El año pasado cerró con un récord de captación formal de más de 3.400 millones de litros y un pago promedio a nivel nacional de $1.076 con bonificaciones. A pesar de estos resultados, la industria importó más de 45 mil toneladas de lácteos, de las cuales más de 28 mil fueron leche en polvo.
Imagen con fines ilustrativos. Shutterstock/La República

Entre enero y diciembre del 2018, los agentes captadores de leche recogieron cerca de 3.415 millones de litros, un promedio de 284,5 millones al mes o 9,3 millones al día. Con respecto al resultado de 2017, el acopio subió apenas un 1%.

Durante los 2 últimos años, este registro ha visto una recuperación frente a las caídas de 2015 y 2016, debido a condiciones climáticas más favorables tras el fenómeno de El Niño que se presentó en esa época.

El incremento en 2018 se debió a una mejor producción en la región 1, compuesta por las cuencas de Antioquia, el Altiplano Cundiboyacense, el Eje Cafetero, Cauca y Valle del Cauca, que superó los 2.839 millones de litros, un alza del 3,5 % frente al año presente.

Por el contrario, en el resto del país se registraron 575 millones de litros, una caída de casi 10 % frente a los 636 millones obtenidos en 2017. Incluso fue menor que en 2016, con una cifra casi similar de 635 millones, lo que indica que el acopio formal está bajando en zonas como las regiones Caribe, Orinoquía y Amazonía, así como los Santanderes, Tolima y Huila.

Precio de la leche

En cuanto al precio nominal, sigue la misma tendencia de los últimos 3 años: si bien ha crecido casi un 16 % en el mismo periodo, las bonificaciones voluntarias han caído casi un 70 %, bajando cada mes de $149 en febrero de 2016 a $45 en diciembre pasado.

Esto se debe a que en los inicios de 2016, la leche escaseaba debido al intenso verano y las empresas pagaban más ante la poca oferta. Pero cada vez más la tendencia de la industria es reducir las bonificaciones.

De acuerdo con el ministro de Agricultura, Andrés Valencia Pinzón, el trabajo de su cartera se ha enfocado en reducir la variabilidad del pago para los ganaderos, con programas y estrategias enmarcadas en una política de ordenamiento productivo.

“Con los productores lecheros estamos trabajando precisamente en una política de ordenamiento productivo que permita de alguna manera romper ese ciclo de precios. Hay que trabajar de manera muy ordenada para ver cómo logramos que la producción lechera sea menos volátil a los cambios de precio”, dijo.

Según él, el precio no ha tenido una variación significativa entre diciembre y enero a pesar de que el país está en pleno fenómeno de El Niño y la producción tiende a disminuir como consecuencia del verano.

No obstante, otro de los grandes problemas del sector es la falta de formalidad, pues la captación legal sigue sin sobrepasar el 50 %: de acuerdo con las estadísticas de Fedegán, la producción total en 2018 fue de aproximadamente 7.257 millones de litros, lo que quiere decir que la industria solo acopió el 47 %.

Además, los productores colombianos tienen que competir con las importaciones de leche en polvo y otros derivados, que el año pasado fueron más de 45 mil 256 toneladas por más de 107 millones de dólares. Al respecto, el ministro Valencia dijo que:

“Colombia tiene que cumplir con los acuerdos internacionales de libre comercio. (…) En la medida que el mercado esté generando la posibilidad de traer esas importaciones, es probable que sigan. ¿Qué queremos hacer desde el Ministerio? Tratar de que la producción de leche colombiana sea más competitiva, que haya mayor productividad, que tengamos unas cuencas lecheras que crezcan de manera ordenada y así enfrentar con mayor facilidad la competencia internacional”.

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