Las importaciones lácteas de Colombia cayeron un 8,2% en volumen y un 2,8% en valor durante el primer trimestre de 2025, revelando un giro en la dinámica del mercado nacional.
En los primeros tres meses de este año, el país importó 15.835 toneladas de productos lácteos, una caída respecto a las 17.258 toneladas del mismo periodo en 2024. En términos monetarios, el país destinó USD 51,6 millones para estas compras, frente a los USD 53,1 millones del año anterior.
Estas cifras, entregadas por la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán-FNG), reflejan la cifra más baja desde 2018. Aunque a simple vista podría parecer una victoria para la producción nacional, la situación es mucho más compleja.
“Este primer trimestre ha sido el más bajo en importaciones desde hace siete años. Hay razones claras como que los precios internacionales están altos, el dólar se mantiene estable pero elevado, y nuestra leche sigue barata”, explicó Óscar Cubillos, jefe de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos.
El economista destacó que esta coyuntura ha favorecido el consumo de leche nacional. El acopio interno creció un 5 % en el mismo periodo, demostrando que se está comprando más leche a los productores locales.
“El mercado lácteo mundial es altamente volátil. Así como hoy estamos importando menos, mañana podríamos estar saturados de leche extranjera si bajan los precios internacionales o el dólar retrocede”, manifestó.
Fuente: DANE-Fedegán-FNG
Radiografía de las importaciones
Según el informe oficial, los productos más importados en este periodo fueron leche en polvo descremada (6.385 toneladas por USD 18,9 millones), leche en polvo entera (3.206 toneladas por cerca de USD 13 millones), lactosueros (3.674 toneladas por USD 3,9 millones) y queso fresco (981 t por USD 6,9 millones).
Estados Unidos lidera como el principal proveedor con un 44 % del total, seguido por Bolivia (14 %), Chile (12 %), Francia (8 %) y Argentina (5 %).
Comparado con el primer trimestre del 2024, este año se ha importado más leche en polvo descremada (6.291 toneladas por USD 17,4 millones) pero menos de leche en polvo entera (4.654 t por USD 18,1 millones), lactosueros (4.323 t por USD 4,3 millones) y queso fresco (946 t por USD 6,8 millones).
Hace un año, EE. UU. lideraba con un 53 %, seguido de Chile con 14 %, Bolivia con 13 % y Argentina y Polonia con 5 % cada uno.
Si bien algunos podrían interpretar la tendencia a la baja como un reflejo de una política de sustitución de importaciones o proteccionismo, Cubillos aclaró que no es así.
“No se trata de un control estricto de barreras comerciales. Es una consecuencia de variables de mercado como el dólar alto, precios internacionales elevados y leche local barata”, reiteró.
Aún así, se avecinan cambios estructurales. En 2026 entrará en vigencia la desgravación total de leche en polvo importada desde Estados Unidos, lo que podría generar un aumento de compras si las condiciones externas cambian.
“Cuando los precios internacionales bajen, como suele pasar, volveremos a ser vulnerables. Por eso debemos entender que no todo es causa de la suerte. Hay que planificar. Si no regulamos nuestra producción y no protegemos al productor, la recuperación actual puede ser solo un espejismo”, advirtió el experto.