Ponce refirió que esta obra “está inspirada por un ideal y se consolidará en el tiempo cuando deje de pertenecerle a ATILRA y el resto de la comunidad la adopte como propia”.
El representante de los trabajadores lácteos reconoció que muchas veces fue necesario “tener la guardia en alto”, para hacer frente a cuestionamientos que, explicó, provienen de grupúsculos exógenos con los que no tienen ningún compromiso o responsabilidad. “A lo largo del tiempo, los hombres y mujeres de ATILRA nos hemos visto expuestos a dar explicaciones, por lo que hacemos o no hacemos; explicaciones que no son requeridas por nuestros afiliados”, refirió Ponce, y comparó a su organización con un puercoespín “que exhibe sus púas en legítima defensa”.
Haciendo pie en estadísticas de organismos especializados, Ponce expuso cifras alarmantes referidas al incremento de patologías relacionadas con el cáncer, lo que motivó el desarrollo de varios proyectos afines. Pero cargó contra los organismos públicos que no controlan ni regulan eficientemente el uso de agroquímicos: “Tenemos una legislación obsoleta y laxa”, cuestionó Ponce y detalló que en los últimos 24 años, Argentina pasó de emplear 30 millones a 400 millones de litros de agroquímicos o plaguicidas. “Tenemos que reflexionar, no para prohibir, sino para hacer otra agricultura, que obtenga los mismos resultados”, expresó.
En otros pasajes de su alocución, el dirigente gremial respondió con amplitud ciertos comentarios inquisidores sobre la obra recientemente inaugurada. Por ejemplo, explicó que el emplazamiento en nuestra localidad responde a que “desde ATILRA creemos de verdad en el federalismo y lo practicamos”. Y resaltó que “estos proyectos se edifican en el interior para tratar de acercar distancias”.
Además, anticipó que la puesta en marcha del Centro Oncológico modelo no significa la culminación del proyecto estratégico, sino que se comenzará a trabajar en investigación científica para la prevención y el tratamiento del cáncer. “Nosotros tenemos objetivos mucho más ambiciosos en materia de salud”, expresó y confirmó que ya están conversando con entidades señeras en la materia de nivel internacional.
Sobre la inversión realizada, Ponce ironizó sobre la coloquial pregunta referida a saber “de dónde sacarán la plata estos tipos”. Sin vacilar, sentenció que el equipo de terapia radiante de última generación “es muy caro”, y aclaró que todo lo que lo rodea también tiene un valor significativo. “Peleamos por las actualizaciones de los salarios de los trabajadores, pero también por los aportes. Hoy destinamos el 90 % de esos recursos a salud y educación, para conformar proyectos de estas características”, explicó el dirigente.
En el mismo sentido, reprochó que otras entidades similares –gremios o empresas de medicina privada- no propongan acciones de este tipo: “No han podido someter a su membresía al convencimiento de que se debe trabajar por el resto. En ATILRA, aun siendo más pequeños desde lo material o económico, hemos trabajado para que todos los componentes comprendan que nuestro objetivo tiene que ser hacer cosas por la gente independientemente de que sean solo para los miembros”.
“Nuestra misión en la vida es pensar en el resto”, reflexionó Ponce, al cierre de una jornada histórica para la ciudad y la región.