Lence Torres, el grupo que integra el negocio lácteo y de carburantes del empresario Jesús Lence, ha dado un vuelco a su dirección con la creación de un consejo de administración. A diferencia de en anteriores ocasiones, la nueva cúpula ha incorporado a ejecutivos de la casa, con larga trayectoria en la compañía que distribuye marcas como Leyma, Cremusita o Río.
El fundador del conglomerado familiar, hasta ahora administrador solidario junto a su hijo Jesús, se mantiene en la presidencia del consejo, del que también forma parte su hija María del Carmen. Las principales novedades en la renovada dirección son los consejeros Jesús García, con más de una década de trabajo en su hoja de servicios para Leche Río, donde fue adjunto de dirección y director de calidad, entre otros cargos; y Aida Canto Veiga, también con años de bagaje en la administración del grupo lácteo.
El movimiento se interpreta en círculos empresariales como la fórmula para dar continuidad al grupo, al que no le han faltado ofertas de compra, y para avanzar en el plan de sucesión, toda vez que el empresario de Castroverde se acerca a los 80 años de edad. Según explica el propio Jesús Lence, el consejo de administración tomó las riendas ya en enero y justifica la decisión a su manera: “Es que lo hacen mejor que yo”, dice en conversación con Economía Digital.
Un grupo rentable y una Leche Río más pequeña
Lence explica que el grupo “es rentable y siempre lo ha sido incluso durante los años de crisis”. Las palabras del empresario las corroboran los números de Lence Torres, que cerró 2014 con beneficios de 1,2 millones; ganó más de 4 millones en 2015; duplicó la cifra al año siguiente con un resultado positivo de 8,1 millones; y cerró 2017 con 7,7 millones de beneficio.
El buque insignia del grupo, Leche Río, sí que ha reducido su tamaño respecto a tiempos pasados. Continúa siendo el primer grupo lácteo gallego, pero si llegó a recoger más de un millón de litros anuales, ahora se mueve en torno a los 800.000 litros. Paradójicamente, en el repliegue se normalizaron las relaciones con los productores, enormemente tensas años atrás, de manera explícita durante la crisis del lácteo en 2014 y 2015.
Según explican fuentes del sector, Río cumple con los contratos anuales con los ganaderos y está pagando aproximadamente un céntimo por encima del precio medio en un mercado muy complicado por los estrechos márgenes que impone la distribución.
Los negocios de la familia y el futuro de Leche Río
El resto del grupo familiar se compone del negocio de venta de combustibles, a través de Lence Torres SL y Complejo San Cristóbal; el transporte de leche de Transleche, aunque Río recurre mayoritariamente a transportistas autónomos; y diversas participaciones en empresas como Euroespes o Ebro Puleva.
El nuevo organigrama apuntala la continuidad del conglomerado, que anunció el pasado año inversiones de 6 millones en la planta de Leyma en A Coruña para nuevas líneas de producto y planeaba hacer lo propio en la factoría lucense de O Ceao, según manifestó Jesús Lence.