La investigación agropecuaria en Uruguay enfrenta un recorte presupuestario que amenaza la innovación y la competitividad del sector lácteo.
La investigación agropecuaria uruguaya ante un desafío crítico
El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) de Uruguay, pilar fundamental para el desarrollo del sector agropecuario, enfrenta una situación presupuestaria alarmante. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha comunicado la falta de recursos para transferir el presupuesto de 2025, generando incertidumbre y preocupación. Aunque el INIA recibió $100 millones correspondientes a una deuda de 2024, la cuota de julio de 2025 no ha sido transferida, poniendo en riesgo el funcionamiento a corto plazo de una institución clave para la lechería uruguaya y la agroindustria en general.
Un “presupuesto congelado” que frena la innovación
La problemática se agudiza al considerar que el aporte de Rentas Generales al INIA se ha mantenido “congelado” en $600 millones desde 2016, sin ningún ajuste por inflación. Esta falta de actualización presupuestaria impacta directamente en la capacidad del instituto para llevar adelante programas de investigación y desarrollo (I+D) que son vitales. El debate actual se centra en la elaboración del presupuesto quinquenal 2026-2030 del INIA, un proceso que determinará su futuro y su rol en la innovación agropecuaria en un contexto de crecientes demandas de competitividad y sostenibilidad.
El “partido” que el INIA debe ganar por el sector lácteo
El artículo subraya que el INIA “se juega un partido” crucial en la elaboración de su próximo presupuesto quinquenal. La institución es reconocida como una de las más fuertes en investigación agropecuaria en Uruguay, a la par de entidades como el Pasteur y la Facultad de Agronomía. Si los recursos se recortan o no se ajustan, la capacidad del INIA para generar y transferir tecnología se verá seriamente comprometida. Esto, a su vez, podría obstaculizar la meta de Uruguay de diversificar su matriz productiva, pasando de la simple venta de commodities a la integración de más ciencia y tecnología en el sector lácteo y otros rubros.
Expectativas del sector y la necesidad de una nueva visión
Las expectativas del sector agropecuario y, en particular, del sector lechero, son altas en relación con el INIA. Se espera que la institución lidere un cambio de “actitud”, con una “nueva asignación de recursos” y la “generación de incentivos” que promuevan una mayor innovación. Líderes como Bruno Gili de Uruguay Innova han enfatizado la necesidad de que el país supere la escasa inversión en innovación. Una próxima reunión clave el 12 de agosto entre las autoridades del INIA y Gili será fundamental para delinear estrategias y buscar soluciones que aseguren la financiación y el rumbo de la investigación.
El impacto en la competitividad de la lechería uruguaya
La situación financiera del INIA tiene implicaciones directas para la competitividad de la lechería uruguaya en el mercado lácteo internacional. La investigación y el desarrollo son motores de la productividad, la eficiencia y la diferenciación de productos. Sin una inversión adecuada en I+D, los productores lecheros y la industria láctea podrían perder terreno frente a competidores que sí apuestan por la ciencia. Garantizar los recursos para el INIA es, por tanto, una inversión estratégica en el futuro del sector, asegurando que Uruguay pueda seguir innovando y exportando tecnología agropecuaria de valor.
Fuente: Tardaguila.uy – Los recursos para el INIA y el partido que importa que se juega el Instituto