produzca antes.
Visto el problema que va a venir para la utilización de hormonas decidimos bajar el porcentaje de celos inducidos
La mejora reproductiva general del rebaño también se ha notado en los lotes de vacas adultas. “Teníamos un 25% de celos inducidos, con un índice de fertilidad de un 41%. Decidimos darle una vuelta, visto el problema que va a venir para la utilización de hormonas, y hoy solo el 20% es celo inducido, el 80% celo visto, con un 43% de índice de preñez”, cuenta.
Estrés por calor
Pablo reconoce que los sistemas actuales de monitorización facilitan el trabajo, pero afirma que “lo importante es recoger datos y analizarlos y muchas veces no hace falta otra tecnología más que una libreta o una simple hoja de excell”. “La decisión de comprar el sistema de refrigeración para la otra mitad de la nave fue a anotar la cantidad de comida que dejaban de comer las vacas los días de calor”, ejemplifica.
La decisión de comprar el sistema de refrigeración la tomamos después de anotar la cantidad de comida que dejaban de comer las vacas los días de calor
Grille dispone de dos sistemas distintos para refrescar a las vacas: las primerizas son enfriadas por ventiladores y aspersores colocados sobre la línea del pesebre, mientras que en el nuevo establo han instalado un sistema de cooling. “Es un ventilador que mete aire frío y el consumo de agua es mucho menor”, aclara.
La nave de 192 primerizas consume 18.000 litros diarios de agua para refrigerarlas, mientras que las 390 vacas adultas consumen únicamente 3.000 litros diarios de agua en su enfriamiento, que es más eficiente y duradero. “En la nave de las multíparas logramos una humedad relativa mucho menor que en la de las primíparas”, reconoce.
Podología
Pablo defendió en las jornadas de Seragro que todas las decisiones que se tomen en una explotación lechera deberían estar sustentadas en datos, para lo cual se mostró partidario de analizar también datos de fuentes externas a la propia ganadería.
“Cuando modificamos las revisiones de podología y pasamos de hacer dos revisiones, al secado y a los 150 días en leche, a tan sólo una cada 9 meses, la severidad en las lesiones graves de podología de las vacas que entraron al potro pasó del 76% al 98%. Al ver que aumentaban los problemas pasamos a hacer las revisiones a los 6 meses y bajamos la severidad de las lesiones al 54%”, cuenta.
Agricultura de precisión
Vistos los resultados del uso de nuevas tecnologías en la mejora productiva dentro del establo, en esta explotación optaron por extender el uso de este tipo de herramientas de precisión a las distintas labores en las tierras de cultivo. “Después de monitorizar el ganado decidimos también monitorizar la agricultura. En los años 2021 y 2022 hicimos una fuerte inversión en tecnología y maquinaria 4.0. con la que poder hacer mapas de siembra variable o prescripción de abonos y fitosanitarios. Digitalizar el campo nos ha permitido ser más respetuosos con el medio ambiente y adelantarnos a las nuevas normativas”, dice Pablo.
Digitalizar el campo nos ha permitido ser más respetuosos con el medio ambiente y adelantarnos a las nuevas normativas
A día de hoy en Grille trabajan 15 personas, 11 trabajadores y 4 socios, entre ellos José, el encargado de las tareas agrícolas de la explotación, que se centran en la siembra del maíz y de la hierba, en el abonado y en la aplicación de los tratamientos fitosanitarios a los cultivos. Del resto se ocupa Forxabar.
De la totalidad de los trabajadores, 9 personas están solo para ordeñar y atender a las becerras lactantes. En cuanto a un posible cambio de sistema de ordeño, pensando en reducir la carga de trabajo que requieren estas tareas, dependería de las posibilidades de mejora a lograr, dice.
Los números dicen que necesitas un 10% de producción a mayores para llegar a rentabilizar esa inversión que requiere la robotización del ordeño
“Instalar robots de ordeño en una granja de este tamaño está en función del punto de partida, porque necesitas un incremento de producción para amortizar el sobrecosto que tiene el ordeño robotizado a respeto de una sala de ordeño. Si partes de 30 litros y aumentas a los 38 seguramente sea rentable, pero nosotros estamos en 42 litros, tendríamos que ponernos en 48 litros de media. Creo que no somos tan buenos como para mantener la media de todos los animales en esos niveles. Y los números dicen que necesitas un 10% de producción a mayores para llegar a rentabilizar esa inversión”, asegura.
“¿Cuánto nos cuesta que un animal no empreñe o no lo haga a su debido tiempo?”
Marcos Alvite es socio y gerente de Granxa Pazos SL, una explotación del ayuntamiento de Mazaricos que se constituyó en el año 2016 por la unión de tres familias. Después de un año de obras, la granja comenzó su actividad en 2017, con una ampliación en 2020 y la incorporación de un nuevo socio en 2021.
Están ordeñando en este momento 260 vacas en unas instalaciones con capacidad para 275, dejando un 5% de las camas libres. Venden la leche a Entrepinares con la condición de entregar 10.000 litros diarios. La producción media por vaca en 2022 fue de 11.626 litros, con un 4,06% de grasa y un 3,44% de proteína y 104.000 células somáticas. La media de días en leche es de 170 y el intervalo entre partos de 397 días.
“La tecnología en nuestra granja la usamos para el control de la salud y la reproducción”, explica Marcos. La detección de celos es del 83% y la fertilidad se sitúa en el 40,6%, cuenta. Sobre el coste de instalar sistemas de monitorización en las explotaciones lecheras hace la siguiente reflexión: “¿Cuánto nos cuesta un animal que no empreña o no lo hace a su debido tiempo?”.
Optamos por retrasar la inseminación de las primerizas para hacerla coincidir con el pico de lactación
En base a los datos que obtienen de los collares y la sala de ordeño, han decidido retrasar la inseminación en primíparas, que representan el 38,45%, hasta el momento en el que llegan al pico de lactación. “Al inseminar a 60 o 70 días les cortabas el pico de lactación; es lógica pura, pero después hay que conseguir que empreñen para que no se alarguen mucho en el tiempo en el final de la lactación”, añade.
Tener las vacas monitorizadas les dio seguridad a la hora de tomar esta decisión de retrasar la primera dosis porque saben el momento exacto para inseminar y precisan de menos intentos para que la vaca se quede preñada. “Nos movemos entre 18 y 24 horas desde el punto de inicio del celo que nos marca el programa para realizar la inseminación. Ese es el criterio que tenemos y no nos va mal de momento”, indica.
“En las terneras veíamos los celos, pero no sabíamos cuándo le había empezado”
La recría (210 animales en este momento) la tienen separada en una nave alquilada a uno de los socios que se encuentra a 500 metros de la nave de producción. “Teníamos una detección de celos aceptable pero no sabíamos cuándo había empezado ese celo, por lo que teníamos una mala fertilidad y no alcanzábamos a tener suficiente recría para crecer, eso nos llevaba a frustración y a tener que comprar vacas para poder crecer”, explica.
Decidimos poner los collares en la recría en 2019, no sé por qué tardamos tanto
Por eso, optaron por monitorizar a las terneras a inseminar, con el objetivo de mejorar los índices reproductivos. “Decidimos poner los collares en 2019, no sé por qué tardamos tanto. El desastre de la recría con unos simples collares se soluciona. Es un gasto, pero te resuelve muchos disgustos. Pienso que fue una cosa muy positiva”, afirma.
Gracias a la instalación de los collares, sacan más partido a la inversión en genética, dice. “Al trabajar con datos fiables puedes comprar semen más caro, de toros mejores, porque vas más sobre seguro y sabes que los índices de preñez van a ser mejores”, afirma. “En la recría estamos en el 85% en la detección de celos, superamos el porcentaje de las vacas, con una fertilidad del 40%”, detalla.
Semen sexado y pruebas genómicas
En 2019 genotiparon a todos los animales que estaban sin parir, desde terneras pequeñas a novillas preñadas y la mejora genética de la granja desde entonces ha sido notable. “En 2019 la media era +321 a leche, +11 a grasa, +14 a proteína; mientras en 2023 la media fue ya +871 a leche, +49 a grasa y +37 a proteína”, explica.
En cuanto a los objetivos que persiguen destaca: “Queremos que la grasa siga subiendo en paralelo a la producción de leche, para que el porcentaje de sólidos en la leche no caiga. A mí me gustan las vacas bonitas, como a todo el mundo, pero priorizo todo el resto. Para mí el resto es que sean vacas prácticas y que funcionen y después si salen bonitas, pues mejor”, argumenta Marcos.
Al trabajar con datos fiables y tener mejores índices de preñez puedes comprar semen más caro; nosotros ahora estamos poniendo todo sexado
Al tiempo que decidieron instalar los collares en las terneras para detectar celos y ajustar el momento óptimo de la inseminación, apostar por la genómica “también fue una decisión acertada”, asegura. “Ahora ponemos todo semen sexado y genotipamos a todos los animales, porque la recría que nos salía antes no mejoraba en nada las madres que ya teníamos. Al genotipar te llevas unas sorpresas enormes; el pedigee tiene un 20% de acierto, con la genómica el porcentaje de acierto es del 70%”, asegura.
Mayor control de enfermedades
La monitorización del ganado facilita el trabajo diario de Granxa Pazos. “Lo de los celos a mí me ahorra muchos dolores de cabeza; es recomendable al 100%”, reitera Marcos. Pero tener el ganado controlado permanentemente también permite detectar problemas de manejo, enfermedades o cojeras.
“Las vacas cojas comen de otra manera, comen básicamente cuando las vas a levantar para ordeñarse, porque de paso que va para la sala pasa por el comedero y come, pero la ingesta no es tan repartida como en el caso de una vaca que no está coja, que se levanta más veces”, explica.
Marcos defiende la utilidad de los datos de monitorización de la actividad y la rumia de los animales para la detección precoz de enfermedades. “Las vacas cuando están mal están acostadas más de lo normal. Es bueno que descansen, pero no tanto”, argumenta.
Tenemos dos grupos de trabajo, uno de mañana y otro de tarde, y la monitorización del ganado permite también detectar problemas en el trabajo diario o en el manejo
Las alarmas de problemas de salud que el sistema les proporciona suelen ser normalmente en el grupo de postparto, pero también se dan en otros lotes, como por ejemplo en el de las vacas secas, formado por unos 30 animales. “Yo le llamo el grupo olvidado, porque a no ser que sea muy grave la cosa, no la detectas”, reconoce.
“Limpiar la casa” e invertir en maquinaria de precisión
Después de aumentar de manera muy rápida en el número de animales desde el año 2016, ahora el objetivo de Granxa Pazos es estabilizar la explotación e incrementar la producción por vaca. “Tenemos una tasa de reposición alta en este momento, del 40%, porque estamos seleccionando mucho el rebaño para quedarnos con los animales que realmente nos interesan. Teníamos esa necesidad de seleccionar, igual que se criba la harina», compara.
“Hasta ahora la prioridad era crecer en número de cabezas, pero ahora estamos barriendo, y lo seguiremos haciéndolo hasta que quede la casa limpia”, dice Marcos, porque “vemos que vendiendo vacas tenemos un retorno en dinero y las que quedan producen más; en 4 o 5 días recuperas la producción que tenías”, asegura.
“Una vaca de 5 partos que está bien igual puede llegar a los 8 partos, pero da unos buenos chuletones que pagan la ternera que queda en su sitio y nos evitamos problemas futuros que esa vaca de 5 partos nos puede traer”, justifica.
Con la abonadora nueva hemos eliminado los solapes y ahorramos entre un 7 y u 9% de fertilizante por hectárea
A nivel agrícola, están también pasándose a la maquinaria 4.0. “Hicimos una inversión en una abonadora nueva con sistema Isobus 2020. Permite un ahorro de entre un 7 y un 9% de abono por hectárea, con un ahorro total de 12 toneladas de abono en 4 aplicaciones, elevando además el rendimiento del trabajo de la maquinaria a 9 o 10 hectáreas/hora”, explica.
“La gestión del rebaño apoyada en datos para nosotros es algo fundamental”
Jesús Blanco es socio de Granxa Xustás SL, en Cospeito, el ejemplo de una SAT que con el paso de los años ha vuelto a la estructura de una granja familiar y apostado por la eficiencia bajo el lema de “con menos intentar conseguir más”.
El origen de la explotación se sitúa en 1999, cuando tres matrimonios (6 socios) de la parroquia de Xustás crean una SAT con 100 vacas. Esta ganadería siempre apostó por la modernización y en 2010 decidieron poner en marcha una de las primeras plantas de biogás instalada en una explotación gallega, creada por la empresa Norvento.
Tras la salida de la SAT en el año 2003 de una de las tres familias socias y de que en 2018 otro de los matrimonios fundadores, por encontrarse próximos a la jubilación y sin relevo, expusiesen su intención de vender su 50%, Jesús decide comprar esa parte y hacerse con la totalidad de la propiedad.
Instalamos robots de ordeño para liberar mano de obra y para contar con una herramienta de gestión de la granja en base a los datos que nos proporcionan esos robots
“En ese momento habíamos perdido dos socios que eran también dos trabajadores, por lo que tuvimos que optimizar la mano de obra para ganar en eficiencia y para eso vimos necesaria la instalación de robots de ordeño”, explica.
Con esta decisión perseguían varios objetivos: “Buscábamos una herramienta que nos permitiese liberar mano de obra en las labores de ordeño y ganar producción incorporando el tercer ordeño y, al mismo tiempo, que nos posibilitase contar con una herramienta de gestión de la granja. Teníamos claro que queríamos gestionar nuestra explotación a través de los datos y la información que el robot de ordeño nos fuera proporcionando”, destaca.
Nuestro futuro pasa por la instalación del cuarto robot, con el que vamos a superar los 3 millones de kilos de leche, superando la ratio de un millón de kilos de leche por UTA
En 2021 ampliaron la nave de producción, instalando un tercer robot de ordeño. En la actualidad cuentan con entre 160 y 170 vacas en producción y están creciendo en recría para instalar un cuarto robot este año, con el objetivo de superar los 3 millones de kilos de leche.
La producción por vaca es de 14.002 litros a 305 días, con un 3,69% de grasa y un 3,21% de proteína y una media de 202.000 células somáticas. Los días en leche se mueven entre 170 y 190 y la media entre partos es de 417 días. La explotación es atendida por 3 trabajadores, 2 de ellos socios y 1 empleado.
Unificar los datos en un único informe diario
“La gestión del rebaño apoyada en datos para nosotros es algo fundamental y consideramos que las nuevas tecnologías son independientes del tipo de granja y orientación productiva, porque en todas ellas permiten ganar en eficiencia”, razona Jesús.
Siempre intento que lo que hacemos sea muy simple, con el objetivo de que al ser simple podamos convertirlo en una rutina
«Cuando trabajas con varios programas informáticos obtienes información muy densa y tediosa de analizar», reconoce, y «por eso vi la necesidad de condensar toda la información en un único informe del rebaño», indica. “Con ese informe, que nosotros llamamos de revisión diaria, la persona que llega por la mañana a la explotación es capaz en 5 minutos de tener una idea de cómo está la granja antes de meterse en medio de las vacas. Así cuando ponemos las botas ya vamos a tiro fijo a ver a los animales en los que hemos detectado alguna incidencia”, cuenta.
En ese informe global se incluyen distintos parámetros: datos identificativos del animal y de su estado de lactación, como por ejemplo los días en leche; aspectos productivos como la producción en las últimas 24 horas; aspectos de salud, como la rumia o la conductividad; y aspectos reproductivos, como el estado de gestación del animal o el inicio de celos.
Herramientas como el plan de rebaño nos permiten planificar mes a mes con antelación cómo va a estar nuestro rebaño a nivel de lactación a futuro
Además de considerarla imprescindible para el día a día, Jesús piensa que la recopilación de datos es fundamental también para la planificación a futuro. “Herramientas como el plan de rebaño nos permiten prever mes a mes con antelación cómo va a estar nuestro rebaño a nivel de lactación. El año pasado tuvimos un problema con un maíz que ensilamos muy seco y con baja digestibilidad y con la información que teníamos del plan de rebaño buscamos el momento idóneo para abrir ese silo y que nos afectara lo menos posible tanto a la producción como a la reproducción, cuando teníamos un mayor número de animales en el último tercio de lactación, es decir, un mayor número de vacas ya preñadas y en cola de lactación”, explica.
Recría externalizada
En el año 2006, con el objetivo de mejorar la calidad del rebaño, optaron por la externalización de la recría en el Rancho Las Nieves y en la actualidad mantienen novillas tanto en este centro de recría privado de Zaragoza como en el creado en las instalaciones de la Granja Gayoso Castro, dependiente de la Diputación de Lugo. “Gracias a esta decisión de apostar por una recría de calidad, hoy tenemos un rebaño homogéneo, longevo y productivo”, destaca Jesús.
Cuentan con entre 90 y 100 terneras repartidas en dos centros de recría, Rancho Las Nieves y Recría Castro
“La tasa de reposición de nuestra granja, que está en crecimiento, es inferior a la de una granja que no crezca. Tenemos bastantes vacas de 7, 8 y 9 partos dando leche. Nuestra tasa de reposición actual se sitúa en el 29%, con una tasa de bajas involuntarias del 19%, pero cuando dejemos de crecer queremos estabilizar nuestra tasa de reposición en el 20%. Eso nos permitirá también vender recría”, destaca.
“El primero de los méritos lo tiene Mónica, que es la que se encarga de encalostar a las terneras, pero el segundo de los méritos lo tienen Rancho Las Nieves y Centro Recría Castro, que son capaces de retornarnos unas novillas fuertes y productivas”, afirma.
“Para tener leche hay que tener partos”
Uno de los usos principales que en esta explotación dan a la monitorización tiene que ver con la detección de celos. “Los que nos dedicamos a la producción láctea sabemos que para tener leche tenemos que tener partos, y que para tener partos tenemos que tener vacas preñadas, para que se queden preñadas hay que inseminarlas y para inseminarlas hay que detectar celos. Parece una perogrullada pero es así”, evidencia Jesús.
«Antes de 2017, antes de instalar los collares de rumia y celos, teníamos muchos problemas para ver los celos en nuestras vacas. Detectábamos solo un 50%, cuando ahora estamos en un 70% y la tasa de preñez pasó de un 16% en 2017 a un 28% hoy en día», explica.
La media de inseminaciones de Granxa Xustás es de 2,85 dosis por vaca gestante
“Hay estudios que dicen que un incremento positivo de un punto en la tasa de preñez supone entre 15 y 20€ por vaca y año. En nuestro caso, ese incremento de 12 puntos son 240 euros de ganancia anual por vaca. Eso en nuestro rebaño de 200 vacas son 40.000 euros al año”, calcula.
Prestar atención al lote de vacas secas
“Durante un tiempo registramos los minutos medios de rumia y lo pusimos en relación al número de animales. Vimos que a medida que aumentaba el número de animales en el lote de secas rumiaban mucho menos y después de parir la curva de lactación de esos animales nunca llegaba a la esperada”, cuenta.
En 2023 construyeron una nave para albergar el lote de vacas secas y novillas próximas al parto retornadas de los centros de recría
“Fue así como después de analizar los datos de la rumia en el lote de vacas secas nos dimos cuenta de que teníamos que construir un nuevo establo que diese más confort a nuestras vacas secas”, reconoce Jesús.
En Granxa Xustás el lote de vacas secas está formado por vacas secas más las novillas retornadas de los centros de recría antes del parto. En total son unos 30 animales los que habitualmente forman parte de ese lote.
“Para nosotros el lote de vacas secas es el lote más importante que tenemos en la granja. La vaca seca hay que cuidarla y mimarla. Es el lote al que más atención hay que dar. Si haces eso los postpartos son invisibles”, razona.