El gigante lácteo de Nueva Zelanda enfrenta cuestionamientos mientras los costos de la mantequilla aumentan más del 60%.
El alza vertiginosa del precio de la mantequilla en Nueva Zelanda ha generado una ola de preocupación, lo que ha llevado a un interrogatorio directo al director ejecutivo de Fonterra, Miles Hurrell, por parte de varios partidos políticos, incluyendo el Nacional, el ACT y el Laborista.
Los consumidores están consternados porque el precio de un bloque de 500 g de mantequilla ha aumentado más de un 60 % en tan solo el último año. Este drástico aumento ha puesto de relieve los factores que impulsan el alza del precio de este producto básico, generando una importante presión pública y política sobre el sector lácteo neozelandés.
Si bien el director ejecutivo de Fonterra, Miles Hurrell, ha atribuido públicamente los altos precios a que el mercado mundial de productos lácteos ha alcanzado su nivel más alto en cinco años, el Ministro de Finanzas busca información más detallada sobre los márgenes específicos aplicados por la empresa y los minoristas.
Según informes, Hurrell se ha mostrado reticente a revelar estas cifras precisas, afirmando que preferiría discutir estos detalles directamente con el Ministro Willis más adelante. Esta falta de transparencia inmediata solo ha alimentado el cuestionamiento público y político.
Para la comunidad láctea internacional, los fabricantes de alimentos y los defensores de los consumidores, la situación en Nueva Zelanda es un claro ejemplo de cómo las fluctuaciones en el mercado mundial de productos lácteos pueden traducirse directamente en importantes aumentos de precios al consumidor.
Esto pone de relieve la crucial necesidad de transparencia en los precios a lo largo de la cadena de valor de los productos lácteos y el creciente escrutinio al que se enfrentan los principales procesadores de lácteos para garantizar precios justos y accesibles para productos esenciales como la mantequilla.