En su didáctica exposición Gustavo Schuenemann propuso algunos conceptos sencillos para hacer foco en lo complejo: se refirió a las cuatro palancas que un productor debe mover junto a su equipo de trabajo, y refieren a mejorar las prácticas, y el buen manejo del establecimiento lechero, más allá del sistema que lo anime.
" mejorar las prácticas, y el buen manejo del establecimiento lechero, más allá del sistema que lo anime"

-El primer comando a revisar es la mejora en la recría, particularmente en los primeros 60 días de vida.

-La segunda tiene que ver con una etapa clave: la transición de la vaca desde la preñez hasta el parto. Schuenemann cree que este es uno de los puntos clave en el proceso productivo, La ciencia muestra perfectamente el comportamiento animal, más allá de la actividad ruminal. Por cada kilo que come en etapa preparto luego, en su etapa posparto come dos kilos. Si no se hizo antes no se puede corregir después.

-La tercera tiene que ver con la alimentación pues no hay un productor de leche eficiente que no sea un agricultor eficiente, sea de pasturas o de granos. Y esta es una etapa clave pues una buena alimentación en proteínas y fibras hacen una buena parte de la ecuación productiva de un tambo. La buena base nutritiva abarata costos y facilita la producción y la sanidad animal.

-La cuarta palanca tiene que ver con la capacitación, con la formación de los recursos humanos involucrados en la tarea de producción lechera.

Aquí y allá también
Schuenemann asegura que esta estrategia de eficiencia productiva es para cualquier lechería del mundo, a través de cualquier sistema. “El 60% de las vacas en Estados Unidos se encuentran en sitios donde hay deficiencia de agua, y sabemos que la leche es en un 87% agua, y es por ello que se debe asistir con buena agua en calidad y cantidad. En Argentina hay una ventaja importante: se puede producir muy buen pasto a gran escala y allí reside una de las grandes fortalezas que tiene nuestro país”, subraya el especialista.

Una de los segmentos de mayor impacto en la exposición de Schuenemann estuvo vinculado con la capacidad de reconocimiento del contexto productivo en el tambo, que a medida que se crece en eficiencia incrementa su complejidad. Para ilustrarlo, el expositor enfatizó: “Leer la complejidad del sistema implica muchas cosas. Los nutricionistas hablamos del diseño de una buena dieta, bien nutritiva, que se palatable y consumida por la vaca”. Pero para que coma se debe promover el consumo acompañado de mucho confort, y el confort es parte del bienestar animal que como se conoce hace base en cinco cuestiones: acceso al agua, a una buena comida, que tenga termoneutralidad, caminar, pararse, que no tenga temor a las personas… todo eso lo puede hacer a través de una cámara y la tecnología, a partir de la inteligencia artificial puede hacerlo posible, redondea el especialista.

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La capacitación es esencial
Schuenemann afirma que la producción y la academia deben integrar una relación simbiótica pues ambos segmentos pueden alimentar su propia dinámica, y en esto hay que reconocer cuando aparecen las oportunidades. “La suerte no es otra cosa que el encuentro entre la preparación y la aparición de una oportunidad. Hoy, Argentina tiene una oportunidad histórica en la producción de alimentos y tiene que aprovecharla, y para ello debe formarse, debe crecer en eficiencia en un contexto de muchas regulaciones desde el punto ambiental, y allí el conocimiento es determinante, allí es donde la investigación y el conocimiento que deben buscar los centros de estudios superiores es determinante”, cierra el especialista residente en los Estados Unidos.

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