La historia comienza en el garage de una casa de San Fernando, cuando el emprendedurismo no tenía el marketing de hoy y Daniel Paradiso habría su primer “localcito” de helados sin dimensionar lo que vendría después.
Para celebrarlo, el próximo 5 de octubre, día de su aniversario, todas las sucursales estarán regalando una tacita de helado para quienes se acerquen entre las 16 y las 19. Serán en total cinco toneladas.
En Zona Norte habrá helado gratis en Acasusso, Beccar, Benavidez, en las dos sucursales de Del Viso, en Derqui, Don Torcuato, Escobar, Florida, La Horqueta, en Las Lomas de San Isidro, las dos sucursales de Martínez, en Maschwitz, Munro, Nordelta y Olivos, entre otras (tocas las sucursales se pueden consultar ingresando a https://heladosdaniel.com/sucursales/.
La historia de Helados Daniel nació en 1978 -año mundialista como este- en una aventura que comenzó como un emprendimiento familiar, en el corazón de una casa. “Empecé en el ‘78, con 19 años. Soy técnico electrónico y de los 12 a los 17 trabajé en una heladería tradicional de Victoria que se llamaba ‘Helados Roberto’. Su dueño me vio pasta en esto y con su ayuda y la de mis padres me convertí en heladero”, contó alguna vez Daniel.
Con la poca plata que tenía en ese momento, alquiló un garaje cerquita de su casa (porque para un local no le alcanzaba) y empezó a fabricar ahí mismo. Hoy 44 años después, Paradiso se reconoce un verdadero maestro heladero; un absoluto creador de helados.
Entre sus gustos cuenta con orgullo haber inventado algunos bastante exóticos y golosos como alfajor de chocolate (en honor al alfajor marplatense), Nuteca (base de chocolate, vainillas en licor y nutella), bombón suizo (simulando al tradicional bocadito argentino Cabsha), como también Dani Snick que sigue la receta de las barras Snicker; Frutti Pause: una adaptación helada del Lila Pause; Marroc: en honor al tradicional bombón que lleva su nombre y Delicias de la isla, hecho con crema veteada con salsa de ciruela genovesa y nueces pecan. Hoy el 75% de sus sabores son aptos para celíacos
Flor y Sol Paradiso, sus dos hijas, son quienes actualmente llevan adelante el negocio familiar que comenzó a celebrar con su gente en el año 2016 cuando regalaron 15.500 tacitas de helado -un total de 1.000 kilos-. En 2017 regalaron 1.500 kilos y en 2019 casi 2.000.
En Argentina la historia del helado se vincula con la del hielo, que no se fabricó en el país hasta la segunda mitad del siglo XIX. En 1856 se sirvió por primera vez un refresco con hielo importado. Hoy, en su planta en Garín, Paradiso produce 1,5 millones de kilos de helado al año.
Según la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA), el consumo local supera los 6,9 kilos per cápita, algo más de medio kilo de helado al mes. En verano, ocho de cada 10 argentinos consumen esta delicia gélida y dos de cada 10 consumidores se declara fanático. “En ellos pensé hace unos años cuando tuve la idea de crear nuevos gustos y durante un día vendí helados con los colores de River y Boca, a base de vainilla, frutilla y colorantes”, cuenta Daniel, y no revela cuál vendió más.
