Una buena noticia es que los principales indicadores que se utilizan para medir la calidad de la leche obtenida en la Argentina vienen mostrando mejoras en los últimos años, sin prisa pero sin pausa. La mala noticia es que esos parámetros no resultan siempre en una mejoría de los precios pagados al productor, tal como establecen las normas vigentes y que obligarían a pagar la leche por calidad.

Este cuadro resumen que fue publicado por el OCLA (Observatorio de la Cadena Láctea Argentina) muestra con claridad que los principales indicadores que sirven para medir la calidad de la leche han presentado mejoras en los últimos diez años.

La buena noticia es que se registra una continua mejora en la calidad de la leche producida en el pais1

Con el último análisis a marzo de 2022, se registran los mejores resultados de la década en materia de Graba Butirosa, Proteínas, Sólidos útiles. También uno de los registros más bajo desde 2013 en el recuento de bacterias totales. En el Recuento de Células Somáticas el resultado no ha sido de los mejores.

En octubre de 2016, el Ministerio de Agricultura emitió la Resolución 229 – E/2016, que propiciaba el pago a los tamberos de su leche tomando en cuenta los parámetros instituidos en la “Leche de Referencia”. Estos eran los siguientes:

Contenido de Materia Grasa: 3,5 g/ 100 cm3.
Contenido de Proteínas: 3,3 g/100 cm3. Este parámetro podrá ser expresado en su equivalente en g/100 g de leche, tomando para la conversión el valor de la densidad de la leche a 15ºC.
Recuento de Células Somáticas: menor o igual a 400.000 células/ cm3.
Recuento de Bacterias Totales: menor o igual a 100.000 unidades formadoras de colonias/ cm3.
Brucelosis: oficialmente libre
Tuberculosis: oficialmente libre
Índice Crioscópico: menor a – 0,512 º C
Temperatura en tambo: menor o igual a 4 º C
Residuos de inhibidores: negativo.

La medición continua de los parámetros que definen una leche de calidad permite visualizar que los productores vienen superando con creces los parámetros establecidos en aquella ocasión, y que se supone benefician no solo a los consumidores -al ofrecer una leche sana e inocua- sino también a la industria, que puede trabajar con una materia prima de mejor calidad.

Sin embargo, a seis años de aquella resolución, la leche se sigue pagando en la mayoría de los casos sin tener en cuenta estos parámetros de calidad, en función de la cantidad de litros entregados por cada tambo.

Hace un tiempo Bichos de Campo hizo un programa especial hablando de esta problemática:

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