Destacaron que la situación es tan complicada que los precios de pastura aumentan cada semana hasta uno o dos pesos, lo que los lleva a considerar como un negocio insostenible.
“Realmente varias veces en lugar de tener alguna ganancia tenemos que poner, o vender las vacas para poder sostenernos”, explicaron.
Calcularon que de los 50 productores lecheros solo quedan 27, pues los demás han tenido que vender todas sus vacas para poder obtener recursos para sobrevivir.
Aunque ellos no han perdido todo su ganado, sí ha disminuido casi a la mitad para poder sostener la producción.