México se ubicó el 2019 como el segundo importador de leche en polvo del mundo, sólo superado por China.
Prácticamente toda la leche en polvo (99.8%) que México compra del exterior es originaria de Estados Unidos, con cantidades marginales de Canadá y Alemania.
Por su parte, Estados Unidos se ubicó en 2019 como el mayor exportador de leche en polvo, seguido de Nueva Zelanda, Alemania y Francia.
Leche en polvo
Este producto, también llamado leche deshidratada, se obtiene mediante la deshidratación de leche pasteurizada. El proceso se lleva a cabo en torres especiales de atomización, donde el agua que contiene la leche es evaporada, obteniendo un polvo de color marfil claro que conserva las propiedades naturales y sus nutrientes que tiene la leche normalmente.
En el mismo trimestre, México importó además leche en polvo sin azúcar por un valor de 2 millones de dólares, una cantidad mayor frente a los 0.5 millones del primer trimestre de 2019.
Producción mundial de lácteos
La FAO pronostica que la producción mundial de leche se sitúe en 852 millones de toneladas en 2019, un aumento del 1.4 % a partir de 2018, es decir, una tasa de crecimiento inferior a la prevista en mayo, debido a las revisiones a la baja realizadas en la India y la Unión Europea.
Gran parte de la expansión prevista de la producción se originará en la India, Pakistán, China, la Unión Europea y Brasil, compensada en parte por la disminución de la producción en algunos países, entre ellos Australia, Colombia y Argentina.
Fuente: FAO. LEP (Leche entera en polvo). LDP (Leche deshidratada en polvo).
En la India y Pakistán, la expansión de las cabañas impulsa el crecimiento de la producción, mientras que en China, las mejoras de la eficiencia agrícola respaldan el mayor crecimiento.
En la Unión Europea, la producción está aumentando, aunque lentamente debido a que el clima seco durante el verano limitó las entregas de leche, mientras que en Brasil, el aumento de la cabaña lechera y la estabilidad de los precios de la leche favorecen una mayor producción.
Por el contrario, la producción puede disminuir en Australia y Colombia debido al clima seco, mientras que en la Argentina, el aumento de los costos de los piensos y la moderación de la demanda de los consumidores pueden frenar la producción.