De acuerdo a un informe presentado recientemente en Argentina por la Asociación de Fabricantes de Helados y Afines, en el país se consume un promedio de 7 kilos de helado anuales por persona. Su consumo va mucho más allá de los meses de calor, es una costumbre que se mantiene durante todo el año.
En palabras de la ciencia: ¿qué ocurre en el cerebro cuando consumimos helado?
Cuando tomamos o comemos un helado experimentamos una sensación de enfriamiento que atraviesa todo el cuerpo. Esta percepción se debe a una respuesta biológica d elos vasos sanguíneos del paladar.
Cuando consumes algo frío, el cerebro recibe información a través de los nervios, detectando una contracción en las vías que conducen un importante flujo de sangre. El cerebro reacciona a esa señal y activa un proceso denominado autorregulación cerebral.
En ese momento, envía sangre a los vasos sanguíneos para promover la dilatación de los mismos. Este efecto es el que se conoce como “congelamiento” por comer helado o una sensación dolorosa generada por el frío del alimento. La sensación de cerebro congelado es pasajera y no provoca problemas mayores.
Hirsch es un neurólogo reconocido a nivel mundial y creador de la Fundación para el Tratamiento e Investigación del Olfato y el Gusto. El estudio se realizo con base en una serie de pruebas psiquiátricas y de personalidad integrales estandarizadas en un grupo de adultos entre 18 y 65 años. Estos son algunos de los gustos analizados y su correlación con la personalidad:
- Chocolate: las personas que prefieren el chocolate suelen ser más dramáticas, seductoras, crédulas y encantadoras.
- Vainilla: la vainilla es un sabor elegido por un tipo de personalidad más impulsiva, idealista y sugestionable.
- Fruta: los helados frutales suelen ser los preferidos de personas tolerantes, introvertidas y más tranquilas.
- Menta granizada: quienes aman la menta granizada suelen tener una personalidad cautelosa, argumentativa y prudente.