Una encuesta reveló que en la mitad de los socios de la SPLF el que no cerró el tambo al menos lo pensó.
C. Dos Santos

En el primer punto de la resolución de la asamblea del viernes 21 de junio en la sede de la SPLF se declaró a los tamberos en “emergencia máxima” y se expresó que la desaparición de un tambero por día es “una tragedia nacional”.

La situación de la lechería es una continuación de lo que comenzó en 2014 con la caída de precios en el mercado internacional de los lácteos. Desde entonces los productores lecheros fuimos quedando cada vez en una posición peor y es preocupante lo del mes pasado, cuando se perdió en promedio un productor por día y eso se va a agudizar. Y no solo estamos mal los productores: la industria el mes pasado tuvo una caída de la actividad por un 10% a 11% de baja en la remisión de leche y estos años en algo inédito hubo plantas que se retiraron, varias cerraron sus puertas y las que siguen están muy complicadas. La crisis es estructural y es un problema de todo el sector.

También rechazaron que se haya adjudicado a sus reclamos una intencionalidad política.

Creo que hubo una confusión y eso rápidamente se aclaró, no hay esa intención en las gremiales. Cuando se manifiesta ahora la posibilidad de iniciar una acción judicial es para trasladar lo que la anterior asamblea masiva de productores que se hizo Capurro –el 13 de diciembre de 2018– había mandatado, lo de iniciar un juicio. Eso se le mandó en una nota al presidente y él nos recibió después de aquella asamblea, el 28 de diciembre. Luego de todo eso se cobraron US$ 8 millones de la deuda y eso desactivó un poco el tema porque al cobrarse se generó la expectativa de seguir cobrando –resta que Venezuela pague US$ 30 millones–, pero pasaron seis meses, no se ha cobrado más y no sé si la acción judicial es el camino, sí sé que es vital retomar la consideración del cobro de un dinero que es vital que llegue.

Desde Conaprole se entiende que el camino más conveniente es el recorrido hasta ahora, sin activar el reclamo en la Justicia.

No tenemos duda, habría que consultar a quien sepa de jurídica, pero podemos imaginar lo que deben ser los juicios internacionales, los años que hay que esperar. Eso no quita que sea necesario volver a poner el tema en la mesa.

Desde el sector se reclama que el precio que se paga al tambero mejore, pero que no se arregla todo con eso.

En la asamblea se tocaron varios temas. Por un lado dos que estamos tratando con el Poder Ejecutivo, la formación de un fideicomiso y un crédito que va junto con eso y el tema del cobro de la deuda de Venezuela. Lo otro importante es el precio de la leche. Desde aquella asamblea en Capurro el precio de las exportaciones pasó de US$ 2.600 a US$ 3.300 o US$ 3.400 por tonelada y eso más la suba del dólar nos deja realmente muy mal parados. Coincidimos en que la solución no pasa solo por ahí, pasa sobre todo por mejorar la estructura de costos que tienen el productor y la industria, eso es ya un problema estructural y es lo que debemos atacar cuanto antes.

¿Por qué se le quitó el respaldo a Ricardo De Izaguirre, presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale)?

No es un tema personal. Eso está claro y se sabe. En la asamblea del otro día en Florida generó mucha molestia que no haya concurrido la industria, Conaprole, ni el presidente del Inale. Acá debemos trabajar todos juntos, sabemos que la industria tiene serios problemas y que si no baja sus costos hoy con el tema de los sindicatos tiene problemas hasta para aplicar tecnología. El presidente del Inale nos ha manifestado que está preocupado porque el Poder Ejecutivo muchas veces no lo reclama. Hace cuatro o cinco meses que estamos en conversaciones con el presidente de la República y con el Ministerio de Economía y no participan ni el presidente del Inale ni el Ministro de Ganadería (Enzo Benech). Lo que queremos es que se le dé respaldo del Ejecutivo al presidente del Inale, por parte del gobierno. Y si no le dieran el respaldo el presidente sabe lo que tiene que hacer.

¿Cuál es el objetivo de la movilización del 16 de julio, en la esquina de Magallanes con Nueva York en Montevideo en tanto se haga la Asamblea de los 29 en Conaprole?

La interpretación que yo tengo es de ir a manifestar en apoyo y junto con la Asamblea de los 29, junto con la industria, expresar este momento difícil, de emergencia máxima y de tragedia nacional, no es una movilización contra nadie, que quede claro. Queremos estar todos juntos, que eso se note y ver si entre todos podemos sacar un comunicado.

¿Quedaron conformes con la convocatoria de la asamblea del viernes pasado en la sede de la SPLF?

Quedamos sí, fueron de 350 a 400 personas. Inicialmente esto arranca con una reunión de socios de la SPLF ampliada, se informó al resto de las gremiales que apoyaron y estuvieron, se terminó en asamblea y fue importante. La gran preocupación, como dije, fue la ausencia del Inale y de Conaprole, sí estuvieron otras industrias y eso se valoró. Sobre por qué queríamos que la industria (Conaprole) estuviera, no era con el objetivo de que fuera a mencionar su situación, sus trabajos, de ninguna manera, sí queríamos que fuera para dar la imagen de que estando juntos es mejor y porque todo esto que pasa es un problema de cadena.

¿Es posible, a mediano o largo plazo, una lechería sin crisis?

Si no tuviéramos esperanzas no podríamos ser tamberos, pero eso no nos hace desconocer que la situación es de emergencia máxima. Integro en Florida una cámara empresarial en la que están la Asociación Rural y la Cámara Comercial más la intendencia y nos hemos sorprendido con una encuesta donde el 50% de los productores vinculados a la SPLF han pensando en dejar este año la actividad. En la mitad de los socios el que no cerró por lo menos lo pensó. Igual creemos que se puede salir adelante si se hacen ciertas cosas que son las que se vienen pidiendo. Al presidente de la República le dijimos hace dos años que veíamos dos amenazas: una inmediata que era la situación de la industria y no nos equivocamos porque hubo cierres de empresas y las que siguen están complicadas y otra más a largo plazo y es qué lechería puede llegar a tener Uruguay. Lechería acá siempre habrá, pero capaz con 800 productores en vez de 3.000. El presidente, como el productor que está dejando de producir es el chico, se preocupó tanto como nosotros por el aspecto social que eso considera y prometió intentar salir de eso juntos y eso es lo que uno quiere que pase.

¿Perciben que el productor, su esfuerzo, el valor de la lechería familiar es debidamente valorado por la sociedad?

Lamentablemente no y eso es inentendible y sobre todo cuando lo vemos ya no en la población común, cuando lo vemos en parte del Poder Ejecutivo o en parte del sector político que tienen otras obligaciones de saber las cosas, a veces los encontramos en alguna reunión y se sorprenden con los números que les manejamos. El desconocimiento nos preocupa y somos muy críticos con eso e incluso en la interna del sector, el otro día le hicimos una crítica al Foro del Inale porque allí se desarrolló todo lo que es Nueva Zelanda, da gusto escuchar todas esas cosas maravillosas, pero acá es otra la realidad, no nos podemos comparar, ellos son distintos en lo cultural, en el gobierno, en los créditos y en el clima. Fuimos competitivos con ellos, es cierto, pero lamentablemente hoy no lo somos, nos hemos separado porque pasamos acá a tener costos mucho más alto y es en eso en lo que tenemos que trabajar.

Perfil

Datos: Nació el 1° de febrero de 1958 en Florida.
Familia: Está casado con María del Carmen Ramón y tienen dos hijos.
Actividad: Dirige el establecimiento El Molino, donde se produce leche, en la zona Costas del Pintado, en Florida.
Gustos: Viajar.
Fútbol: Es hincha de Peñarol.

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