La exportación de leche en polvo tributa el doble que los envíos de otros productos lácteos. El Gobierno admitió que está en estudio la reducción o eliminación de ese diferencial, así como otras medidas de apoyo a la industria.
Industria | La furiosa sequía que afecta a los campos de la zona núcleo agroganadera es la frutilla del postre que terminó de poner en jaque la continuidad de centenares de tambos pequeños y medianos, muchos de ellos establecidos en la provincia de Córdoba y en especial en la cuenca lechera de Villa María y Villa Nueva, luego del disparo de los precios de los alimentos de las vacas provocado por el dólar soja 1 y 2.

De hecho, la situación de la actividad productiva lechera motivó un durísimo documento de la Mesa de Enlace, que la semana pasada denunció la desaparición de más de 400 tambos en los últimos meses, así como la generalización «en todas las cuencas de una situación de quebranto» en la producción. Las cuatro entidades solicitaron medidas en forma urgente y a contramano de su costumbre, el Gobierno respondió.

En la misma semana, el ministro de Economía, Sergio Massa, presentó en Villa María el viernes el Programa de Impulso Tambero, que dispone una inversión de $9.160 millones para acompañar el fortalecimiento de los productores pequeños y medianos del sector pagando $15 por litro de leche a los pequeños productores (que despachan hasta 1.500 litros de leche por día), o $10 pesos a los medianos, con producciones que van de los 1.500 hasta los 5 mil litros de leche diarios.

La noticia mereció una amplia cobertura en medios especializados como así también entre la prensa cordobesa, por las derivaciones políticas de la visita del ministro Massa, posible candidato presidencial del Frente de Todos, a la provincia y por la cena que compartió con casi un centenar de intendentes cordobeses, organizada por el villamariense Martín Gill.

Lo que no concitó la atención que merece fueron las palabras de los colaboradores de Sergio Massa en su visita cordobesa, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, y el director nacional de Lechería, Arturo Videla, quienes confirmaron que el compromiso nacional para con la lechería no se acababa en la asistencia a los tamberos sino que, por el contrario, se extenderá próximamente a la industria y en especial, a la industria láctea exportadora.

Sin que nadie se lo preguntara específicamente, Videla recalcó que «el sector necesita más políticas impositivas y de financiamiento».

“Entendemos que tiene que haber una revisión de los derechos de exportación respecto al diferencial entre la leche en polvo y los quesos, y en este contexto donde se da una baja importante en los commodities”, afirmó sorpresivamente Videla, referenciando a un viejo reclamo de los industriales lecheros, que piden equiparación con otros sectores como los vinculados con la producción manisera y otras economías regionales, que han logrado una baja en las retenciones a las exportaciones, al demostrar que industrializan la producción primaria, otorgan valor agregado a los productos agroganaderos, acercan divisas al Banco Central y sin embargo, son penalizados por hacerlo, al cobrárseles impuestos que de hecho, son impuestos al trabajo y la valorización.

Actualmente la leche en polvo tributa un 9% de retenciones, mientras que los quesos, leche fluida, suero lácteo y la manteca un 4,5%. Videla admitió entonces que la primera de las alícuotas podría ser reducida a los niveles de la segunda.

Asimismo, afirmó que “con una macroeconomía más estabilizada”, se podría contar con “tasas acordes de financiamiento” que sean específicas para el sector. Claro que con una inflación en niveles de 90%, este punto pertenece más al reino de lo mágico que al de la realidad.

En diálogo con la prensa, el funcionario explicó que el subsidio a la actividad tambera se toma en un contexto de sequía, a lo que se suman “dos medidas que tienen que ver con la macroeconomía, como el ´dólar soja 1 y 2´ que impactan en la estructura de costos de alimentación y de alquiler».

Videla explicó que «muchas de las tierras donde se desarrolla la actividad lechera es tierra alquilada por los productores que pagan en quintales de soja».

“La relación litro de leche–soja tiene que estar históricamente en 1 a 1, para que el productor esté en condiciones de poder competir”, agregó.

Se refirió, en ese marco, al incremento de los precios internos de la soja, que derivó en aumentos en los alimentos de las vacas, como los balanceados y pellets de soja, a lo que se suma el encarecimiento del arrendamiento.

Tras ello, indicó que frente a esta situación de «pérdida de rentabilidad y preocupación», se toma esta medida la cual -destacó- «fue consultada con los gobiernos provinciales, entidades y referentes de la producción».

No obstante, Videla señaló que más allá de este escenario de sequía y de suba de costos que tuvo un impacto particular en los últimos meses, “la lechería viene en crecimiento en los últimos dos años y medio, en la producción y exportación”.

“Este año (por 2022) tuvimos un récord de exportación de US$ 1.700 millones y de más de 370.000 toneladas”, recalcó.

El tope de la entrega de subsidios a productores de hasta 5.000 litros diarios permitirá que el programa llegue a ocho de cada 10 tamberos en el país. “Está enfocada y destinada a darle respuesta a 79% de los productores de los 10.300 tambos que tiene la lechería argentina”, explicó Videla.

Respecto al tope, señaló que “se entiende que, por la escala, el nivel de producción y por tener una diferente espalda, los productores que están en un volumen superior a los 5.000 litros tienen otras capacidades para sortear este tipo de coyuntura, además de estar generalmente en una franja de precios diferenciada de este segmento de pequeños y medianos productores”.

En tanto, sobre la modalidad de ejecución del programa, precisó que la suma monetaria será depositada “al CBU de los productores”.

El director del ente dependiente de la Secretaría de Agricultura negó que hayan cerrado 400 tambos, como afirmó la Mesa de Enlace. “No es lo que vemos en nuestros números, el Senasa o cuando vamos al territorio. Este año se inauguraron muchos tambos, algunos de muchísima tecnología y robotizados y otros con sistemas pastoriles o de agricultura familiar, con diferentes proyectos asociativos de productores”, aseveró Videla.

 

 

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