La empresa Alimentos Fray Bentos se ve afectada por la reducción en la remisión de leche hacia su planta, lo que impacta sobre sus costos, dado que se ve forzada a trabajar con niveles de producción sensiblemente inferiores a su potencial.

La planta produce con altísimo valor agregado, beneficiándose del conocimiento técnico y los mercados que ha desarrollado su accionista. Se trata de una oportunidad que el país podría aprovechar para aumentar sus exportaciones y generar empleo en el departamento de Río Negro. Según el Cr. Miguel Aladio, gerente de la empresa, la lechería concentra su producción en una sola industria, y faltan políticas que incentiven la producción y eviten la retirada de productores.
En agosto de 2017 el gobierno del momento celebró la millonaria inversión en dólares en una planta de procesamiento de alimentos deshidratados en el departamento de Río Negro. Se trataba de la nueva planta industrial de Alimentos Fray Bentos (AFB) para la producción de fórmulas infantiles para el exterior, generando 100 puestos de trabajo directos. La entonces ministra de Industria, Energía y Minería (MIEM), la actual intendenta de Montevideo, Ing. Carolina Cosse, valoró los “altos estándares en innovación tecnológica del complejo industrial, que significa una contribución a la cadena de valor láctea”.
“Acabo de ver una industria 4.0, de importantes dimensiones, instalada en Uruguay”, afirmó la jerarca.
Las fórmulas infantiles se destinan para niños y adultos mayores, un producto totalmente exportable siendo Brasil, México y China los principales mercados.
La entonces ministra dijo que “todas las herramientas del Estado están a disposición para la promoción de las exportaciones para atraer potenciales clientes y la coordinación estatal para reforzar el suministro de insumos de la cuenca lechera”.
Agregó que por ser una industria 4.0 se requiere personal calificado que implica “una nueva construcción de la cultura del trabajo”.
Uruguay, un país estable
Tres años y medio después La Mañana consultó al gerente general de planta de Uruguay Cr. Miguel Ignacio Aladio sobre la situación de la empresa.
Aladio recordó que en 2014 “se decide en conjunto con dos empresas uruguayas (Claldy-Indulacsa) construir una planta en la localidad de Fray Bentos, orientada básicamente a la fabricación de fórmulas infantiles” con el objetivo de atender la “demanda insatisfecha que en ese momento había en el mundo, básicamente en Brasil, sobre esos productos”.
“La construcción de la planta más el capital de trabajo para funcionar demandó una inversión mayor a US$ 120 millones”, de los cuales el 60% tuvo “financiación bancaria –principalmente el BROU- y el resto con aporte de capital”.
La alta capacidad y experiencia de la empresa adquirida en Argentina como proveedora principal de fórmulas infantiles, entre cuyos clientes se encuentran empresas del peso y trayectoria como Danone, Mead Johnson, Roemmers, “es que se construye una planta con los mayores estándares de calidad a nivel mundial”, teniendo en cuenta que “al tratarse de alimentos para bebes los riesgos son grandes”.
“Vimos en Uruguay la posibilidad de un país estable con reglas claras, con beneficios fiscales, y muy cercana al transporte a Brasil con solicitud de compras concretas de empresas grandes de nuestras bases infantiles”, dijo Aladio.
“La única dificultad que se presentaba y se solucionó” con rapidez en el tiempo que llevó la construcción de la planta, fue la de “conseguir personal capacitado”. “Por ejemplo, encontramos en escuelas específicas de lechería de la zona de Nueva Helvecia (Colonia), estudiantes” que fueron “preparados en nuestra planta de Argentina, logrando una experiencia muy buena”, con muy buenos resultados para los estudiantes, considerando que AFB, es una industria con alta tecnología, única en el sur de América.
Faltan políticas a largo plazo que incentiven la producción láctea
Consultado sobre la situación de la lechería en Uruguay y las razones por las que el sector ha sido tan golpeado con números que no dan y tambos que cierran, Aladio opinó que a su criterio “el sector está atravesando un serio problema” generado por varias razones como la “alta concentración de la industria (80% en manos de Conaprole), caída del volumen de leche remitida a la industria por parte de los tambos de un 4% durante 2019 en relación a 2018, falta de políticas a largo plazo que incentiven la producción láctea, retirada de grandes productores (como Olam) a partir de diciembre 2020, y un arranque del 2021 con una importante seca que retrajo aún más el envío de leche a las plantas”.
Respecto a cuáles son las medidas que Uruguay podría tomar, “a modo ilustrativo” mencionó “algunas medidas para tratar de incrementar la producción lechera”.
De esas medidas posibles, se destaca la implementación de “incentivos fiscales dirigidos al sector”, la creación de “créditos a pequeños y medianos productores, a tasa accesibles; incorporar a través del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca los avances genéticos” en el área lechera, tales como “trasplante embrionario y sexado” entre otros.
También mencionó la necesidad de “retener empresas grandes que hoy están en retirada”.
En este punto uno de los casos más claros tal vez sea el de Olam que llego a tener 66.000 vacas lecheras en 36 tambos con 900 personas trabajando y hoy esta con la decisión firme de retirarse del país, cerrando todos sus tambos cuando llegó a producir 700.000 litros por día”.
Futuro próximo promisorio
A pesar de las dificultades del sector lechero, tanto productor como industrial, Aladio ve “un panorama de lo más alentador”, no solo porque la humanidad ha avanzado contra la pandemia a través de la ciencia, sino también por el prestigio que tiene Uruguay como país para invertir.
“Uruguay es un país bien visto a nivel internacional por lo que trabajando en los aspectos antes mencionados no faltarían inversores para cubrir estas necesidades”, dijo.
“Nuestra empresa ve, después de la recuperación de la pandemia, un panorama de lo más alentador, teniendo en cuenta la demanda creciente que se venía viendo en el mundo de estos productos”, por lo cual “es imperativo que se tomen medidas urgentes, de no ser así la industria no logrará recuperarse de la difícil situación por la que está pasando”, advirtió.
AFB es la “única fábrica que va a producir alimentos con alto valor agregado desde la lactancia hasta la vejez. Queremos seguir apostando como lo hemos hecho hasta ahora, pero necesitamos resolver un problema estructural que tiene en su cuenca lechera”, concluyó.
Productos de alto valor agregado
La planta se puso en marcha en 2017 con la producción de leche en polvo común, a la vez que “comienzan los procesos de auditoría y validación de la planta en primer lugar, y en una segunda etapa de los productos, por parte de los clientes, siendo estos tiempos muy amplios, y más teniendo en cuenta que este último año la pandemia generó aún más demoras. Hoy la planta ya cuenta con todas las autorizaciones, y ya se validaron una gran cantidad de fórmulas”, contó el Cr. Miguel Aladio.
Además precisó que “por sus características, las fórmulas infantiles son productos de alto valor agregado y con destino a la exportación requiriendo en su proceso el uso de una menor cantidad de leche”.
Tambicidio: ¿Una segunda Pili?
En los últimos años la situación de la lechería uruguaya ha atravesado una fuerte crisis, que desde estas páginas hemos analizado en sucesivas ediciones bajo el título de “Tambicidio”.
El intendente de Río Negro, Omar Lafluf, en declaraciones a la prensa comunicó que desde esa intendencia se han hecho grandes esfuerzos para impulsar al sector lechero, por ejemplo declarándolo de interés departamental, por lo cual entre otros beneficios se lo exonera de la contribución.
Debido a la faltante de materia prima que vienen sufriendo las industrias lácteas, el anterior ministro de Ganadería, Enzo Benech, había autorizado a Alimentos Fray Bentos la importación de 70 mil litros de leche de Argentina.

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