Así lo aseguró el diálogo con LNM el presidente de la Unión Industrial de Córdoba, Luis Macario. Sin acceso al crédito, con inflación, desequilibrios macroeconómicos, impuestos distorsivos y sin reforma laboral “se dificulta competir”, manifestó. En abril comienzan a ingresar los primeros productos.
"frente a la posibilidad de que sean desplazados por productos con precios más competitivos se encendieron las alarmas en la industria de la alimentación"

Desde que el gobierno libertario arribó a la Casa Rosada, los precios acumulan un promedio de subas de 71 por ciento. Mientras que los alimentos, medidos por Indec, acumularon durante el mismo período un incremento de 85%. Nada nuevo. Como ocurriera en los últimos años, la inflación de alimentos de primera necesidad explica la disparada de los precios. Esta evolución genera roces entre el equipo económico y el Presidente que pretende en abril llegar a un dígito de inflación mensual. Meta que esperaban cumplir en marzo.

Desde el mismo despacho presidencial saben que necesitan resultados para mostrar en cuanto antes. Ya olvidándose de la promesa dolarizadora, hoy la base tanto de su retórica como de sus medidas económicas apuntan a conseguir superávit fiscal y estabilizar precios para generar las certidumbres básicas para que la economía se active, sostienen. Para acelerar esto último es que incorporan una nueva medida a su lucha contra la inflación: la apertura importadora.

Unos 150 productos de consumo masivo que además no pagarán IVA ni Ganancias

En concreto, mediante esta medida el Banco Central que custodia las divisas generadas por la economía nacional habilita dólares para traer de afuera: carne, verduras, frutas, lácteos, café, yerba mate, cereales, harinas, aceites y productos de limpieza e higiene personal. En total, se trata de aproximadamente 150 productos de consumo masivo que además no pagaran IVA ni Ganancias. Una decisión polémica teniendo en cuenta que los dólares escasean y el Banco Central los habilitará para comprar bienes que Argentina produce priorizándolos por sobre los insumos industriales.

En resumidas cuentas, el que quiera importar alimentos tendrá los dólares al tipo de cambio oficial en 30 días, mientras que quien quiera comprar maquinarias o insumos industriales para transformarlos dentro del país deberá esperar al menos 4 meses. En efecto, este estímulo importador generó el descontento del sector productivo. Ocurre que frente a la posibilidad de que sean desplazados por productos con precios más competitivos se encendieron las alarmas en la industria de la alimentación.

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 “No tenemos miedo a competir, menos en el rubro alimentos”

Quien lo dice es el presidente de la Unión Industrial de Córdoba, Luis Macario. “Pero la apertura debe hacerse de una manera racional e inteligente. Esto quiere decir que las condiciones de competitividad de la industria local tienen que ser similares a la de los países desde donde importamos”, destacó. De lo contrario, de haber “asimetrías, como las hay hoy”, la competencia se da en “desigualdad de condiciones”.

Sin acceso al crédito, con inflación, desequilibrios macroeconómicos, impuestos distorsivos y sin reforma laboral, se quejó el dirigente industrial en diálogo con La Nueva Mañana, “se dificulta competir”. Desde la Unión de Industriales de Córdoba reclaman que sería más efectivo una apertura de las importaciones, pero no de bienes terminados, sino de insumos industriales. De este modo, enfatizan, se estaría abaratando costos de procesos fabriles que transforman insumos dentro del territorio nacional, por tanto, generan empleo local.

Macario: “La apertura debe hacerse de una manera racional e inteligente. Esto quiere decir que las condiciones de competitividad de la industria local tienen que ser similares a la de los países desde donde importamos”.

 A contramano del mundo, incluso de las democracias liberales occidentales

El Gobierno eligió el camino inverso, incluso a contramano del mundo en donde los países tratan de defender la producción en origen con trabas arancelarias o paraarancelarias. Esto no solo se advierte en la guerra comercial entre EE.UU. y China en donde ambas economías incorporan aranceles para desalentar las importaciones. Sino que también lo vimos con los aranceles que la potencia del norte impuso al biodiesel argentino o al limón y sus derivados. También se advierte en el rechazo de las potencias occidentales a un acuerdo con el Mercosur.

Con la apertura importadora estará presionado por la competencia quien “no tenga un poder de negociación importante, buenas marcas, buena red de distribución o el que tenga mucha dependencia de algún eslabón comercial que ahora pueda importar”, explicó a La Nueva Mañana Miguel Zonnaras, presidente de la empresa de alimentos Georgalos. Para quien hay dos principales beneficiados con la medida: las alimenticias brasileras que tendrán mayor demanda y los supermercados que ampliarán las fronteras de abastecimiento.

En abril arribarían al país los primeros alimentos importados

Lo cierto es que hasta el momento no hubo un incremento en la importación de bienes terminados ya listos para el consumo, pero esto podría cambiar el mes próximo. Un importante operador del sector comentó a este medio que, entre preparación de la mercadería, la carga en el país de origen y la descarga en destino suele tardar no menos de 40 días desde Occidente. Aun cuando las importaciones brasileras, principal socio comercial, tardan menos en arribar no se realizan en lo inmediato. De modo que aún no está impactando en las góndolas esta media.

Los principales beneficiados son “quienes tienen la gimnasia para hacerlo: habilitaciones, todo el protocolo aceitado para importar”, y por eso se entiende a las grandes cadenas extranjeras, confirmó a este medio el presidente de la federación de supermercados de capital nacional. Sin embargo, no se descarta que con el tiempo puedan incorporarse al esquema importador las cadenas que no tienen protocolos de habilitación en condiciones.

PRODUCTOS IMPORTADOS

La apertura importadora deja dos claros beneficiarios: la burguesía industrial brasilera y las cadenas de supermercados de capitales extranjeros. 

 Alarma en el sector productivo

En suma, para ver resultados en su lucha contra la inflación el gobierno libertario recurre a un paquete de medidas poco convencionales: presiona para que las paritarias vayan a la baja, posterga la quita de subsidios a la energía, pisa el valor del dólar y apuesta a liberar importaciones. Medidas que tienen como consecuencia inmediata el desplome de la demanda y, por otro lado, el atraso del valor del dólar que genera expectativa devaluatoria.

Con las medidas aperturistas, el Gobierno toma un reclamo histórico de la industria (abrir la importación de insumos y baja impositiva) pero los usa en contra del sector productivo.

 

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