La tensión en la cadena láctea de Uruguay se profundiza: la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC) aumentó las medidas sindicales con paros parciales diarios en plantas de Conaprole. Estas acciones ya provocaron “distorsiones en los distintos segmentos de la cadena agroindustrial láctea”, aunque hasta ahora sin derrames masivos ni desabastecimiento generalizado.
Las reivindicaciones sindicales giran en torno a la falta de negociación colectiva. Según la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL), la Cámara de la Industria Láctea del Uruguay (CILU) obstaculizó el funcionamiento del ámbito natural de negociación. Por su parte, CILU argumenta que las medidas sindicales han sido “reiteradas, infundadas y desproporcionadas”.
Los productores lecheros también entraron en escena, denunciando que, mientras los trabajadores del procesamiento industrial reciben atención del gobierno, los tamberos siguen sin interlocución con el Ejecutivo. Esto añade un nuevo frente al conflicto que ya afecta la logística de recolección y procesamiento de leche cruda.
Para la industria, el escenario representa un serio riesgo: aunque por el momento no se resienten las ventas al consumidor final ni el volumen exportado, el prolongarse del conflicto podría derivar en pérdidas de materia prima, interrupciones en la cadena de frío y, eventualmente, derrames en los tambos.






